En veces nos encontramos en ciertas situaciones donde las demás personas logran que uno, exprese algún gen ancestral. Si, alguno conocido en el sub-mundo como “prehistórico”; el cual le da un toque salvaje a tu día. Una reacción que ni en sueños te imaginaste tendrías en tu día común y corriente.
En silencio esperaba su sermón, que de un momento a otro, vendría acompañado de un te dije, no te conviene, no es bueno para ti…
No pronunció palabra.
Lo dejé en su cubículo y me fui a mi casa.
Mientras manejaba mi mente procesaba orgullo, enojo y mi corazón tristeza y humillación.
¿Cómo podía tener celos de Alan? Después de lo que me hizo.
¿Con qué cinismo me reclamaba? Pobre de mi profe afro, supongo que se había salvado de varias.
Qué tonta idea. La deseché. Llegué y cuando me estacionaba vi el carro negro. Me bajé y en un segundo intenté abrir mi puerta. Imposible.
-Tania.
-Déjame.
-Por favor, tenemos que hablar.
-No, vete.
Entré intentando darle un portazo en la cara, pero obvio la detuvo y entró detrás de mí.
-Perdóname.
-¿Qué? ¡No!
-No es lo que piensas, no es lo que viste.
-¿No? Yo sé lo que vi.
-No pasó nada.
Detuve mi caminar y me paré frente a él. Lo miré directo a los ojos. Lloraba. Sus ojos adoloridos me hipnotizaron unos segundos. Paralizada por ese gran amor que refundí en lo más hondo, guardé silencio. Nos miramos separados, además de lo físico, por mentiras, celos, dolor, engaño. ¿Engaño?
-Vete Josué.
-No. Dime antes, ¿volviste a preferir a tu pinc#e profe?
-¿Qué?
-Si, solo contéstame, ¿era verdad lo que dijiste? ¿Qué lo prefieres a él?
Mil palabras por salir de mi boca, peleándose entre ellas, pero ninguna logró expresarse.
-Te amo.
-No es verdad, estuviste con Ángela.
-No, deja te explico, ven.
Intentó tomarme de la mano y lo manotee.
-Vete.
-No.
-¡Ahora! No me busques, no me llames, no me hables ¿Entendiste? ¡Entendiste!
Se limpió las lágrimas sin contestarme.
-Vamos a hablar por favor, luego me voy.
-¿Y qué me vas a decir? ¿Qué fuiste débil? ¿Qué no me engañaste? ¡Y por qué ella estaba desnuda!
No contestó de nuevo.
-¡Vete! ¡Te quiero fuera de mi casa, de mi vida!
Caminé hacia mi cuarto y él me siguió, me detuve y lo empujé.
-¡Sal de mi casa!
Tomé mi laptop, esa que él me regaló y que yo adoraba, y se la aventé. La esquivó y ésta fue a dar contra la pared, cayendo al suelo en dos partes.
Me encerré en mi cuarto vacío y escuché cuando se alejó en su carro. Comencé a quitar y a romper todo lo que tenía de él. Fotos, CD, póster, dibujos, etc, y metí en bolsas, no solo lo material, si no parte de los recuerdos de mi corazón.
Tengo que confesar que el romper y doblar todo con mis puños fue terapéutico, pero también fue momentáneo, al mirar todo aquello reducido a nada dentro de esas bolsas, fue un golpe más que abrumador. Después de mirarlas por largo rato las patee y luego solo me recosté quedándome así el resto de la tarde.
La luz se extinguió en mi ventana. Señal nocturna.
-¿Chaparra?
Me levanté y quité el seguro de mi puerta de madera. Me abrazó.
-Estás incomunicada.
-Lo sé.
-¿La laptop y tú discutieron?
Bajé la mirada.
-¡No me digas! ¿Se puso pesada y terminó estrellada contra la pared? ¡Se lo merecía!
Sonreí un poco.
-Vino él.
-Entiendo. Y la laptop se puso de su lado ¿no es así? Triste destino, ella se lo ganó.
-Ángel… -lo miré suplicando no mas bromas.
-Mi amiga troglodita, guardada en su caverna, incomunicada, sin celular, sin teléfono, sin Internet ni correo, sin redes sociales y ahora sin computadora.
-No extraño nada de eso, de hecho no extraño nada.
-¿Ni a mi?
-A ti si. A ti si.
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Hola!, si ya sé, ya sé... muuuy cortito!
Sorry :( pero el capítulo es largo y ni tiempo de escribir y corregir tanto. Así que opté por subir una parte mientras termino la otra, mejor no? =D
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Malos Entendidos
Teen FictionLas mujeres siempre nos enamoramos del chico malo, pero no solemos quedarnos con él... Novela registrada en safe creative código 1304124936009