Capítulo 76

137 9 3
                                    

~Narrado por Stefani~
Tengo que admitir que las palabras de Madison me habían dejado pensando, pero no tanto como el hecho de comprobar que realmente no era tan mala. O bueno, al menos no me lo había parecido. Siempre creí que era igual a Stacy, pero no... Y creo que la odio más por eso. No quiero que me caiga bien, jamás, me encantaría que me diera una razón para detestarla, digo, además de que nunca voy a aceptar su "amistad" con Bri.
Me había hecho enojar bastante comprobar cuánta confianza le tenía Bri a esa idiota... No sé si estaba mal o no, pero a mí no me parecía, y punto. Qué tontería eso de que le tenía confianza para contarle cosas que a mí no.
Claro, eso era lo que pensaba... Hasta que me puse a reflexionar lo siguiente: ¿Por qué Bri no me había contado que había estado con ella esa madrugada? Creo que a eso se refería Madison cuando dijo "Cosas que para Bri son incómodas de hablar contigo". Sí, admito que me había molestado, pero hubiese preferido que fuera él quien me lo dijera, y no haber tenido que preguntarle a ella, para que además me diera una lección de cómo tratar a MI chico.
Sea como sea, quiero hablarlo con Brian. No para reprochárselo, no, sólo decirle que ya sabía lo que había pasado, y pedirle que no me ocultara estas cosas... No quiero más peleas con él, en serio odio discutir con Bri, aunque parezca todo lo contrario. Ah, y no estaría de más aclarar que aún no me parece bien la compañía de su amiguita, pero quizás pueda tolerarla si promete contarme lo que hace con ella. Y no, no voy a admitir que estoy celosa, pero claro que lo estoy... Quiero decir, ¿qué tan atractiva puedo parecerle ahora? El embarazo no me sienta para nada, así que eso de que Brian se frecuente con una tipa con tanto "encanto" como Madison Montgomery era motivo de preocupación.
Pero ya tendría tiempo de hablar con él, más tarde... En este momento, estaba tirada en el sofá, viendo un concierto de los Stones en televisión. Me sentía muy cansada últimamente, cosa que es normal, según la doctora. Digo, son dos bebés, no es fácil... ¡Ya me moría por llegar al día de su nacimiento! Quería abrazarlos, besarlos, cuidar de ellos... Bueno, todo eso. Tenía más que listo el nombre de la niña, y, fiel a lo que había dicho, no se lo había revelado a Bri, aunque no pasa nada, porque él tampoco me ha dicho el nombre del niño, a pesar de que aseguraba que lo iba a hacer. Igual, ya no falta tanto...
En eso, la puerta se abrió, y Brian entró.
-Hola, mi amor-saludó, sonriéndome
-Hola-respondí
Sonreí ampliamente mientras él se acercaba. Su cabello lucía más revuelto que otros días, y tenía la nariz llena de tierra, igual que su camiseta, y en sus pantalones, como siempre, había manchas de pasto. No sé... Lo veía y me parecía simplemente adorable, y me sentía muy, muy contenta de estar con él.
Bri se arrodilló junto a mí y me dio un beso. Sonreí y acaricié su mentón, donde había un montón de pelitos comenzando a crecer. Basta con un día que no se rasure para que se le empiece a crecer la barba.
-Amor, ¿tienes idea de cuánto voy a tardar sacando esas manchas de tu ropa?-le reproché, quitándole la tierra de la nariz con el pulgar
-¿Escuchaste eso?-murmuró él-Sonaste como una señora
Le di un golpecito en la nuca, y él se rio.
-Yo la lavaré-anunció-Lavaré todo, es mi turno de hacerlo
-No, no es necesario...
-Ya lo decidí
Me guiñó un ojo, luego, apoyó sus labios en mi panza y dijo:
-Hola, mis tejoncitos
Adoraba que les dijera así... que le hablara, en general. Brian va a ser el mejor papá del mundo, eso seguro.
-¿Cómo se portaron?-preguntó-Espero que no le hayan dado problemas a mami. Aunque ya sé que normalmente mami es la que da problemas...
-Oye, no arruines la imagen que tienen de mí-lo reprendí, divertida
-Aprenden lo que escuchan... Nacerán sabiendo todo un diccionario de malas palabras, seguro
-No digo nada sólo porque es cierto...
Bri volvió a situarse frente a mí, me acarició el pelo y dijo:
-¿Sabes cuál es el problema de que seamos padres tan jóvenes?
-¿Cuál?-pregunté, anticipando una ocurrencia
-Cuando este par tengan... 16, digamos, tú vas a tener 35
-Ajá...
-¡Bueno, sólo serán 35! Piero va a invitar a sus amigos a casa, y habrá un montón de adolescentes diciéndole "Oye, que hermosa es tu mamá"
-Brian, por favor, no puedes estar celoso de un montón de adolescentes del futuro que... ¡Aguarda! ¿Piero?
Brian se sonrojó un poco y explicó:
-Sí, yo... Te dije que le pondría un nombre italiano a nuestro niño y ese fue el que... ¿Te gusta?
-¡Me encanta!
-¿De verdad?
-¡Sí! Mi pequeño Piero...
-Qué bueno que te guste, estaba algo preocupado... ¿Me dirás el nombre de la niña?
-No
-¡Anda!
-No, tienes que esperar... ¡Ay Bri, me gusta mucho el nombre del bebé!
-Dime el nombre de la niña...
-No amor, no
-Lo intenté...
Bri se sentó en el piso para estar más cómodo, y me paso los dedos por el pelo.
-¿Por qué me ves así?-pregunté
-¿Cómo?
-Así...
-Mmm... No sé... Estoy pensando
-¿En qué?
-En que... Demonios... Eres muy, muy hermosa
-Ay, amor, eres algo exagerado... Estoy hecha una vaca
-Claro que no, mi vida... Eres demasiado hermosa para mí... Sé que hay chicos mejores que yo... Pero no los encuentres, ¿ok?
-Nunca encontraría a alguien mejor que tú, ni volviendo a nacer-aseguré
-Quédate conmigo siempre, ¿sí?
-Siempre, amor
Bri apoyó su cabeza en mi hombro, sin dejar de mirarme como si yo fuera... No sé, la octava maravilla. Le sonreí y hundí mi mano en sus suaves rizos, acariciándolo con mis dedos, recorriendo toda su cabeza con movimientos lentos. Cuando toqué su coronilla, lanzó una pequeña exclamación de dolor.
-Ay Brian, no sé qué estarías haciendo-lo reprendí, incorporándome para revisar su herida
-Ni yo…-murmuró, agachando la cabeza
Pude ver la herida entre su pelo. Era un corte de unos 4cm de largo, y apenas empezaba a cerrar. Solté  un suspiro, y él me miró, tal y como un niño culpable que espera una reprimenda.
-Necesito decirte algo importante-anunció Bri, hablando por lo bajo
No sé, pero lo primero que pensé fue que me iba a contar lo de Madison. Bien, o al menos eso espero.
-Igual yo-señalé
-¿Ah sí?
-Sí. Pero no ahora… ¿Por qué no esta tarde?
-¿Esta tarde? ¿No vas trabajar hoy?
-¡Ah, cierto! Es otra cosa importante que quería decirte: Renuncié
-¿En serio? ¡Genial! Ya era tiempo amor, te lo dije unas mil veces
-Sí, sí, pero te juro que voy a volver en cuanto esto pase
-Bueno, si te quedan ganas
Reí por lo bajo y me senté en el sofá. Bri se sentó junto a mí, y me tomó de la mano, diciendo:
-¿Qué te parece si esta tarde vamos a comprar cosas para los bebés?
-Claro que sí, amor
-Y ya después… no sé, vamos a cenar por ahí, y te digo lo que…. Tengo que decirte
-De acuerdo amor, pero… ¿no tienes que ir a ensayar hoy?
-Que se vaya al diablo Freddie…
-Lo vas a lamentar
-Ah, no importa, sólo le diré que…
En ese momento, Milo entró por la puerta del taller. Vio a Bri y gruñó.
-No…No…Milo…-balbuceó él
Milo ladró, acercándose.
-¡Dile algo!-pidió Bri
-Milo, ven-dije, entre risas
Milo paró de ladrar, pero no apartó la vista de Brian mientras se acercaba a mí. Yo lo acaricié y dije:
-No seas grosero con papi, Milo… Es un tonto, pero no va a hacerme nada. Brian, acarícialo.
-¿Qué? ¡Va a morderme de nuevo!
-Sólo hazlo
Bri dudó un segundo, pero obedeció. Milo gruñó.
-Milo…-lo reprendí
El perro se calmó, pero no apartó la vista de Bri.
-Suficiente para mí-murmuró Bri, retirando su mano del lomo del perro
Solté una risita, mientras Milo le lanzaba una mirada a Brian por última vez, y se retiraba a quién sabe dónde.

Yoü And IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora