“El peor de todos los pasos es el primero. Cuando estamos listos para una decisión importante, todas las fuerzas se concentran para evitar que sigamos adelante. Ya estamos acostumbrados a esto. Es una vieja ley de la física: romper la inercia es difícil. Como no podemos cambiar la física, concentremos la energía extra y a si conseguiremos dar el primer paso. Después el camino mismo ayuda”
Paulo Coelho
Un semestre para terminar la universidad, unos meses para vivir la ausencia de mi familia. Mis sentimientos encontrados se revolvían en mi pecho, me sentía feliz de poder culminar con buen promedio y a tiempo mis estudios, brincaba a ver el fruto de mis calificaciones reflejadas en múltiples opciones para escoger becas a mi gusto. Pero al mismo tiempo la presión en mi pecho no cesaba al saber que me quedaría sin familia, viviendo sola, sin las risas contagiosas y las historias adolescentes de mis hermanas menores, sin los consejos y abrazos cálidos que solo una mamá puede darte. Qué iba a hacer sin ellas, esas dos niñas que aun brincaban en mi cama para despertarme y contarme sus alegrías, que llegaron a estar abrazadas a mi lado sollozando mientras me confesaban algún desamor adolescente, y yo las consolaba acariciándolas y jurándoles que pronto esos corazoncitos sanarían, a ellas dos mas que a nada en el mundo, tan chiquitas a mis ojos, pero tan maduras en sus pensamientos, tanto que sabían que palabras meter en mi, cuando esa presión en mi pecho amenazaba con quedarse y derrumbarme. Mis días con tinte opaco se acercaban.
-Tania, ¿ya sabes si vas aplicar para beca en Monterrey?
-No mami, esta semana tengo que meter papeles en rectoría, pero aun no me decido.
Mi mamá se acercó y me acarició del brazo.
-Sé lo que quieres y no esta aquí en esta ciudad ni allá en Monterrey, ¿cierto?
Desvié la mirada y me quedé pensativa. Negué en silencio.
-Mira, yo lo dejé todo para estudiar la Normal Superior, a mi familia, a mis amigos, mi casa, todo para ingresar al internado, y ¿sabes? No me arrepiento. Realiza lo que tu mente te proponga, haz a un lado al corazón y vive tus sueños para alcanzar tus metas, si tu Jos en verdad te ama, te va a esperar. Querétaro no está tan lejos ¿verdad?
Querétaro… pero ¿cómo…? Hay temas que las mamás simplemente saben.
****
Las últimas correcciones de mi tesis eran supervisadas por mi profe afro.
-Tania, tienes una semana.
-Lo sé, lo sé- me llevé las manos a la cabeza.
-Yo también tengo algunas propuestas para investigador docente en otras ciudades.
-¿En verdad? ¿Para dónde te decidirás?
-Tampoco lo sé.
Reímos.
-Creo que aplicaré para Querétaro.
-Muy bien, excelente universidad, cuando tengas que escribir el ensayo si quieres te asesoro.
-¿Ensayo?
-Tienes que adjuntar un ensayo sobre ciertos puntos que te marcan como requerimientos.
-No lo sabía, si, tu ayuda me vendría bien, hoy mismo paso a rectoría para llenar los formatos, ¿también con ellos me ayudas?
-Claro- Su gran sonrisa casi cerraban por completo esos ojos escondidos tras sus lentes negros.
Llegué a mi casa con los formularios y demás información publicitaria sobre otras becas, los extendí en la cama y comencé a revisar. Escuché las risitas de mis hermanas y supe que mi Jos había llegado, miré el reloj y eran las 8:00 pm, él había quedado de llegar a las 9:00 pm. Maldición.
Escondí los formularios de Querétaro debajo de la cama y me senté en un segundo, mi corazón palpitaba de los nervios delatándose en las líneas de las palmas de mi mano ya brillosas.
-Hola preciosa ¿qué haces?
Me besó recostándome sobre mis papeles. Éstos se quejaron haciendo un ruidito y mi Jos me levantó de la cama para sentarme sobre sus piernas.
-Impuntual.
-Terminé antes- me acarició los labios.
-¿Puedo ver?
-Pues ya tienes todo en la mano- reclamé divertida, señalando los folletos que él ya leía.
-¿Becas? Pero mi novia no necesita pedirle favores a nadie, yo te pago la maestría que quieras.
-Gracias mi amor, pero ya te había dicho que no. Trabajé mucho para que me las ofrecieran.
-Orgullosa- me sonrió- No, mas bien yo soy el que está orgulloso de ti, ¿y ya te decidiste si te vas a quedar en la misma universidad o te vas a cambiar a otra? Sabes que por la casa está una buena opción, y hasta te queda cerca.
-Jos, no empieces.
-¿Por qué? ¿Te piensas quedar aquí sola? Preciosa, allá tienes tu casa, es tuya también, quiero que estemos juntos, te quiero tener por siempre- me abrazó y puse mi cabeza en su pecho tibio- Eres mía preciosa.
Inconscientemente busqué con la mirada los papeles escondidos.
Mi novio me besó el cabello y yo me sumergí en su abrazo, tal vez tenía razón.
Aquí había buenas opciones, aunque no la que tanto deseaba.
*****
Te agradezco muchísimo que continúes la historia!
Si tienes algún comentario, por sencillo que sea, es bienvenido!
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Malos Entendidos
Teen FictionLas mujeres siempre nos enamoramos del chico malo, pero no solemos quedarnos con él... Novela registrada en safe creative código 1304124936009