Preguntas sin respuesta -62-

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La gente piensa que es mejor hacer preguntas que responderlas. Supongo que ellas lo concluyeron luego de ser interrogadas.

 

Toda la semana fue la misma táctica; mi tesis era silenciosa, aburrida, las clases ya no parecían personalizadas.

Debía encontrar una forma de arreglar la dañada amistad que alguna vez tuve con mi guapo profe afro. Cerré las cortinas de mi cuarto y prendí la luz, me recosté en mi cama, cansada prendí mi laptop y entré en una de mis redes sociales, vi a Alan conectado y le escribí un mensaje privado.

-Antes de lo que pasó entre nosotros, teníamos una bonita amistad, ¿podemos retomarla?

 

Enviar, cancelar. Enviar, cancelar. ENVIAR.

Me contestó de inmediato.

-Claro.

 

-¿En verdad?

 

-Si, solo si no causamos problemas.

 

-No. Mentí.

Platicamos unos minutos, luego me excusé y cerré mi sesión teniendo una ligera sonrisa en mis labios. ¿Por qué sentía que no era lo correcto? Solo quería a mi amigo de vuelta.

Ignoré mis pensamientos y me dormí.

La siguiente semana fue más agitada de lo normal. Iba a poco más de la mitad de mi semestre. El resultado de mi beca se acercaba aumentando el grado en mis nervios, al igual que lo hacía el ya atraso en mi periodo.

No.

 

Por un lado estaba feliz, ese tipo de felicidad incompleta que termina de llenarse con una sensación de nervios internos. Pero por otro lado me imaginaba con mi Demetrio en mis brazos y me hacia sonreír por completo, aunque eso significara retrasar mis metas un tiempo.

-Jos, amor, ¿puedes venir?

-Si, ¿estás bien?

-Eso creo- dije no muy convencida.

Eran pasadas las 11:00 pm cuando escuché su carro, salí a su encuentro abrazándolo sin colgarme de su cuello.

Nos sentamos en la cajuela de su carro mirando el cielo estrellado.

Guardé silencio unos segundos y le entregué una prueba de embarazo.

-¿Ya? ¿Cuándo te la hiciste?

-Hace un momento.

-¿Por qué no me esperaste?

-No soporte esperar mas, sabes que odio hacerlo, perdóname amor.

La observó con detenimiento, leí su mirada y en ella la desilusión reflejada. Me miró decepcionado. Y lo besé apenas pegando un poco mis labios a los suyos.

Malos EntendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora