Porque a pesar, de estar rodeados de personas, el silencio de nuestras miradas hablaba más que esas voces escondidas murmurando a nuestro alrededor.
Estábamos varios amigos reunidos en mi casa y una amiga llevó su laptop. Veíamos que escribía mucho sin ponernos atención a nosotros.
–¡Libe! ¿Qué haces? Acá es la reunión... –le dijimos.
–Estoy escribiendo en mi blog, cinco minutos más y termino –volvió a bajar la cabeza y prosiguió.
–¿Blog?, ¿sobre qué? –me sorprendí cuando la escuché.
–Si, es mi diario, es mi forma de sacar el estrés sin restricciones de palabras, sin ofender directamente a nadie. Se siente bien el hablar con nadie.
–¿Blog? –quedé pensativa.
Esa misma noche aproveché que no había nadie en mi computadora; puesto que mi casa solo tiene 3 recámaras, una de ellas la ocupa mi mamá, otra mi hermana y la última mi hermana menor y yo, por lo que la computadora fue, no sé cómo, a parar a mí ya todo amontonado cuarto.
Empecé a investigar sobre blogs y cree una página personal dentro de una de mis redes sociales, no sabía bien que era lo que quería escribir en él, y al cabo de una hora terminé la primera entrada hablando solo de José, desde lo que sentí el primer día que lo vi hasta hace unos días que notó mi ausencia en el antro.Al día siguiente me habló ángel y fui por él a su escuela. En cuanto me vió me tomó de la mano como era costumbre y caminamos rápidamente hacia el audiovisual.
–¿¡Hola!? ¿¡Cómo estás!? –pronuncié con divertido sarcasmo mientras tropezábamos con la gente.
–Necesito que entres a una exposición conmigo.
–¡Qué!, ¡no qué aburrido!, ¡cómo crees!, te espero en el carro –respondí mientras hacía gestos.
–¡No! ven acompáñame, me tienen que sellar tres entradas para que me pueda ir y solo me falta esta –y me puso sus ojos suplicantes.
–¿Cuánto duran?
–Unos veinte minutos o menos, te conviene, entra ya.
Entramos y ya habían apagado las luces, por lo que nos quedamos en la entrada hasta que nuestros ojos medio se adaptaron y pudimos avanzar. Ángel caminó hasta la primera fila sin soltarme de la mano, despacio, en silencio y con cuidado nos sentamos.
Estaban terminando de anunciar al siguiente ponente mientras yo acomodaba mi bolsa en mi abdomen y cruzaba los brazos alrededor de mí, cuando lo escuché hablar.Levanté la mirada y lo vi. Era José, vestía una camisa blanca, un pantalón de vestir negro y el cabello peinado un poco hacia atrás.
–¿Qué? –exclamé bajito y sonriendo, volteé con mi amigo y se lo agradecí con una sonrisa mucho más grande.
Ahí lo tenía, vestido semi formal con zapatos negros muy bien boleados, y yo con una gran sonrisa que no podía disimular, hasta que me vio y devolvió la sonrisa, su sonrisa torcida que tanto me gustaba. Toda la exposición me la dirigió a mí, fue como si nadie estuviera en esa gran sala oscura, solo él y yo. Terminó de exponer, hubo una serie de preguntas y me dirigió una rápida sonrisa antes de irse.Esa noche escribí con detalle en mi blog las miradas, la sensación que me producía el tenerlo ahí a dos metros y no poder tocarlo, pero sobre todo describí su sonrisa.
.....
¡Hola, gracias por comenzar la lectura conmigo!
¡No se te olvide votar!

ESTÁS LEYENDO
Malos Entendidos
Fiksi RemajaLas mujeres siempre nos enamoramos del chico malo, pero no solemos quedarnos con él... Novela registrada en safe creative código 1304124936009