~Narrado por Brian~
Sentía que mi corazón latía a mil por hora. Era ridículo... ya había tocado miles de veces antes... Bueno, pero esta era la primera que "iba en serio".
Siempre fue mi sueño ser un gran astrónomo... y de repente, la música golpeó a mi puerta, y ocupó gran parte de mi vida. Por eso, desde hacía varios años, me dedicaba a tocar mi guitarra en donde se me presentara la oportunidad, ya fuera yo solito o con amigos.
Pues bien, parecía que al fin iba a lograr algo... es decir, un sujeto un poco loco, el que sería nuestro representante, simplemente nos había juntado y formado una banda. La verdad no sé ni cómo fue que dio conmigo. Ni siquiera conozco bien a mis compañeros de banda... es más, ni estoy seguro del nombre del bajista. Pero bueno, esto iba en serio al fin...
Me puse a afinar mi guitarra por milésima vez en esa hora. A lo lejos, escuchaba que dos personas discutían. Levanté la vista y vi a Freddie, el vocalista, y al bajista... amm... John, creo. Si, ellos eran los que discutían.
-¿Cómo es posible que te sientas tan cómodo usando eso?-decía Freddie-¡Es nuestro debut! ¡Tenemos que destacar!
-No me importa lo que digas-alegaba John-No usaré esa estúpida camisa de lentejuelas
Ahogué una risa. Freddie era muy, muy raro... No sé, es demasiado... escandaloso, por decirlo de alguna manera, está completamente loco y cree que puede mandarnos solo... pero bueno, era buena onda... al menos a mi me caía bien. Aunque también trató de regañarme por mi ropa tan sencilla, pero como no me dejé, ahora fue a joder a John.
John era más serio, de hecho, casi nunca hablaba, aun me sorprendía ver que no era mudo. No sé, por eso me llevaba bien con él, yo tampoco hablo mucho.
En general, me llevaba bien con todos... bueno... Roger, el baterista, un tipo rubio y enano, no parecía muy dispuesto a ser mi amigo. No es que me tratara mal ni nada de eso, de hecho era muy educado. Demasiado educado, al punto de ser algo arrogante. Por la forma como me miraba, se veía que prefería tener un límite entre nosotros, y yo no me quejo, por mí, mientras menos gente me hable, menos complicada es mi vida.
Hablando de... Roger apareció, como siempre, caminando con cierto aire de soberbia... o sea, yo no podía afirmar que fuera mala persona o así, pero se veía algo que no me gustaba de él... Sonrió un poco al ver a los otros dos peleando y dijo:
-Basta chicos, estamos a punto de salir, no tiene caso que sigan con sus cosas
-Gracias-suspiró John
Se vio que Freddie quería discutir, pero en eso apareció Dick, nuestro representante. Este era un sujeto cuarentón, bastante activo, que intentaba motivarnos con cada palabra. Él, más que nadie, estaba convencido de que llegaríamos a triunfar en serio.
-¿Están listos muchachos?-nos preguntó, con una gran sonrisa en el rostro-Hay decenas de personas allá afuera esperando por ustedes
Sentí un hueco en el estómago solo de pensarlo. John parecía estar en mi situación, pero Freddie y Roger parecían no estar ni un poquito mal con eso, como si ya lo hubieran hecho miles de veces.
-Escuchen-continuó Dick-Un viejo colega mío vino a verlos
-¿Colega?-repitió Freddie
-Aja. Es el dueño de un importante sello discográfico, si dan el ancho esta noche, tengan por seguro que llegar a la cima será más sencillo
Esas palabras solo me sirvieron para ponerme más nervioso. Respiré hondo y traté de calmarme. Parecía un colegial a punto de entrar a la oficina del director o algo así. A veces tenía que recordarme a mí mismo que ya estaba grandecito como para ponerme tan nervioso por todo. Ya era grande en ambos sentidos de la palabra, tenía ya 20 años... y medía casi 1.90 de alto. Era ridículo que a veces me portara como un niño.
-Prepárense, salen en 10-anunció DickTenía que admitir que las cosas iban bastante bien. Me detuve a respirar unos segundos, mientras el público aplaudía. Llevábamos apenas 3 canciones, pero la verdad, nos habían salido tal y como debían. Estaba sudando muchísimo, al principio por los nervios iniciales, luego, por la adrenalina y todo el movimiento en el escenario.
Me aparté el pelo de la cara. Tenía el cabello larguísimo y muy rizado, bromeaban mucho conmigo a causa de esto, pero trataba de no hacer mucho caso.
Freddie se me acercó. Estaba tan satisfecho consigo mismo que no dejaba de sonreír... o quizás era el hecho de que sus enormes dientes siempre estaban fuera de su boca, quien sabe.
-¿Listo?-me preguntó
Yo asentí.
-Sigue Jailhouse Rock
-Bien
Freddie le hizo una señal con la mano a Roger, quien marcó el compás para que yo entrara a tiempo. Lo hice sin problema, era una canción muy sencilla. Tanto, que seguí tocando sin concentrarme mucho, dejé que mi mente volara, y comencé, por primera vez, a ver al público. Nadie en especial me llamó la atención. Levanté la vista al palco principal del recinto... y entonces ocurrió.
Había una chica mirándome... sí... sin duda estaba mirándome. Así, de lejos, solo podía ver su largo cabello negro... pero había algo en su rostro que... En ese momento perdí por completo la confianza. Me equivoqué en el acorde, y solo entonces volví a la realidad. Freddie me miró como queriéndome matar, pero yo rápidamente corregí mi error, y él también siguió como si nada.
"No seas ridículo" pensé "Estás en un concierto, obviamente estaba mirando al escenario, está viendo a toda la banda"
Trataba de convencerme de eso mientras tocaba el solo de la canción. No, no me funcionaba. Estaba seguro de que esa chica me estaba viendo A MI. No a la banda, a mí solito...
Probé de nuevo. Levanté la cara para mirarla justo cuando ella se volvía hacía otro lado ¡Qué casualidad!
Por alguna extraña razón, perdí mi poca confianza. Ahora se había apoderado de mí un inexplicable terror a equivocarme, a hacer el ridículo frente a una chica que nunca había visto. Gracias a eso, tuve cientos de errores menores. Errores que, estaba seguro, Freddie me haría pagar cuando el concierto acabara.
El resto del concierto se me hizo eterno, pero a la vez pasó muy rápido. Lo primero, porque me estaba equivocando mucho y sentía que solo estaba quedando en vergüenza. Lo segundo, porque cada vez me parecían menos las posibilidades de verla de frente. Ella apartaba la vista de mí cuando yo trataba de mirarla, y cuando ella iba a fijarse en mí, me daba pánico y fingía estar interesado en mi guitarra, cosa que debería estar haciendo.
Por eso, sentí una gran satisfacción cuando se acabó. Freddie agradeció al público, que gritaba y aplaudía.
Era mi última oportunidad. Miré al palco de nuevo y, por primera vez, ella mantuvo sus ojos en mí. Como ya he dicho, la chica tenía el cabello negro, largo y lacio, el rostro delgado e iba vestida con una camiseta de... mmm... no podía leer bien, pero era el logo de una banda de rock. Me atreví a mirarla a los ojos, y ella me sonrió.
Yo sentí que el ama me bajaba a los pies, y sonreí torpemente, sin dejar de mirarla. Me habría quedado ahí para siempre, de no ser porque un hombre que estaba junto a ella le dijo algo. La chica me miró unos segundos más y desapareció.
Solo entonces me percaté de que ya no había nadie en el escenario, así que me apresuré a salir de ahí. Ya que estuve tras bambalinas, dejé mi guitarra en un lugar seguro y me disponía a salir corriendo, cuando Freddie me aprisionó contra la pared, gritándome:
-¡¿Qué demonios pasó contigo hoy?!
-Perdón, estaba nervioso
-¡Eres un tonto! ¿Sabes lo importante que era que precisamente HOY saliera todo perfecto?
-Lo sé, lo sé. Lo siento... Freddie, suéltame, tengo que ir a...
Él me miró como queriendo golpearme. Era digno de verse, que alguien que me llegara apenas al hombro me amenazara. Siendo sinceros, si nos peleáramos, Freddie me destrozaría: soy demasiado torpe y debilucho como para golear a alguien.
-Bien-concedió, soltándome-Pero esto no acaba aquí
-¡Lo siento!-exclamé, antes de salir corriendo
Me adentré entre el mar de gente. Muchos me decían algo sobre la actuación, pero yo no hacía el menor caso. Estaba buscando a la chica del palco... Corrí y corrí, me detuve, caminaba y volvía a correr, fijándome en cada rostro, sin suerte. Di vueltas al perímetro, atravesé, recorrí el lugar de mil maneras... pero no.
Por fin, decidí rendirme. Luego de casi media hora, era ridículo pensar que siguiera por ahí... Pero entonces, recordé el vestíbulo del recinto. Corrí hacia allá... pero no. Solo había algunos hombres charlando por ahí, esperando taxis o cosas así. Solté un gran suspiro y decidí que no quería escuchar los regaños de todos todavía, de modo que me recargué en una columna y me dejé resbalar al piso, decepcionado.
Entonces, escuché un pequeño suspiro proveniente de... ¿mi espalda? Volteé, y vi a alguien sentado en el piso, como yo, del otro lado de la columna. Me estiré un poco más, y sentí que el corazón se me iba a salir del pecho al reconocerla...
La chica del palco estaba mirándose las uñas, pintadas de negro. Yo me quedé como idiota, mirando su perfil, hasta que ella volteó. ¡Eso solo sirvió para ponerme aún más idiota! Joder... tenía unos ojos enormes, de color gris verdoso, bajo unas gruesas cejas negras. Su nariz era un poco larga, y sus labios anchos.
No pude moverme ni un centímetro, situación que empeoró cuando ella decidió sonreírme... Dios, tenía una sonrisa preciosa, sus dientes eran muy blancos, perfectamente alineados. Más que eso, sus hermosos ojos parecieron sonreírme también.
-Hola-dijo ella
Maldita sea, hasta su voz era perfecta... Tenía un ligero acento italiano, y su tono era suave.
-Ho... hola-balbuceé, sintiendo aún más imbécil. Por alguna extraña razón, mi cerebro decidió jugarme una horrible broma, y me hizo añadir: - Te estaba buscando
Ella rió un poco ¿Se trataba, acaso, de querer hacerme ver aun peor? Es decir... su risa era mucho más linda de lo que habría podido imaginar jamás.
-En ese caso... te estaba esperando-respondió, sin dejar de sonreír
-Ahh... perdón por molestar... mejor me voy...
-No, está bien... digo, si quieres quedarte....
-Sí, sí quiero
"Idiota" volví a pensar
-¿Me dirás tu nombre?-inquirió ella, acercándose a mí
-Brian Harold May... Solo Brian-contesté, con la voz aun algo temblorosa-¿Y tú eres...?
-Stefani Joanne Angelina Germanotta
-Amm... ¿Cómo puedo abreviar eso?
-Stefani-rió un poco de nuevo
-Hola... un placer
Tendí mi mano hacía ella, quien la estrechó.
-Tocas muy bien-me aseguró
-Gracias... pero me equivoqué muchísimo
-No se notó
-¿En serio?
-Si, en serio
-Eso no es lo que dijeron los demás... Bueno...
-Creo que te puse nervioso allá, ¿verdad?
Creo que me sonrojé entero. Stefani me dio una palmadita en el hombro y dijo:
-Lo siento... no podía evitar mirarte
-¿Por qué?
-Amm.... Bueno... me gusta tu cabello
-¿Ah sí?
-Sí. ¿Puedo... ya sabes... tocarlo?
-No creo que quieras, estoy todo sudado
"Brian... eres un idiota" dijo de nuevo esa voz en mi cabeza
-No importa ¿Puedo?-insistió ella
-Claro
Agaché la cabeza, y sentí una de sus manos hundirse en mis rizos. Duró unos segundos acariciando mi cabello, y me estremecí cuando sus uñas rozaron mi cuero cabelludo.
-Es muy suave-comentó, retirando su mano
-Eso dicen-respondí, sonriendo
No dijimos mucho más. Me limité a mirarla de reojo.
Por fin, un señor vestido de traje salió del edificio principal, y al verla dijo:
-Stefani, vámonos
Así, como si yo fuese invisible.
-Ya voy-dijo ella
El señor se dirigió a la salida.
-Eso de que tu papá te acompañe a un concierto no es precisamente lo mejor del mundo-explicó
-¿Tu papá?
-Ajá. En fin... fue un gusto conocerte
-Lo mismo digo
Stefani hizo ademán de levantarse, pero yo me apresuré a ponerme de pie y le ofrecí mi mano. Ella la tomó y se levantó. Estando sentados, no había notado lo bajita que era. Me llegaba apenas al pecho. Por fin pude ver su camiseta, de Black Sabbath.
-Pues adiós-dijo ella
-¿Podemos vernos otro día?
Ella sonrió ampliamente. Algo me decía que estaba esperando a que le dijera eso.
-Claro que si-respondió
-¿Podemos salir el... viernes?
-Viernes. Perfecto
-A las... ¿7?
-Perfecto
-¿A dónde paso por ti?
Ella sacó una lápiz para ojos de su bolso, tomó mi muñeca (sentí una especie de corriente eléctrica en mi cuerpo) y anotó su dirección en mi antebrazo. La leí de reojo.
-Te veré ahí-aseguré
-De acuerdo... nos vemos, y gracias
-¿Gracias por qué?
-Por no dejar de buscarme
Stefani me guiñó un ojo, sin dejar de sonreír. Yo solo pude decirle adiós con la mano, mientras la veía salir tras su padre.
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Yoü And I
RomanceBrian May es un chico humilde y tímido, con grandes aspiraciones para su futuro. Stefani Germanotta es una rebelde nata cuyo sueño es ser cantante. Cuando ambos se conocen, saben que están dispuestos a estar juntos para siempre, pero ¿y si parece qu...