Malos Entendidos

Bruja -66-

¿Qué sucede cuando de pronto al leer un cuento de Hadas y Princesas; esos, donde la fantasía es color rosa y el ambiente huele a flores y mariposas; de pronto al llegar al final te das cuenta que la princesa todo el tiempo no fue más que la mala? Si, la bruja.

Perdóname. Por favor.

Te amo.

 

Escribí desde mi celular. Las clases trascurrían con demasiada lentitud, así que en los primeros minutos libres hablé con Ángel por celular y me desahogué.

Con dolor acepté que él le diera la razón a mi novio.

No pude con el dolor, así que volví a marcarle dejándole otro mensaje, pero de voz.

Por favor, contesta.

 

Nada.

No podía concentrarme, mi cabeza dolía y los ojos me ardían. No tenía otra opción más que soportarlo hasta terminar clases. Ahora menos que nunca podía darme el lujo de faltar a alguna de ellas.

Entré a mi casa y estaba vacía lo cual me dio mucho gusto, cené cualquier cosa y me fui a mi cama.

-¿Tania? Vamos a cenar fuera, ¿quieres algo?

-No mami, ya estaba dormida.

-Si, perdón, lo que pasa es que aun es temprano.

Se despidieron y mis ojos se cerraron al instante, temerosos de que el dolor de cabeza apareciera de nuevo torturándome con fuertes punzadas. Me dormí enseguida.

Unas manos tibias en mi cintura, hicieron que girara el cuerpo por completo.

-¿Jos? ¿Qué haces?

-Sssshh- se acercó muy despacio.

-Mis hermanas…

-No hay nadie, ya se fueron.

-¿Ellas te dejaron entrar?

-Si.

Jos me miraba un poco serio, mientras absorbíamos el silencio de nuestras respiraciones.

-Perdóname.

Nuestros cuerpos de lado, en paralelo, deseaban tocarse. Ese roce tan familiar. Debía controlarme.

-¿Recuerdas que le advertiste que no se acercara un centímetro a ti sin justificación?

No contesté y bajé la mirada.

-¿Por qué se abrazaban?- pronunció cada palabra con suma lentitud.

-Era un abrazo de felicitación- No mentí.