~Narrado por Brian~
Llegué a casa de Stefani poco después de la hora de comer. Ya tenía la suficiente confianza para abrir la reja, atravesar el jardín y tocar la elegante puerta de madera tallada, así que lo hice.
Como casi pude haber apostado, quien me atendió fue el padre de Stefani. En cuanto abrió por completo la puerta, levanté un poco los brazos a mis costados y dije:
-Buenas tardes, señor. ¿Qué le parece?
Esa mañana, me había dedicado a comprar ropa formal, tal y como me había pedido el Sr. Germanotta. Había sido entretenido, la verdad, ya que yo prefería este tipo de prendas.
Iba vestido con un pantalón café claro de vestir, una camisa blanca, corbata negra, y sobre esto un suéter de cuello v de color verde oscuro.
Pero obviamente el cambio al que realmente prestaba atención el padre de mi novia era al de mi cabello.
La idea original había sido cortármelo todo parejo con la peineta que me lo dejara más largo, pero lo hice así, y mi pelo quedó con una medida general de unos 4cm, pero decidí cortarlo un poco más y me quedó de unos 3cm. Luego creí que mi cabeza se veía demasiado redonda así, de modo que corté un poco más el pelo de los costados y lo de atrás. Luego, necesité la ayuda de mi papá para difuminar la parte más larga de la más corta de mi pelo, y para que me rasurara las patillas y la nuca. Lo hizo con tanta precisión como un barbero militar, como si hubiese utilizado una regla o algo así. Total, que tenía el cabello casi rapado, muy suave al tacto (no podía dejar de pasarme las manos por la cabeza) y la verdad era que no me causaba tanto malestar como creía. Hacía mucho que no tenía el pelo tan corto, pero en serio que me sentía muy bien.
Lo único que odiaba de ese corte era algo de lo que no me había dado cuenta, o más bien no le había prestado atención, ya que el pelo largo jamás me lo quitaba de la cara. El caso es que los genes de mi papá conspiraron en mi contra, y sólo ahora que mi cara estaba completamente despejada, pude darme cuenta de que tenía unas entradas ya algo pronunciadas a los lados de la frente. Obviamente, ahora me era imposible ocultarlas, así que tendría que pasar un buen rato mostrando la más molesta de las herencias de mi padre. Eso sí, el resto de mi cabello era tan tupido que a pesar de ser tan corto no dejaba ver mi cuero cabelludo.
Además, hacía un rato, cuando me salí de bañar, me di una rasurada tan profunda que sentía que la barba no me saldría en meses.
-A esto es a lo que me refería-asintió el Sr. Germanotta, dedicándome una sonrisa fría-Ni pareces tú
-Pero aún soy yo-repuse-En una versión más... Presentable
-Y eso me alegra. Mandaré a que le avisen a Stefani que llegaste
-Gracias
El señor se fue y dejó que la puerta se cerrara. Metí las manos en los bolsillos y esperé varios minutos. Por fin, la puerta se abrió y Stefani salió de su casa, pero al verme, borró la sonrisa de su rostro.
-Hola-dije, sonriendo un poco
Ella se detuvo antes de bajar los escalones, mirándome muy sorprendida.
-¡¿Qué demonios hiciste?!-exclamó, frunciendo el ceño
Me sentí pequeño, en especial porque yo estaba hasta abajo de los escalones, por lo que, por primera vez, ella estaba más alta que yo.
-Tranquilízate-dije-No te enojes...
-Es que... ¡Brian! ¿Por qué te cortaste el pelo?

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Yoü And I
RomanceBrian May es un chico humilde y tímido, con grandes aspiraciones para su futuro. Stefani Germanotta es una rebelde nata cuyo sueño es ser cantante. Cuando ambos se conocen, saben que están dispuestos a estar juntos para siempre, pero ¿y si parece qu...