~Narrado por Stefani~
Estaba un poco preocupada. Eran más de las 11:00pm, y Brian no había vuelto en todo el día. Ayer, escuché cómo su papá le decía que no volviera sin trabajo, pero no creí que se lo tomara tan en serio.
Luego de que fui por Brian a la sala esta madrugada, no habíamos hablamos mucho. Simplemente nos habíamos metido a la cama y nos dispusimos a dormir. Yo había despertado sin querer un par de veces antes del amanecer, y en ambas ocasiones me encontré con Bri profundamente dormido mientras me abrazaba. Y en cuanto amaneció, aunque yo seguía medio dormida, note que me daba un beso en la mejilla antes de irse.
Esta situación había sido muy estresante, pero aparentemente ya la habíamos resuelto. Digo aparentemente porque no me era fácil asimilar eso de que Brian me hubiera mentido sobre lo de aquella noche. Pero en fin… lo que le dije es cierto. Había pensado las cosas, y llegué a la conclusión de que, dado que yo había sido de lo peor con él, podía pasarle esto por alto. El problema ahora es que me siento algo culpable por el asunto de Madison. La sigo odiando, y eso jamás se me va a pasar, pero por más que me pese, tengo que admitir que sí era una buena persona, y detestaba el hecho de que Bri la apreciara tanto. Pero de todos modos, creo que fue cruel de mi parte haber hecho que terminaran así. Y no, no quiero decir que lo voy a dejar volver, porque en verdad odiaba a esa bruja.
Eso sí, pensaba compensar a Bri haciéndolo sentir bien, consintiéndolo un poco… Quiero hacerlo sentir muy a gusto, para que pueda borrar a Madison de su mente. Quizás lo logre un poco, pero también necesitó ganar territorio en lo de que no podía hablar conmigo de cualquier cosa, y con Madison sí. No sé cómo, pero quiero ganarme su confianza en ese aspecto, aunque sé que no va a ser tan fácil porque él ya se forjó la idea de que no puede hablar conmigo de todo por temor a que me moleste con él. Vamos Brian, no tengo que molestarle contigo mientras te portes bien…
Claro, para hacer eso necesitaba que apareciera. No había ni siquiera llamado o algo, aunque quizá eso se deba a que teme que sea su papá quien le responda. Eso se había salido de control, yo no pretendía causar esa pelea entre ellos. El Sr. May seguía muy molesto con Bri, y lo había dicho. A la hora de la comida, me pidió una disculpa por el comportamiento de su hijo, y a pesar de que yo aseguré que ya era parte del pasado, él insistió en que se iba a asegurar que no volviera a pasar un incidente así. Pues no sé, pero ayer alcancé a escuchar el tremendo regaño que le dio a Brian, y no pude evitar sentirme muy mal por él. Pobre Bri, si yo nada más de escuchar me dieron ganas de llorar, no quiero saber a él qué le causó. Más por la parte cuando le dijo que no quería verlo en todo el día. Sé cómo es Bri, seguro no había dejado de pensar en eso.
Ya tenía sueño, pero no podía irme a dormir hasta que llegara Bri. Estaba preocupada, ya era demasiado tarde, no podemos decir que sigue buscando trabajo a esta hora. Me puse a ordenar la habitación mientras esperaba, para tener algo que hacer. Diría que para distraerme, pero era imposible no preocuparme.
Por fin, luego de casi una hora, escuché cómo la puerta se abrió, y los pasos en el suelo de madera. En cuanto Bri apareció en la entrada de la habitación, fui hacia él y lo abracé.
-¿Qué hora es esta de llegar? ¿Dónde estabas? ¡Me tenías muy preocupada! ¿Por qué no llamaste?
-Tranquila, tranquila…-me calmó él, abrazándome-Estoy bien, mira, estoy entero
-¿Por qué llegas hasta ahora? No, olvídalo, primero dame mi beso
Bri soltó una risita, se agachó y me beso despacio. Le eché los brazos al cuello, sintiendo al fin que me relajaba luego de toda la noche pensando cualquier cosa. Me sentí algo culpable al verlo, pues tenía un enorme moretón en el lado izquierdo de su cara, bajo la boca. No creí haberle pegado tan fuerte…
-¿Comiste?-pregunté, soltándolo
Brian me miró como un niño a punto de recibir un regaño, y negó con la cabeza.
-¡¿Cómo que no has comido?!
-No tuve tiempo-se excusó, haciendo una mueca
-¿Al menos desayunaste?
No respondió, pero eso me dijo todo.
-¡Por eso estás como estás!-lo reprendí-Vamos, te prepararé algo de cenar
-No te preocupes, yo puedo…
-Nada de eso. Deja que tu futura esposa cocine para ti
-Bueno…
Lo tomé de la mano y lo llevé a la cocina. Se sentó en una silla, mientras yo sacaba los ingredientes necesarios para prepararle un omelette.
-¿Tuviste suerte?-pregunté, empezando a cocinar
-Bueno, me la pasé todo el maldito día de aquí para allá, preguntando, y siempre me rechazaban por una cosa o por otra-explicó
-Déjame adivinar: te decían que no tienes experiencia
-Sí, era la frase favorita de todos: “Es que pareces muy capaz, pero no tienes experiencia, hijo…”. ¡Pues claro! Si no me dan trabajo, no sé cómo quieren que tenga experiencia
-¿Y luego qué pasó?
-Ya en la tarde fui a parar a la mina…
-¿Mina?
-Sí… esperé casi una hora a que el capataz pudiera atenderme… Luego charlamos un rato. También iba a darme largas, pero insistí mucho, y al final aceptó
-¿Vas a trabajar en una mina?
-Sí, la mina de carbón. Me dio un mes de prueba.
-¿Cuándo empiezas?
Miró el reloj, y al ver que ya pasaban de las 12, respondió:
-Hoy
-¿A qué hora?
-Es de 8 a 4
-¿Tanto?
-Son las ocho horas reglamentarias, amor
-Bueno… al menos tendrás la tarde libre
-Sí, al menos. Pero me alegro de que no me echaran de ahí también
-No sé… Ser minero es peligroso, ¿no?
-Sólo debo estar atento y hacer las cosas bien
-Si tú lo dices… pero no te precipites a nada, ¿ok? Porque a veces eres muy atrevido, y luego te pasa algo y…
-Voy a estar bien, seré cuidadoso
No dije nada, pero me quedé algo preocupada, pensando en todos los accidentes que podían ocurrir en una mina. Demonios, ¿por qué no pudo ser un mesero o algo así?
-¿Tu jefe es buena persona?-pregunté, poniéndole el plato con el omelette enfrente
-Gracias. Y sí, aunque se ve que no se anda con tonterías. Parece algo… estricto
Le di también una taza de té, y me quedé parada detrás de él. Lo abracé por los hombros, y desabroché los botones de su camisa. Él comenzó a comer.
-Entonces procura portarte bien-dije, recargando mi mentón en su coronilla
-Creo su le caí bien-señaló-Aunque al final de la entrevista me gritó “Córtate ese copete”, aunque creo que no lo decía en serio
Solté una risita. El fleco de Brian era una maraña de rizos más largos que el resto de su cabello, y en vez de caer en su frente sólo se apoyaba en ella, pues los rizos se esponjaban en lugar de irse hacia abajo. Con una mano le eché el fleco hacia atrás, diciéndole:
-Igual se vería bien si te lo cortaras un poquito
-No, nada me convencerá de que te acerques a mi pelo con tijeras de nuevo-se negó, divertido
-Pues con la máquina
-Menos
Me reí y pasé mis dedos por su coronilla, apartando algunos mechones para ver el trasquilón que le hice el otro día. Solté una risita al ver esa franja de pelo corto, tan corto que podía ver su cuero cabelludo. Debía admitir que aquella bruja supo ocultarlo muy bien.
-¿Me dejas plancharte el pelo un día?-pregunté, jugando con su fleco
-Claro que no-respondió, con una risita
-Tú eres el que dice que no le gusta su pelo rizado
-Pero tampoco te voy a dejar jugar conmigo
Me reí y le di varios besos en la sien. Ya extrañaba estar así con él. Odio estar enojada con mi Brian, pero no puedo evitarlo, y sé que aún debe sentirse triste por lo de Madison, pero por eso es que quiero que la olvide, simplemente tratándolo bien.
-¿Tienes más hambre, Tejón?-le pregunté, al ver que había terminado
-Yo creo que no, es suficiente…
-¿Bromeas? Esto no es nada para alguien de tu tamaño, ¿quieres que te prepare otro?
-No, de verdad, no te molestes
-Bien, pero al menos come un plato de cereal o algo así
-Gracias pero no...
-No quiero discutir. Te traeré cereal
Me separé de él y fui por un plato, el cereal y la leche. Brian sólo me observó en silencio. Creo que le extraña este comportamiento mío... digo, debía parecer que me esforzaba por hacerlo sentir bien, y claro era cierto, sólo debía sentirlo inusual. Igual, sólo aceptó lo que le serví y comenzó a comer. Sé que se moría de hambre, no sé a quién quiere engañar.
-¿Te has sentido mal?-quiso saber, de repente
-¿A qué te refieres?-pregunté
-No sé... A los bebés. Es decir, ¿ya no tienes náuseas o algo así?
-Mmm... No, estos días no. Sólo me siento rara porque... bueno, es que ya sabes... no falta mucho para que nazcan
-Lo sé, y estoy muy contento
-¡Yo también! Ya quiero verlos
-Y sí... Vamos, ya ha pasado un tiempo, ¿ahora sí me dirás el nombre de la niña?
-Claro que no. Te dije que debías esperar
-¿Por qué? Vamos, yo te dije el nombre del niño
-Bueno, yo no te obligue
-¡Ay, por favor!
-No amor, tienes que esperar
-Pero...
-Pero nada, lo siento. Vamos, termina pronto para que puedas irte a dormir, después de todo, tienes que madrugar
-Ni me lo recuerdes...
Volví a abrazarlo por la espalda y lo besé en la mejilla. Creo que de cierta forma estábamos dejando de lado todo lo que había pasado estos días y aplazando lo que resta por hablar, y lo sabemos, pero estaba bien, quizás en algún momento volvamos a tocar el tema, pero por ahora, hay que dejarlo así. Sólo quiero estar así, abrazándolo un largo rato.

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Yoü And I
RomanceBrian May es un chico humilde y tímido, con grandes aspiraciones para su futuro. Stefani Germanotta es una rebelde nata cuyo sueño es ser cantante. Cuando ambos se conocen, saben que están dispuestos a estar juntos para siempre, pero ¿y si parece qu...