Narra Adrián:
—si sabes que no es la primera vez que voy a una fiesta, verdad? Sé todo lo que tengo qué hacer, mamá— dije por tercera vez a mi madre.
Ella no paraba de dar vueltas por mi cuarto, ¿por qué se ve tan preocupada? No es la primera vez que asisto a una aburrida fiesta como esta, ni la primera vez que llevó a una fiesta a Bridgit y... aquí entre nos, es más aburrido pasármela con Bridgit que en una fiesta.
—no vayas olvidar decirle a Bridgit lo hermosa que se ve, eso siempre es importante, cariño— aconsejó mi madre dándose por vencida y sentándose en la orilla de mi cama.
—ya se que te estoy aburriendo Adrián, pero esta fiesta no es cualquier fiesta, esta vez los anfitriones son los reyes de The Wonderland, no debemos dar malas impresiones ante ellos— explicó mi madre mientras ponía una cara de disgusto.
Nose por qué, pero cada vez que mi mamá menciona a los reyes de The Wonderland se pone tensa y disgustada, debe ser algo importante.
—está bien mamá, pondré mi mayor esfuerzo— dije mientras rodaba los ojos.
Mi madre se dio por servida y se levantó de mi cama, comenzó a caminar en dirección a la puerta, no sin antes decirme esas últimas palabras.
—gracias, cariño, confío en que lo harás bien— esbozó una última sonrisa y desapareció de mi vista.
Suspire y seguí abotonando los botones de mi camisa.
No puedo creer que Bridgit me haya traído como loco durante dos semanas por esa estúpida fiesta. Recuerdo que no paraba de buscar dietas efectivas en internet, talvez hubiera muerto de hambre, de no ser por esa ensalada de frutas que comía. También tardó alrededor de una semana tratando de buscar "el vestido prefecto", así es como ella lo nombraba.Volví a suspirar pesadamente cuando recordé que era hora de pasar por ella.
Le prometí que sería puntual, pero no entiendo de qué sirve, si cuando llegue sé que dirá " casi estoy lista, sólo 5 minutos" y esos 5 minutos se convierten en 1 hora eterna.Respira hondo y sal por esa puerta
Seguí las instrucciones de subconsciente y salí por aquella puerta tratando de ignorar los mensajes de WhatsApp que seguramente me enviaba Bridgit.
Fui a buscar mi auto VERSA, 2016, color azúl marino, que según Bridgit es demasiado pequeño y soso para mí. Ella dice eso por que está acostumbrada a lo exagerado, exótico y a siempre llamar la atención pero a mí la verdad me encanta mi auto.
Cuando estaba por meter la llave en la ranura para encender el auto, pero sentí una vibración en el pecho que me entorpeció todo y las llaves cayeron por el asiento del copiloto. Saqué el celular del bolsillo que se encuentra dentro del saco, a la altura del pecho y contesto sin mirar el nombre del contacto:
«¿hola?»
«Adrian ¿dónde estás? Te mandé miles de mensajes, ¿por qué no los respondes?»
«ya voy hacia allá, no los e respondido por que había olvidado mi celular en la sala, disculpa»
«necesito que vengas rápido, necesito tu opinión, besos, adiós»
Conociéndola, necesita mi ayuda para elegir que aretes ponerse.
Me reí sólo, ante esa suposición que seguramente es cierta y guardé mi celular en el mismo bolsillo.Me acerqué a la altura del piso del auto para buscar las llaves, que según yo, cayeron cerca del asiento del copiloto. Metí la mano debajo del asiento y... si! Creo que éstas son. Las tome y saqué la mano pero algo anda mal, ya las sacudí varias veces y es raro que no haya emitido ningún sonido, si fueran llaves seguramente ya se hubieran escuchado. Entonces acerqué lo que sea que tengo en las manos para ver de qué se trata. Era el dije de Sky, lo reconocí al instante por que ya lo había visto un par de veces en el campo de gotcha tiempo atrás. Hay algo raro, no encontraba la cadenita, solamente el dije. Alcé los hombros pensando que talvez se haya caído en alguna otra parte, guardé el dije de aquella chica y seguí buscando las llaves hasta que las encontré el fondo del asiento, pegadas a la puerta.
Encendí el auto y fui en dirección al castillo de los Beckeham.
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Una princesa imperfecta.
Teen FictionSky, una chica de 16 años, sin una pizca de delicadeza o feminidad y para colmo de males: es una princesa. Sus padres desean con todo el alma la felicidad y el bienestar de su hija, aunque crean que la felicidad es igual a vestidos incómodos, tacone...