~Narrado por Brian~
-Ya déjame-pedí con voz ronca, dando un par de pasos largos para sacar ventaja
-¡Vamos, ven acá!-me decía Madison viniendo tras de mí
La cosa era algo así: Tal y como habíamos quedado ayer, Madison y yo fuimos al gimnasio, por no decir que me arrastró con ella, a pesar de que yo estaba muy enfermo por mi caminara bajo la lluvia ayer. Fue algo raro para mí, puesto que todos los hombres que había ahí eran grandes y musculosos, mientras que yo era por mucho el más delgado. De todas maneras, podía levantar mucho peso, y Madison me mostró algunas rutinas. El caso es que mientras yo levantaba pesas, acostado, ella se dedicó a jugar con mi pelo, y me había hecho una pequeña coleta. Obviamente la deshice en cuanto salimos, pero ahora trataba de pescarme distraído para volver a hacerla.
-No entiendo tu obsesión con mi cabello-me quejé limpiándome la nariz con la manga, y luego añadí-: La de todas las chicas, en realidad
-Es hermoso tu cabello-aseguró ella, dándome un empujón con el hombro
-¿Ahora entiendes porque me lo quiero cortar?
-Pues córtatelo para molestarte por tus entradas y tus orejotas
-Creo que eso es mejor a ser tu juguete
Ella me sonrió y me volvió a empujar. Íbamos atravesando un parque situado cerca de la casa de Freddie, a donde nos dirigíamos para mi ensayo. Debo decir que me pase todo el día muy deprimido, hasta que me junté con Madison. Ella era como un faro en mi oscuridad, no sé cómo estaría yo ahora de no ser por esta chica, a pesar de lo dura que era como entrenadora. Quizás se pasó un poquito al hacerme ir al gimnasio con tanta gripe, pero se lo agradezco.
-¿Todavía te duelen los brazos?-preguntó
-¿Bromeas? ¿Viste que mis raspones de los codos volvieron a abrirse? Literal, estoy sangrando
-Pues lo olvidé, lo siento, deja de quejarte
-No me quejaría tanto si me trataras bien
-Te trato bien
-¿Me devuelves mi cigarrillo?
-¿Brian May queriendo un cigarrillo?
-Dijiste que podía uno al día
-Pero eres un mentiroso, sé que no sería el primero
-Vamos...
-¿Seguro eres tú?
-Creo que sí
-Si eso quieres... Sólo porque estás enfermo. Pero me parece muy raro en ti. Es como si fueras otro
Madison me dio el cigarrillo. Me lo puse en los labios y lo encendí. Di una fumada antes de decir:
-Sí, es que... Creo que soy otro. Esto es una estupidez, pero es la única. Respecto a lo demás... Quisiera mejorar para... Para ver si Stef quiere volver conmigo alguna vez
-Seguro sí. No puede acabarse así, sólo por nada.
-Bueno... Eso espero...
-Hoy te noto más triste que ayer
-Es porque estoy enfermo
-No, es más que eso... Bri, ¿qué pasó? ¿Viste a Stef?
-No... Bueno, me llamó, pero no es eso. Lo que pasa es que... Que mi papá me insinuó que ya debía irme de la casa.
-¿Hablas en serio?
-Sí... No me lo dijo directamente, pero sé que me lo quiso dar a entender. Primero se molestó mucho al verme fumando, a pesar de que él lo hace, luego dijo algo de estaría bien si me pusiera a buscar casa.
-¿Crees que sea por lo mismo de Stef?
-Sé que es así. Él cree que todo esto es mi culpa... El caso es que quizá lo sea
-Mira, si todo fue como me lo contaste, no es tu culpa
-Pues... No directamente. Supongo que ella no me dijo la verdad sobre por qué está harta de mí. Y lo peor es que te estoy haciendo caer conmigo, porque también piensan que es tu culpa
Solté un gran suspiro, y le di una fuerte aspirada al cigarrillo, sólo que el humo apenas había entrado a mis pulmones cuando estornudé.
-Odio como de pronto estás feliz, y de pronto te da el bajón... Sonríe-me pidió ella
-No voy a sonreír, estoy deprimido
-Vamos... Una sonrisa
¿Han sentido lo incómodo que es que te pidan una sonrisa? Pues negué con la cabeza, pero Madison me siguió mirando con tanta insistencia que acabé por hacerlo, pero borre mi sonrisa casi de inmediato.
-Vamos Bri... Recuerda que no estás solo en esto.
-No tengo a Stef, ni a mis hijos... Ni a mi padre...
-Pues yo trataré de cuidarte mientras todo se arregla, ¿ok?
Asentí y sonreí un poco.
-Eso es-dijo ella-Vamos, si de por sí ya vamos a llegar tarde a tu ensayo...
-Ahh sí, sobre eso... Que no te extrañe que los chicos quieran llamar tu atención
-Sí, ya lo sé. Son… algo tiernos...
-Literalmente, parecen perros tras un hueso... No se darán por vencidos, eh
-Sé que no... No quiero herir sus sentimientos...
-¿No te gustó ninguno?
-Los acabo de conocer, tonto
-Sólo decía, caray...
Por fin, llegamos a la casa de Freddie. Ya se escuchaba los golpes a la batería de Roger, así que si, seguro sólo me estaban esperando a mí.
-¡Ya llegué!-exclamé, entrando al garaje
-¡Ya era hora!-me reprendió Freddie-Es la última vez que te perdono que...
Los tres se quedaron pasmados al ver a Madison. Ella sonrió un poco y los saludó con la mano, diciendo:
-Hola chicos
-Espero que no les importe que Madison nos vea ensayar-comenté
-¡Claro que no!-exclamó Roger, poniéndose de pie de un salto y viniendo a saludarla con un beso en la mejilla-¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias
-Aléjate, Roger-ordenó Fred, haciéndolo a un lado-Hola linda, luces muy bien hoy.
-Ya déjenla en paz-pidió John, sin animarse a levantarse de su lugar
-Cállate, duendecillo
-Cálmense los tres-dije, riendo un poco-Caray... Lo siento, Madison, te lo advertí
-¿Y a ti qué te pasa?
-¿Por qué?
-Pareces un cadáver
-Estoy enfermo, es todo
-No-dijo Roger-Te pasa algo más, te ves deprimido...
Solté un gran suspiro y bajé la vista. El simple hecho de pensar en esto me hacía sentirme muy mal. Pero no me podía derrumbar aquí y ahora. Suspiré de nuevo, tratando de no soltarme a llorar.
-¿Qué?-saltó Fred-¿Qué pasó?
Madison tomó mi mano. La miré y asentí. Ella dijo simplemente:
-Stefani...
-Me dejó otra vez-completé
Los chicos se miraron, muy sorprendidos. Fue Madison quien se encargó de explicarles todo, y fue una suerte, porque sé que yo no habría podido sin que al menos se me quebrara la voz.
-¡Increíble!-exclamó Fred, al final de la historia-¡Te dije que volver con ella iba a acabar lastimándote!
-No te pongas así-murmuré-En realidad, ella no me terminó
-¡Pues eso es peor! Porque ni siquiera te da la oportunidad de superarlo con alguien más
-No quiero superarlo
-Eres un idiota... ¡John! ¿Tú sabías de esto?
-¡Claro que no!-respondió John, nervioso
-Creo que fue algo... Precipitado-expliqué-Como que lo decidió de un momento para otro
-Es increíble... ¡Oye, debes entender que la odie de nuevo!-exclamó Fred-¡Te dije muchas veces que te iba a volver a hacer una cosa así!
Me encogí de hombros, suspirando. Freddie parecía dispuesto a golpearme, y lo entiendo, pero yo jamás me imagine que algo así iba a pasar. Sentí los dedos de Madison cerrarse más en torno a los míos. Roger se aclaró la garganta y preguntó:
-¿Y qué piensas hacer?
-Creo que esperar a que... A que quiera estar conmigo de nuevo
-Y yo creo que eso es una estupidez-insistió Fred-¡Mándala a la mierda!
Negué con la cabeza.
-Chicos... No estamos hablando de un noviazgo-comenzó a decir Madison tímidamente-No es tan fácil para él hacer eso que sugieres... Estamos hablando de que ya van a tener a los bebés y...
-¡Sí! ¡Pero habiendo tantas mujeres en el mundo, se te ocurrió quedarte con la que más daño te ha hecho!
-Sí-murmuré-Nadie me ha hecho tanto daño... Pero tampoco nadie me ha hecho tan feliz
-Te gusta sufrir, ¿no es cierto?
-Sí, pero prefiero estar sufriendo por ella, a estar feliz sin haberla conocido nunca
-Creo que no podré disuadirte, ¿verdad?
Negué con la cabeza, sonriendo un poco. Freddie puso los ojos en blanco y dijo:
-Bien, esperó que al menos salgan buenas canciones de tu depresión
-Ya tengo un par, descuida. Es gracioso cómo las mujeres se quejan de que los hombres las tratan mal y... Bueno, a mí me pasa lo contrario. ¿Por qué hacen esto?-añadí, dirigiéndome a Madison
-A mí no me digas nada... Nunca le he hecho nada a un chico. Menos si fuera alguien como tú
-Ahora que están los dos, tengo que preguntar...-dijo Roger-¿De verdad no hay nada entre ustedes?
Madison y yo nos miramos, y negamos con la cabeza.
-Es que en serio, hay tanta... No sé, tanta conexión entre ustedes dos
-Están tomados de la mano-observó John
Madison me soltó de inmediato. Freddie soltó una risita y dijo:
-Más te vale...
-Chicos, no pretendo hacer que Bri se olvide de Stefani-explicó Madison-Lo que quiero es mantenerlo distraído de todo esto mientras ella vuelve...
-Si es que vuelve...
-No seas pesimista-lo reprendió Roger-John, tú eres su amigo, deberías averiguar qué pasa
-Puedo intentarlo-aceptó John
-Yo insisto en que seas tú quien la deje-siguió Fred-Porque...
-¿Podemos ensayar, por favor?-lo interrumpí
-Gran idea-dijo Roger. Supongo que hablar de Stefani también era incómodo para él-Madison puedes sentarte aquí, si quieres-añadió, levantándose del sofá
-Gracias-dijo ella, sonriendo, yendo hacia allá
-Cuidado, parece encantador pero es un idiota-señaló Freddie, en su afán de no dejarse vencer
-También tú-intervino John-Además, eres gay
-Te dije que eran como perros-le susurré a Madison, mientras afinaba mi guitarra
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Yoü And I
RomansaBrian May es un chico humilde y tímido, con grandes aspiraciones para su futuro. Stefani Germanotta es una rebelde nata cuyo sueño es ser cantante. Cuando ambos se conocen, saben que están dispuestos a estar juntos para siempre, pero ¿y si parece qu...