Capítulo 81

122 7 1
                                    

~Narrado por Brian~
Stefani no me habló en toda la noche. Ni me molesté en ir con ella, la verdad, dormí en el sofá, y esta mañana me levanté antes que ella para poder vestirme y salir.
Sé que este asunto debe terminar, arreglarse pronto, porque me estoy empezando a hartar de discutir. Siendo sinceros, no tengo ninguna oportunidad de salir victorioso, así que debo ceder ante la presión en algún momento… Al menos quería que fuera dignamente, no es probable, tampoco, pero voy a tratar. Igual me dolía pensar en que ya no podría hablarle a Madison, porque ella me da mucha seguridad para contarle cosas. Pero en fin, no puedo seguir llevándole la contraria a todos sin que me odien, así que…
Estaba, como siempre, arrodillado en uno de los jardines de los Montgomery, trabajando con los recién plantados rosales. Era un día especialmente caluroso, incluso me había quitado la camisa, dejándome sólo la camiseta interior sin mangas. Se que lo voy a lamentar más tarde, porque seguro me voy a quemar los hombros, pero por ahora no me importa nada. También traía puesta mi gorra ascot con la visera al revés, para no quemarme la nuca, ahora que tenía el pelo corto. Además servía para ocultar el trasquilón de ayer.
-¡Bri!-me llamó Madison, desde el porche
-Hey-respondí, Volviéndome a mirarla, saludándola con la mano
-Ven acá
Me levanté y me sacudí la tierra de las manos y el pantalón mientras me dirigía hacia el porche. Madison se sentó en los escalones de madera, y al llegar, la imité.
-¿Qué pasa?-pregunté
-Nada-admitió ella-El sol está muy fuerte, te vas a desmayar. Tómate unos minutos
-Si insistes…
Sonrió y me quitó la gorra, mirándola por todos lados.
-Cuando era niña, tenía una como estas-comentó
-Pero son para niño-observé, medio en broma
-Sí, exacto. Yo quería jugar fútbol con los niños que se juntaban en el Hyde Paro, pero obviamente no me dejaban, no jugaban con niñas…
-Aguarda, ¿me vas a decir que te vestías de niño?
-Sí, de hecho
Me reí. Ella me dio un codazo en las costillas y siguió:
-¡No te rías! En ese entonces, mamá recolectaba ropa usada para donarla a orfanatos… entonces tomaba ropa de niño de ahí, y una gorra como esta, me quedaba grande, así que podía ocultar mi cabello
-¿Y nadie se dio cuenta?
-Nadie, pero igual llegó un momento en que debí dejar de hacerlo
-Quién lo diría… La diva Madison Montgomery...
-No soy una diva, tonto
-Sí tú lo dices… Dame eso, también tengo algo que esconder
-No tapa tus orejas, lo siento
-¿Por qué todos se burlan de mis orejas? Demonios, ya recordé por qué tenía el pelo largo
-Me gusta mucho cómo te ves así
-¿En serio?
-Sí, ya te lo había dicho… ¿Qué es lo que querías ocultar?
Por toda respuesta, agache la cabeza y pasé mis dedos por la parte trasquiladas de mi pelo. Madison se tapó la boca con las manos y soltó una risita.
-¿Qué te pasó?
No me dejó responder, porque en ese momento soltó una carcajada.
-¡No te rías!
-¡Perdón!-dijo entre risas-¿Qué pasó?
-Trágico accidente…
-A ver…
Me obligó a agachar la cabeza de nuevo y comenzó a acomodar mi cabello con los dedos.
-Creo que se puede arreglara murmuró así hacemos que esto quede así… y corto un poco las puntas acá…
-¿Y prometes no trasquilarme más?
-Bueno, es eso o te lo cortas todo
-O me sigo escondiendo en mi gorra. Mejor
-¿No confías en mí?
La vi, con las cejas arqueadas. Solté una risita y dije:
-¿Y si me trasquilas?
-Termino de raparte
-No me conviene
-Si te tranquilo, te invito el almuerzo. Pero si no, tú me invitas a mí
-Me parece perfecto
-Entonces ven
Madison se puso de pie, y no tuvo menor problema en tomar mi mano llena de tierra para ayudarme a levantarme.

-Entonces… ¿Quién se va a tragar sus palabras?-se ufanó Madison, mientras sostenía un espejo detrás de mi cabeza
-Está bien, está bien… Lamento haber dudado de ti-dije, observando el reflejo en el espejo de enfrente de mí
No sé que tanto hizo Madison, pero estuvo un buen rato peinando y dando pequeños cortes a mi cabello, y ahora que me mostraba el resultado… bueno, de verdad había lograr ocultar el trasquilón en mi cabello, aunque ahora se veía un poco más corto que antes.
-Pues alguien me debe un almuerzo-señaló, quitándome de los hombros la toalla que habíamos usado a modo de capa
-Bien, tú ganas… ¿A dónde quieres ir?
-Hay un pequeño restaurante aquí cerca, si quieres…
-Bien, pues adelante

Yoü And IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora