Capítulo 20

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Capítulo 20

~Narrado por Hazel~
Bien, pues esa mañana me levanté con una idea fija en mi mente: tratar de ganarme el corazón de Bri. El pobre estaba tan herido que no me extrañaría que me mandara al carajo, cosa para la que no estaba lista... Pero vamos, debía correr el riesgo.
Llegué caminando a su casa, y lo encontré sentado en la entrada, con un cuchillo en la mano, quitando las espinas de una rama. Había un montón de leña junto a él, lo cual me hacía pensar que estaba algo ocupado.
-Hola Bri-saludé
-Hola-respondió, levantando la vista y volviendo al trabajo
Sé que no debía sentirme herida por ese recibimiento, ya que Bri rara vez sonreía, por no decir que parecía odiar casi todo lo que lo rodeaba; pero aun así, no pude evitar que mi corazón recibiera un golpe.
Me senté a su lado, viendo cómo hacía su trabajo. Sus manos eran muy fuertes, por lo que se veía, y me sentí mal al ver sus brazos pálidos cubiertos de cicatrices delgadas.
-¿Tú recogiste toda esa leña?-pregunté
-Sí, y algunas ramas las corté-respondió-El invierno está cerca, a mucha gente le gusta encender la chimenea. Si llevo esto al mercado, podría ganar un par de libras. Luego debo volver a acabar un mueble con papá, y luego quizás...
-¿No se suponía que debías descansar?
-Es mejor tener mi mente ocupada. Hoy no quería quedarme en cama, sólo eso...
-Eso es fantástico
Él se encogió de hombros, y siguió con su labor, teniendo el ceño fruncido. Su piel parecía de mármol, tan blanca, hasta daba la impresión de que sus pecas se habían borrado, y en su lugar habían aparecido unas grandes ojeras amoratadas bajo sus lindos ojos avellanas.
Su cabello, que al fin había crecido, estaba muy desordenado, de hecho, aun lo tenía aplastado en el costado del lado donde había dormido. Levanté la mano, dudosa, y pasé mis dedos por su cabello, para quitar lo aplastado. Bri se volvió hacia mí, extrañado.
-Tu pelo estaba aplastado-expliqué
-Ahh... bueno, gracias-respondió, lanzando la rama al montón
-Te ves más... animado
-¿Sí? Pues no es así
-¿No? Vamos Bri, es un lindo día. Podríamos salir por ahí, para distraerte un poco
-No, gracias, creo que me quedo aquí
-Anda, te haría bien
-De verdad, no me interesa
Me ponía mal verlo así. Lucía apagado, y bastante pensativo. Volví a pasar mi mano por su cabello, y vi que se me habían quedado unos pelos entre los dedos. Bri lo notó y aclaró:
-Descuida. Se me cae por montón
Sacudió la cabeza, y vi varios pelos caer a su alrededor. Lo miré, y comprobé que, efectivamente, su cabello era mucho menos poblado que antes.
-Es un efecto secundario de los medicamentos-explicó-Sé que es molesto, sólo que no me atrevo a raparme
-No lo hagas. Sólo te verías más enfermo
-Te preocupas demasiado por mí. Eres muy linda conmigo.
-¿Tú crees?
-En serio, eres una gran amiga
Auch, justo en la zona de amigos. Sonreí a pesar de eso y dije:
-Es solo que no creo que merezcas esto por lo que estás pasando
-Yo creo que sí. Es mi culpa no haber sido suficiente parar ella...
-Tenemos prohibido hablar de ello, Bri
-Sí, pero...
-Además, es ella quién no fue suficiente para ti
-Claro, seguro.
-No te tortures pensando en ello
-Es sólo que... Sé que jamás voy a amar tanto a nadie, ni aunque mi vida dependiera de ello
Otro duro golpe. Vamos Bri, las cosas serían mejores para todos si te dieras cuenta de lo que siento por ti...
-Ella está bien, ¿verdad?-quiso saber
-Sí, descuida. Se la pasa peleando con Roger, pero...
-¿Crees que terminen pronto?
-¿En serio volverías con ella?
-No. Bueno... no sé. Ahh, no tengo idea. La extraño mucho, Haz. Tanto que me duele
Me pregunto si dolía tanto como escucharlo hablar así.
-Ella es todo lo que yo quería en una persona-murmuró Bri-En serio la amaba
-Tiempo pasado. Bri, debes intentar salir con alguien más
-Nadie se compara con ella
Miré para otro lado, suspirando.
-Además, nadie quiere salir conmigo
-No estés tan seguro
-Bueno, a menos que sea ella, no me interesa
Puse mi mano en su pierna, él me miró, y dije:
-Espero que llegué esa alguien. Debo irme Bri
-Bueno
Le di un beso en la mejilla y me levanté.
-Cuídate Haz-dijo
-También tú
No era que ya no soportara escucharlo hablar así. Lo que no iba a soportar más eran las ganas de llorar.

Yoü And IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora