La inocencia enmudece.
Pasaron dos semanas en las que comenzaron a trabajar en su primer álbum; dos semanas en las que fui algo así como su asistente. Les llevaba de comer al estudio y me recibieron muy bien como siempre.
—Hola amor —sonreí mientras ponía las bolsas blancas con comida sobre una mesita en la entrada.
—Nuestra asistente —me saludaron.
—Hola preciosa, pasa, escucha esto, llegas justo a tiempo —expresó feliz. Me quedé mientras terminaban de grabar una canción.
Escuché los primeros acordes de la guitarra de mi guapísimo novio y eso me hizo levantar la cabeza rápidamente, ¡era mi canción!, estaban grabando mi canción. Ahí tenía frente a mí, otra prueba de nuestro amor y sentí el golpeteo en mi pecho de felicidad.
—Necesito un favor, preciosa, ¿puedes pasarme estas notas en mi laptop?
—Si, claro —me dio varias copias de apuntes de cuaderno y otras de libros ya subrayadas—¿A quién le pediste los apuntes amor?, ¿estás faltando a clases? —reclamé sorprendida.
—¿Qué? no, solo que necesito complementar mis anotaciones —sonrió con cinismo.
Me fui a mi casa porque ahora tenía "doble tarea". Cuando prendí la laptop vi que tenía un collage de fotos nuestras. Terminé y me dormí pasadas las 10 de la noche. No sé qué hora sería cuando sonó mi celular; era José que estaba afuera recargado en su carro, salí a encontrarlo sin hacer mucho ruido.
—Hola, mi amor. ¿Qué haces aquí? —lo besé sorprendida.
—¡Quería verte preciosa!, te extrañé todo el día —contestó mientras ponía una florecita lila entre mis dedos—, además se me había olvidado recordarte que el viernes es la fiesta de Ángela —deletreo las últimas palabras como cuando una mamá advierte a su hijo antes de llevarlo con el dentista.Voltee los ojos sin sentir y mi Jos puso sus dedos suavemente en mi barbilla para obligarme a mirarlo y yo accedí.
—Te amo, ¿sabías? —interrumpió mi pensamientos—, y esta vez si voy a pasar temprano por ti —sonrió con tono de burla.
El jueves paso rápido mientras me dedicaba a buscar un vestido por todas las tiendas con Ángel y Libe.
Eran las 8:45 y José no llegaba por mí. Temprano, ¡cómo no! Comencé a dar vueltas totalmente nerviosas dentro de mi habitación, me dolía el estómago y típico, me sudaban las manos; tomé una toallita y sequé un poco las palmas cuando escuché risas en la sala. Lo señalé con el dedo índice.
—Impuntual —No respondió. Me miraba con los labios semi abiertos y sonrientes.
—¡Te ves preciosa! —se acercó y me sostuvo entre sus brazos—, mira ya casi me alcanzas —se burló señalando su oreja. No solía usar zapatos tan altos, pero esta ocasión lo ameritaba.
Me abrió la puerta y subí, lo vi mientras rodeaba el carro, traía traje negro con camisa y corbata gris combinable con la parte de arriba de mi vestido.
—¿Qué pasa preciosa? —dijo curioso.
—Nada, ¿por qué? —me sorprendí.
—Tienes tus cejas algo fruncidas —las tocó con el dedo y luego me besó. Reí cuando ya no me pude contener.
—¿Con quién hablaste? —dije señalando mi vestido y su camisa.
—Cuando alguien necesita información... —no terminó y me besó de nuevo. Puso su saco encima de mis piernas y yo me quedé anonadada con solo verlo, era la primera vez que lo veía con traje completo y bien peinado con la cara despejada y rasurado no en partes, si no toda la cara.
—Me encantas, qué bonita te ves, me gusta tu vestido y cómo te luce —dijo sonriente poniendo sus ojos sobre mi escote. Me reí e instintivamente me coloqué una mano sobre el pecho. No tenía un gran cuerpo, puesto que era talla 1-2, pero eso sí, tenía un muy bonito escote talla C gracias a los buenos genes de mi mamá. El escote en tela gris oscura en forma de corazón los resaltaba muy bien, la parte de abajo de mi vestido era tela lisa en negro opaco. Todo el camino me llenó de piropos hasta llegar al lujoso hotel. Entramos al estacionamiento cerrado el cual estaba totalmente lleno.
—Pues cuánta gente invitó —dije nerviosa y casi sin voz.
—Su papá es un abogado muy importante y ella conoce mucha gente —respondió despreocupado.
Vimos un estacionamiento al final, en el rincón, nos estacionamos y apagó el carro.
Giró hacia mí; me acarició con la yema de sus dedos alrededor de mi mandíbula y los deslizó de mi cuello lentamente hacia mi escote, pasé saliva nerviosa y me acerqué a besarlo......
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Malos Entendidos
Genç KurguLas mujeres siempre nos enamoramos del chico malo, pero no solemos quedarnos con él... Novela registrada en safe creative código 1304124936009