29. Una venganza, tres chicas.

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Esto apesta

Dímelo a mí.

Mi listón había sido el más pequeño. ¡Demonios!, ¿es que no puedes hacer nada bien? Deja de molestarme subconsciente, no estoy para tus regaños, además no fue mi culpa, es esa maldita que nunca nos ayuda y que le gusta burlarse de nosotras, llamada suerte.

maldición— refunfuñé —esta bien, Sky, siempre existe la posibilidad de que no se sepan la respuesta— trató de alentarme, pero la verdad estaba muy lejos de hacerlo.

—vaya, eres bastante optimista— dice sarcástica —y tú muy pesimista— repuso.

La mujer rubia sacó de no sé dónde una tarjeta, donde supongo que lleva escrita la pregunta y respuesta final.

—nombra al primer ser vivo en orbitar la tierra y el año en que lo hizo— dijo posteriormente aclarándose la garganta.

Buena pregunta. El chico de las gafas abrió desmesuradamente los ojos, relamió sus labios y pareció tragar saliva en seco. Vaya, vaya, parece que alguien no estudió todos los campos. Dejalo en paz, no es como que nosotras seamos unas eruditas en éste tema. Pero sabes la respuesta, ¿verdad? ¡verdad!.

Escuché cómo la pareja del chico de lentes susurró un creo que yo losé muy inseguro. El otro lo estimuló para que dijera su respuesta.

—Yuri Gagarin, en mil novecientos sesenta y uno— dijo bastante inseguro.

El gentío no parecía tener palabra, parecía oírse el aleteo de una mosca descarada. Yo miraba a la mujer con la respuesta correcta en las manos. La misma acercó el micrófono a su boca para decir la respuesta y a mí pareció que mi corazón quería salir disparado de mi pecho.

—la respuesta es incorrecta— el público pareció haber ensayado para hacer un jadeo sincronizado.

—la respuesta correcta puede ser dada por el otro equipo— ¿es normal que me esté dando un tic en el ojo?.

Adrián alzó las cejas, esa expresión de “ya valió caca” no puede significar otra cosa más que que no sepa sobre el tema.

—Sky, si sabes la respuesta dila, porque no tengo la menor idea sobre esto— susurró.

Bien, era mi momento, aquí era la delgada línea que decidía entre seguir en esto o perder estando tan cerca. Yo creo tener la respuesta correcta a eso, creo que lo leí en un libro que mencionaba logros importantes del mundo.

—la perrita Laika, en el año de mil novecientos cincuenta y siete— contesté no muy segura de la fecha que di, no recordaba con precisión si era en el cincuenta y siete o en el cincuenta y ocho. Todo esto era confuso y estresante.

La reina Beckeham pinto una sonrisa que me hacía dudar y alzó las cejas con sorpresa. Volteé a ver a Adrián quién me sonrió con una de sus tranquilizadoras.

—correcto princesa Sky— no me había dado cuenta que retenía la respiración hasta después de escuchar esto.

—¿gane?— aún no caía en cuenta —¡gane!— grité entusiasmada.

Y así fue como pasamos a la final de las competencias reales. El público enloqueció, gritaba nuestros nombres como si hubiéramos ganados las olimpiadas. Me giré a ver a mi compañero quién sonrió mostrando sus dientes. Nos dimos un corto abrazo pero fuimos separados por Bridgit, Violeta, Cárter y Ron quienes fueron a felicitarnos.

Luego de dos horas más, las competencias terminaron, el gentío iba desapareciendo poco a poco al igual que los reporteros.

Cárter, Adrián y yo entramos al edificio masculino apresurados puesto que comenzó a ventear bastante fuerte, parecía que llovería muy fuerte esta noche.

Una princesa imperfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora