22. ¿Yo de modelo? ¡Jamás!

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—espero y no sea vegetariana— digo mientras espero a que Violeta llegue a mi habitación.

Después de que vimos cómo nuestros collares cambiaron de color, seguí limpiando las secuelas de la pelea que Adrián había tenido con el imbécil de Ron y luego regresamos a nuestra habitación.

Alrededor de una hora, Violeta me llamó preguntando si estaba bien, con eso de que cancelé la salida sin decir por qué, se preocupó. En fin, me disculpé por cancelarla de esa manera y decidimos reanudar la cita, sólo que ahora será cena.

—¿y a dónde van a ir?— pregunta el curioso de Adrián con una lata de soda en la mano, recargado en el sofá individual y con la pijama puesta.

Se ve extraño con el labio roto y unas mini banditas blancas en la ceja. De alguna manera me siento culpable al ver su rostro demacrado y en sus manos enredadas con unas bendas que no se quería poner pero que yo le obligué a hacerlo.

—no losé, le dije que ella decidiera el lugar— alcé los hombros dándole poca importancia, pues estaba poniendo al día a mi mejor amiga.

Estaba apunto de guardar el celular, cuando siento que algo me golpea levemente el rostro, fue algo blando.

—no me ignores cuando te hablo— dice Adrián con una cara de travieso.

Alcé una ceja ofendida y me levanté del sofá. Alguien debe enseñarle a Adrián una regla básica para vivir conmigo: nunca me molestes cuando estoy hablando con Alexa.

—no te ignoraba— le regresé el golpe con el cojín del sofá.

Adrián me estaba amenazando con lanzarme otro cojín, cuando de pronto alguien toca la puerta.

—has sido salvada— regresa el cojín al sofá.

Camino a la puerta y abro. Era Vi con una enorme sonrisa, brillante y contagiosa. Me pregunto qué es lo que la trae de tan buen humor.

—¿estás lista?— pregunta animada y creo que con un toque de nervios.

¿Que si estoy lista? Chica, tardaste en llegar media hora ¡claro que estoy lista! Sinceramente, no entiendo porqué las mujeres tardan tanto en arreglarse, es y seguirá siendo un enigma para mí.

—sí, claro, vamos— regresé adentro por mi celular —nos vemos más de rato, Adrián— me despido.

—nos vemos— asiente —diviertanse chicas— dice antes de que cierre la puerta por completo. Comenzamos a recorrer el pasillo.

—¡rayos! Es tan sexy que yo también quisiera haberme equivocado al inscribirme— se le escapa a Vi luego de que se cercioró de que cerré la puerta.

Creo que después de todo Violeta no es tan tímida, es eso o que me está tomando confianza. Cuando la escuché decir eso, no pude evitar soltar unas carcajadas.

—¿estás de broma?— repongo entre carcajadas.

—¿que? ¡claro que no!— niega rotundamente —da gracias que me caes bien, por que sino también te tuviera envidia como todas las demás princesas— entramos al elevador.

¿Que? ¿Envidia? Cuando veía a las princesas mirarme con recelo, jamás me imaginé que fuera por eso, de hecho, nunca me puse a pensar por qué lo hacían.

...

Llegamos a un restaurante bastante... lindo, entramos y tomamos asiento en una mesa que está a un lado de una gran ventana. Yo me encontraba buscando en el restaurante algo que me indicara que no es vegetariano, no tengo nada en contra de ellos, pero yo amo la carne y...

Una princesa imperfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora