Una princesa imperfecta.

2. La diosa estúpida.

Quería seguir dormida, pero desde hace rato que está sonando mi puerta.
Cuando me despiertan tan temprano suelo despertarme de malas, y hoy es uno de esos días.

—que?— dije bastante somnolienta y molesta.

Corrí las sábanas hasta la altura de mi ombligo y frote mis ojos.

—puedo pasar? soy yo, Alexa—

—pasa— me incorporé a la cama.

Alexa entró con una sonrisa divertida en su rostro.

—vaya, me encanta que siempre estés de buen humor— dijo con sarcasmo.

Entró a mi habitación cerrando la puerta atrás de ella.

—también vienes a regañarme?—
Me levanté de la cama y caminé al baño.

—no. Vengo a darte un aviso de tus padres—

Ella alzó la voz lo suficiente cómo para que la escuchara desde el baño.

—¿un aviso?— volví con mi mejor amiga y aún con el cepillo de dientes en mi boca, acompañado de pasta.

—si, me dijeron que te dijera que te arregles apropiadamente, tienes una cita importante o algo así—

Regresé al baño, me enjuague la boca y volví con Alexa.

—no te dijeron de que se trata?—

Me senté en la esquina de la cama y ella me imitó.
Ella colocó un mechón de su cabello color negro detrás de su oreja.

—no. Mejor cuentame que pasó ayer, yo lo único que supe fue que te habías escapado y no llegabas, después llegaste y la reina comenzó a gritar exageradamente y...ya, es todo—

Traté de evitarlo pero no pude, una carcajada retumbó en la habitación.
En su cara podía ver su curiosidad.

—luego te cuento, si? Ahora tengo que pensar en ponerme algo "apropiado"— exclamé, poniendo comillas con los dedos en la última palabra.

Alexa río y me ofreció su ayuda, obviamente yo dije que si rápidamente por que aunque Alexa no fuera una persona con mucho dinero, sabía exactamente cómo vestir para cada ocasión.

—espera, has visto a Baquetas?—

Que extraño, desde que ella está conmigo, duerme y despierta sobre mí o a mi lado.

—tus hermanos están con ella en el jardín de atrás—

Eso me tranquilizó un poco y pude enfocarme mejor en lo que hago.

Después de una hora de una aburrida elección de ropa. Alexa se rindió y dejó que me vistiera como yo quería.
Escogí unos jeans de mezclilla entubados, una blusa de tirantes suelta color rosa pastel y encima de ella una chaqueta de cuero.

—bueno, al mal paso darle prisa— dije tratando de darme ánimos a mí misma. Alexa asintió con una sonrisa en su rostro.

Salí de ahí y fui a la parte de abajo, seguramente ellos están en la sala sentados. Bajé por las escaleras rápidamente y llegué a la estancia, cuando me di cuenta tenía varias miradas puestas en mí.

—me buscaban?— me referí a mis padres.

Mi padre tenía una cara de "esto no te gustará" y mi madre una de satisfacción.

—Sky, ella es Bridgit Beckeham, ella es quien te ayudará a ser una princesa—

Las miradas cayeron en una chica como de 18 años, guapa, con un vestido demasiado elgante para la ocasion, kilos de maquillaje en su rostro, zapatos que parecían sancos y una cara de superioridad y prepotencia mirándome.