Malos Entendidos

Te odio -41-

El día que odies a una persona tienes que pensar si de verdad te merece la pena.

 

Lukas me miraba fijo, estaba serio. Desvié mi mirada, para que el rojo en mi rostro no fuera tema de conversación.

Tenía que afrontarlo un día, hoy.

-Hola Lukas- me senté a un lado de él.

-Hola Tania-

Tania. ¿Dónde quedó el bonita? Me sudaban las manos de los nervios.

 

-¿Estás molesto conmigo?

-No, no- negó dándole un trago a su cerveza y sin siquiera mirarme.

-¿Qué le haces a mi novia?

Mi Jos se sentó en mis piernas y yo lo abracé.

-¿Ya está la carne? Tengo hambre-

Lukas se paró y se fue. Sumergí mi rostro caliente en el pecho de Jos para que no notara nada. No lo logré bien.

-¿Estás bien?- me besó la frente.

-Si, solo que tengo poquito sueño, estoy cansada, hace calor además-

-Ven vamos a comer-

-No, deja voy por algo para beber y te alcanzo-

Caminé hacia Ángel y me acarició el brazo.

-¿Sigue de antipático?

-Si, ya no se realmente qué le pasa a Lukas, ni qué hacer para que vuelva a ser como antes conmigo-

-Bésalo-

Le pegué despacito en el brazo con el puño y reímos.

-Si así van festejar cada vez que halla concierto, pues que cante todos lo sábados- dijo Ángel viendo todo alrededor del jardín de mi Jos.

Volvimos a reír cuando Ángel me miró nervioso e incómodo.

Ángela y uno de sus clones entraron directo con mi novio. Ángela le abrió los brazos y lo apretó del cuello. Lo besó y Jos se la quitó de encima como pudo y me miró nervioso.

La golfa siguió la mirada de Jos para encontrarse con la mía, levantó la mano y me saludó con ella con una sonrisa más falsa que sus pechos.

Yo fingí media sonrisa sin dejar de comérmela con los ojos.

Se acercó de nuevo a mi Jos, pegó su falso y bien trabajado cuerpo al de mi novio y le susurró algo en el oído, mientras su mano jugaba con la playera y el abdomen de él. Yo me paré enseguida y sentí unos manos tibias sujetar mi brazo.