3. El conquistador.

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Sin darme cuenta, por mi pelea con la diosa estúpida, tenía dos chavos mojados frente a mí, lo más probable es que se hayan metido a la piscina sin que me diera cuenta.

—hola—

El tipo me sacó de mis pensamientos.

—hola— dije tratando de sonar gentil.

Después de todo, ellos no tienen la culpa de lo que me quieren hacer mis padres.
El otro chico que nunca había visto se acercó a mí y comenzó a mirarme de pies a cabeza, justo como lo hizo Bridgit, pero él pareciera que quería desvestirme con la mirada.

-dusculpa, se te perdió algo?- le dije.

Él dejó de examinarme y me miró mordiéndose el labio inferior.

Este tipo me está cayendo mal.

—hola preciosa— dijo con aires de grandeza.

Alcé mis cejas y casi reía por su intento miserable de alagarme.

El "conquistador" sólo traía un short holgado, creo que es un traje de baño para hombres y unos lentes de sol, lo cual no dejaba nada a la imaginación, él es perlado, cabello color negro y largo, buen cuerpo y guapo, pero lo guapo no le quita lo imbécil.

—¿disculpa?— dije conteniendo la risa.

—escucha cariño, hagamos las cosas fáciles...—

Le interrumpi haciendo un ademán con mi mano derecha.
El chico o cosa, lo que sea, rodeó mi cintura con su brazo y me juntó a su cuerpo, yo, instintivamente me separé de él un poco brusco.

—no me vuelvas a tocar— le advertí.

Él rió divertido y alzaba sus brazos como queriéndome abrazar por las caderas, eso me molestó tanto que no pude más, tomé su muñeca izquierda y la llevé hasta detrás de su espalda.

—por favor no me vuelvas a tocar— le dije tratando de calmarme a mí misma.

Lo solté y su amigo, el que ya había visto, comenzó a reírse.

—Ron, será mejor que dejes de molestar a la señorita—

Ésta vez dijo el chico de cabello castaño, color perlado, sonrisa linda y también llevaba unos short como los de su amigo.
El chico me sonrió y se veía… lindo.

¿yo dije eso?

—sabes quien soy muñeca?—

Rodé los ojos y fui a cargar a Baquetas en brazos.
Ella le comenzó a gruñir al imbécil, o Ron, como sea.

—el tipo más imbécil sobre la tierra?— dije con ironía.

El castaño comenzó a reirse.
Y llamenme loca, pero el castaño no dejaba de mirarme, no lo hacía de una forma pervertida, lo hace con curiosidad, creo.

—no cariño, soy Ron Beckeham, el príncipe de éste castillo—

Tal vez el creyó que yo diría algo como...

Oh por dios! Te amo

O algo por el estilo, en lugar de eso respondí lo más calmada e indiferente posible.

—¿y eso debe de importarme?—

Ron en realidad se sacó de onda, lo noté por cómo alzó sus cejas, al igual que su amigo.
¿que creía? Que todas reaccionarían igual? Que tonto es este chico.

Una princesa imperfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora