Malos Entendidos

Melanquidad -67-

Hoy amanecí con un sentimiento extraño, una mezcla adictiva de melancolía con un toque de felicidad. ¿Haz sentido alguna vez que tu felicidad en vez de hacerte sonreír, te ofrece como alternativa el llorar...?

-Felicidades chaparra.

-Gracias- me dejé caer en su sofá.

-No te veo muy contenta.

-No lo estoy, bueno si.

-Lograste lo que siempre deseaste, ¡pasaste por encima de mil nerds amiga!- se sentó enseguida sonriéndome.

-Lo sé- sonreí un poco sin verlo.

-Tengo algo que contarte.

-Dime- giré mi cabeza a la derecha para verlo.

-Yo también me voy.

-¿Qué? ¿A dónde?- me enderecé.

-A España, a Italia, Argentina, a donde sea, solo quiero irme al menos un año.

-Siempre supe de tu deseo, pero realmente nunca pensé que…

-¿Qué me iría?- al fin me miró.

-¿Cuándo?

-En cuanto nos graduemos, más bien después de que te vayas, quiero despedirme hasta el último día que nos sea posible.

No dije nada y regresé mi mirada hacia enfrente.

-Dile la verdad, no dejes pasar más tiempo.

-No puedo- recargué mi cabeza.

-¿Tienes miedo de perderlo?

-Si, mucho, mis planes eran tan sencillos. Cualquiera de ellos incluida a mi Jos a mi lado.

-Los tuyos chaparra, pero ¿y los de él? Sabes perfecto que desde un principio debiste platicar a detalle esos planes, aun no termino de entender por qué la decisión de ocultarle algo tan importante.

Desvié mi mirada hacia su televisor el cual ni siquiera estaba encendido.

-Chaparra, no-me-ignores- Me cantó la frase en tono de burla.

-No lo hago, solo retrasé el día que según yo iba a contárselo, pero pronto me di cuenta que las semanas pasaban y ellas me lo hacían cada vez mas difícil.

-Llévatelo.

-Ángel… no, él se tiene que ir a grabar, su oportunidad es única.