Yoü And I

Capítulo 31

~Narrado por Brian~

Bueno, al menos no me había ido tan mal como esperaba. Ok, si me sentía muy mal, y me dolía todo el cuerpo, pero pudo haber sido peor.

Había sido necesario anestesiarme para poder tratarme, ya que, en primera, me pusieron una especie de estructura de metal alrededor del torso, la cual impedía que me moviera bruscamente, para permitir que mi costilla sanara sola. Era algo incómodo, aunque era cierto que aún no me acostumbraba a él, puesto que acababa de despertar hacían como 20 minutos, y el doctor me explicó lo que me habían hecho de forma muy rápida. También resultaba que las chicas estaban en lo cierto: tenía una fisura en el hueso occipital, por encima de la oreja. Cómo era una fractura menor, no había mucho de qué preocuparse, pero aun así, me realizaron una sencilla operación para colocar una placa de metal en mi cráneo, para dar soporte a la fractura y que se cerrara. Ahora tenía una extraña sensación en ese sitio, causaba picazón, pero me daba miedo rascarme. En ese momento, el doctor, junto con una enfermera, entró a revisarme. Me miró, diciendo con voz jovial:

-¿Cómo te sientes muchacho? ¿Mejor?

-Me duele el torso-respondí

-Lo normal. Descuida, te mandaré unos analgésicos y no tendrás ningún problema. De hecho, sólo tienes que pasar aquí esta noche, para ver si hay efectos secundarios de la operación, y mañana podrás volver a casa

-¿De verdad?

-Así mismo. Eso sí, deberás guardar completo reposo por un par de semanas, y estarás bien

-Cielos, gracias...

-También te recetaré unas vitaminas, estás demasiado desnutrido, hijo

-Ya lo he oído antes...

-Y sería todo. La señorita te pondrá un suero vía intravenosa para las molestias por la pérdida de sangre

Yo asentí. El doctor salió, mientras la enfermera se acercaba a mí, con el suero ya listo y colgado de un gancho de metal, y me decía:

-Extiende el brazo... Sentirás un pinchazo

Yo obedecí, y ella dio golpecitos para brotar mis venas.

-Dime, ¿cuál de las dos jóvenes que te acompañan es tu novia?-preguntó la enfermera, limpiando la zona de mi antebrazo con alcohol

-Pues... de hecho, ninguna de las dos

-¿De verdad? Parecen estar demasiado preocupadas. A la más bajita creo que hasta tuvieron que darle un tranquilizante cuando avisaron de tu operación

Ay, Stefani. Suspiré, mientras la enfermera introducía la larga aguja en mi brazo y la cubría con cinta.

-Listo-dijo la señorita-Solicitaron entrar a verte, ¿te parece bien?

-Claro, adelante

-Les diré

La enfermera salió. Yo cerré los ojos un momento, sintiendo el líquido frío entrar a mi torrente sanguíneo, cuando escuché que se abría la puerta. Apenas tuve tiempo de abrir los ojos, cuando ya tenía a Hazel encima, abrazándome.

-Haz...

-¡Te odio Brian! ¡Tú sólo haces que me quiera dar un infarto!

Se separó de mí, me dio un beso en los labios muy rápido y me miró. Tenía los ojos rojos y el rostro lleno de lágrimas, pero estaba sonriendo.

-Tranquilízate...-dije

-Cállate, ¿sí?-me respondió, para luego darme un beso en la frente