Capítulo 3

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~Narrado por Brian~
En los días que siguieron a mi cita con Stefani, me la pasaba pensando únicamente en ella. O sea, si de por sí era torpe, ahora lo era aún más: no daba una tocando la guitarra, me salían un poco mal las cosas en la carpintería (cosa que me había costado un par de golpes en la cabeza por parte de mi papá), ni podía siquiera sentarme a comer sin tirar algo. Estaba totalmente en las nubes, solo de pensar en sus ojos, sus labios...
-¡¡¡BRIAN!!!-me gritó Freddie, sacándome de mi fantasía-¡Pon atención, maldita sea!
-Perdón-murmuré, mirándolo
-Les preguntaba si está bien arreglar la canción que escribí para nuestro próximo concierto
-Ah, sí, muy bien…
-No tienes idea de que te hablo, ¿cierto?
-Claro que sí
-¿Que canción es, eh?
-Amm... Pues esa, la que... Ya sabes... La que tú escribiste
-¡Carajo, Brian! ¿En qué demonios estás pensando tanto?
-Yo te diré que-dijo John, apagando el amplificador de su bajo-El otro día lo vi en una camioneta con una chica... Y no me saludó
Me miró con cara de cachorro triste. Yo me reí.
-¿Es eso?-se sorprendió Roger-¿Ya tienes novia?
-Amm... No-admití, distrayéndome con mi guitarra-Salimos pero... No, nada serio
-Pues por lo que se ve, estás loco por ella
Sonreí como un estúpido. Freddie dejó todo a un lado, agarró una silla y la puso frente a mí, se sentó y me miró como quinceañera emocionada, diciendo:
-¡Cuéntamelo todo!
-Freddie... No jodas-reí
-¡Cuéntame! ¿Cómo se llama? ¿Cómo es? ¿Cuántos años tiene? ¿Cuánto le pagaste para que saliera contigo?
Rog y John rieron. Yo suspiré y dije:
-Nada, aceptó salir conmigo gratis. Es muy, muy hermosa. Ella tiene 18 y...
-¿Como se llama, mierda?-insistió Freddie
-Stefani Germanotta
Lo que pasó en cuanto dije su nombre fue algo raro... Freddie soltó un gritito y Roger dejó caer sus baquetas, gritando:
-¡¿Qué?!
Sólo John y yo nos quedamos como tontos, sin entender ni una reacción ni otra.
-¡Stefani!-exclamó Fred-¡Ohh ella es taaan linda! Sí, que bueno. Me caes bien, te doy permiso de salir con ella.
-Amm... Gracias...
-¡Ella es una de mis mejores amigas! ¡Genial, así podré estar seguro de con quién sale y podré golpearte si haces algo tonto!
-No haré nada tonto, lo prometo...
-¡¡Pues no puedes salir con ella!!-gritó Roger
Todos lo miramos. Él estaba muy enojado, hasta se había puesto muy rojo. Yo lo miré, sin creer lo que había dicho.
-¿Como por qué no puedo salir con ella?-pregunté
-¡Ella tiene novio!-exclamó Rog
-No, no tiene novio-intervino Freddie-Según ella, es solo un idiota que la acosa...
-¡Oye!
Entonces todo tuvo sentido... Stefani me había dicho que conocía a Rog... Y que no le agradaba... Y ahora Roger reaccionaba así...
-¡Eres tú!-exclamé-¡Tu eres el que la acosa!
-¡Yo no la acoso!-me retó Roger, viniendo hacia mí-¡Pero ella es mi chica!
-¿Con que derecho?
-¡Eso no te importa! ¡Aléjate de ella!
-Pues por lo que ella me dijo, ni le caes bien...
Roger se dio media vuelta y salió teatralmente de la habitación.

Esa tarde, no pude aguantar tantas dudas, así que enfilé hacia la casa de Stefani. El otro día, cuando fui en la camioneta, no me percaté de lo lejos que estaba...Cuando llegué, estaba exhausto. Me tomé unos segundos para respirar tranquilamente, luego, toqué el timbre. Luego de un par de segundos, la voz del mayordomo habló por el intercomunicador:
-Casa de los Germanotta, ¿en qué puedo servirle?
-Hola... Busco a la Srta. Stefani-dije
-¿Quién la busca?
-Brian May
-Veré si la señorita puede recibirlo
-Gracias
Esperé ahí, con las manos en los bolsillos, preguntándome porque demonios había salido tan precipitadamente de mi casa, y por qué no me puse ropa más... adecuada. Como casi todo en mi ropero, las prendas que llevaba estaban viejas y descoloridas. Y me sentí mal por no preocuparme por comprarme ropa más decente.
En eso, la puerta se abrió, y vi a Stefani correr hacia mí. Llevaba puesta una camiseta de The Rolling Stones, que le quedaba tan grande que me era imposible sabes si traía un short o algo debajo...
Ella me abrió la reja, me tomó de la mano, me hizo entrar, cerro la reja y me arrastró a la casa.
-¿Que...?
-Corre, ahora te explico-apremió ella
Yo dejé que me llevara, sintiendo un cosquilleo en el estómago. Entramos a la casa, y me llevó escaleras arriba, por lo que parecían pasillos interminables. ¡La casa era enorme! Justo cuando iba a preguntarle si era un laberinto o algo así, entramos a la que, al parecer, era su habitación.
Las paredes estaban llenas de posters de bandas de rock, sobre todo Led Zeppelin. Tenía un tocadiscos y muchísimos vinilos en una cómoda. Había una guitarra acústica en una esquina, y todo estaba algo desordenado.
-Hola-dijo Stefani, abrazándome muy fuerte
-Hola-respondí, con voz más idiota de lo que esperaba-¿Por qué la repentina carrera?
-Bueno... No podía arriesgarme a que mi padre llegara y te echara de nuevo
-Ahh... Sí...
Ella me hizo sentarme en su cama. Me imitó, poniéndose muy cerca de mí.
-Lamento lo del otro día
-No te preocupes
-Qué bueno que estás aquí
Stefani me abrazó de nuevo. Yo sonreí y la rodeé con mis brazos, mientras inhalaba su fragancia dulce...
-Oye...-empecé, algo nervioso
-¿Si?
-Quería preguntarte algo....
-Claro-dijo, soltándome, pero poniendo una mano sobre la mía-Pregunta lo que quieras
-¿Qué hay con Roger?
Esa pregunta me estaba quemando la garganta desde en la mañana... Decirla al fin hizo que me sintiera con un peso menos. Stefani ensombreció su semblante y retiró su mano.
-Perdón-me apresuré a decir-Quizás no debí...
-Está bien-dijo ella, algo cortante-Te contaré. No creas que me molesta que hayas preguntado, es solo que... Bueno, ya sabrás porque odio que lo mencionen siquiera
-Te escucho
Ella tomó su tiempo para acomodarse un mechón de pelo detrás de la oreja, y comenzó:
-Mi padre y el padre de Roger son muy amigos, desde hace muchísimo tiempo. Prácticamente, Roger y yo crecimos juntos.
De acuerdo, debo admitir que desde ese momento me puse celoso... O sea, Roger tenía un punto a su favor, llevaba años de conocerla...
-Éramos muy buenos amigos, siempre estábamos juntos-siguió Stefani-Y todo fue así por mucho tiempo. Solo que hace un par de meses...
-¿Qué?-inquirí, al ver que no continuaba
-Bueno, al principio creí que era una broma, pero mi papá empezó a decir que si ya tenía mucho de conocerlo, ¿Por qué no salía con él? A mí la idea no me hizo gracia... O sea, es mi amigo y todo, pero hasta ahí. Es como si fuera mi hermano, ¿entiendes? Salir con él era algo totalmente descartado.
Yo asentí. Había algo dentro de mi pecho que me oprimía la respiración...
-¡Y de repente todos empezaron a decirme que saliera con él!-exclamó ella-Mis padres, los padres de Roger, mis tíos, mis amigas... Todo el mundo. Mi padre está detrás de todo esto, hace lo que no te imaginas para convencerme de que sea la novia de Roger.
-¿Saliste con él en plan de cita alguna vez?-pregunté, desesperado
-Tres veces
-Ah...
-Solo sirvieron para convencerme de que no quiero ser nada de él
Ok, admito que eso me animó un poco.
-Es por eso que ya no quiero ni verlo-sentenció ella-¡Y mi padre sigue insistiendo! Creo que está decidido a hacer que me case con él, y Roger es... ¡Un cretino! Salir con él es algo así como... No sé, creo que él espera que yo me sienta halagada de salir con él. No digiere el rechazo, está acostumbrado a tener lo que quiere. Detesto eso de él.
No hice ningún comentario. Estaba pensando en lo que me había contado... No tenía de que preocuparme de nada... Ella no lo quería...
-Por eso mi papá se enojó al verte el otro día-concluyó ella
Yo decidí sacarle provecho a esa afirmación...
-¿Pero por qué? Si somos amigos-dije, inocentemente-No tiene por qué pensar mal... ¿O sí?
Ella soltó una risita y me abrazó.
-Pues no lo sé-suspiró-Yo creo que no tiene por que preocuparse...
Empecé a temblar. Lentamente, acerqué mis labios a su cara, y le di un beso en la mejilla. Ella sonrió y se acurrucó en mi pecho.
-Qué bonita te ves hoy-dije, sonriendo nerviosamente
-Gracias...
Seguimos abrazados sin decir nada un buen rato, hasta que ella me soltó, corrió por su guitarra y me la entregó, diciendo:
-Cántame una canción, ¿Si?
-Claro... ¿Cual quieres?
-Sorpréndeme
Lo pensé por unos segundos, pensando en alguna canción adecuada. Por fin, me fijé en su camiseta, y empecé a cantarle She's A Rainbow.

Un par de días después, estaba en el taller de mi papá, haciendo unos gabinetes para una cocina. Papá había ido a instalar una cocina a una casa. Desde que mi mamá murió, papá y yo nos dedicábamos a cuidarnos uno del otro, de modo que yo no lo dejaba pasar mucho tiempo en el taller, pues el fino polvo de la madera y el barniz podían hacer daño a sus pulmones, así que prefería que él solo hiciera las instalaciones, cosa que no era muy pesada, aunque sí tardada... Se podría decir que yo trabajaba para él y para mí. Pero estaba bien, a pesar de eso, mi papá estaba lo más al pendiente de mí que podía, y de todos modos, no me gustaba hablar mucho, estar solo no me importaba.
Estaba algo deprimido... O sea, si, estaba feliz de que estaba casi seguro que Stefani quería seguir saliendo conmigo... Pero por otra parte, si su padre estaba decidido a hacerla novia de Roger, para mí, para nosotros, sería muy difícil llegar a algo serio libremente.
Mi papá llegó al taller, luciendo muy exhausto. Se paró junto a mí y me dio unas palmadas en la espalda.
-El lado derecho está chueco-me dijo
-Rayos... Es cierto-murmuré, dibujando correctamente la línea con un marcador
-Te noto preocupado. ¿Te pasa algo?
-No...
Papá puso su mano en la tabla, justo donde yo debía trazar, para impedir que continuara. Levante la vista, y sus ojos se clavaron en los míos mientras decía:
-Brian, algo te pasa, anda, dime
-Bueno es que...-suspiré-Hay una chica...
-Claro, debí imaginarlo. Continúa
-Su padre está decidido a comprometerla con otro, y yo pues... Soy yo
Mi padre suspiró y me miró, diciendo:
-Hijo, escucha... Si crees que realmente vale la pena esa chica, que no te importe si su padre está de acuerdo o no contigo
-¿Seguro?
-Segurísimo. ¿Crees que tu abuelo quería que saliera con tu madre? Tuve que hacer lo imposible. Eso sí, si puedes ganarte a su padre, hazlo
-De acuerdo... Creo que eso haré
-Yo sé lo que te digo. El lado izquierdo también está chueco. Arréglalo

Esa misma tarde, y ahora si llevándome la camioneta, llegué a casa de Stefani, no sin percatarme de que había un auto (muy lujoso, por cierto) que nunca había visto ahí. Me bajé de la camioneta y toqué el timbre. Una vez más, tuve que anunciarle mi llegada al mayordomo, y esperé, esperé, esperé...
Claro que, lo que no esperaba era que el padre de Stefani fuera quien saliera a recibirme.
-Bu... buenas tardes señor-balbuceé
-Muchacho... no tienes nada que hacer aquí-dijo él, siendo demasiado directo. No sé… Por su tono molesto y su marcado acento, solo podía pensar en los mafiosos italianos de las películas.
-Yo solo quiero ver a...
-Ya sé a qué vienes. Pierdes al tiempo. Ve a casa, no vuelvas a molestar a mi hija
-Pero yo...
No pude acabar la frase cuando vi a mi chica salir de la casa, claramente enojada.
-Gracias papá, es todo-dijo ella
-Stefani, regresa adentro-le ordenó su padre
-No papá, déjame hablar a solas con Brian
Yo no sabía si debía decir algo o no, así que solo me quedé ahí...
Y entonces pasó. Una tercera persona salió de la casa. Un sujeto flaco y bajito, de cabello rubio.
-Hola Brian-me saludó Roger, pasando su brazo por los hombros de MI chica-¿Qué haces aquí?-agregó, con una sonrisa de suficiencia.

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