Capítulo 95

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~Narrado por Stefani~
Ya eran cuatro semanas del día del día del nacimiento de los pequeños, y cuatro semanas sin saber nada de Bri, aunque sinceramente no era algo que me preocupaba, ya era como un punto y aparte en mi vida. Sí, admito que había ratos en los que me embargaba una nostalgia por él... Pero los superaba, la verdad, digo, él decidió irse, y yo no tenía por qué estar lamentándome por eso.
Además, tenía una muy buena razón para no sentirme triste. La semana pasada... Bueno, si no fue un sueño... La semana pasada salí con Jimmy. Sí, lo sé, por increíble que parezca, había ido a mi reunión en la disquera, y Jimmy estuvo ahí esperando hasta que salí. Luego, fuimos a una cafetería pequeña pero muy acogedora en un callejón del centro. Según él, esto había sido así porque no iba mucha gente por ahí, y no quería que nos molestaran si alguien lo reconocía.
Estaba tan emocionada de estar con él, que me olvidé de todo lo demás, excepto, claro, de que no podía dejar a los tejoncitos solos tanto tiempo. O sea, no estaban solos, Jo y Haz se quedaron a su cuidado, pero igual no me sentía cómoda de alejarme de ellos tanto tiempo. No le mencioné esto a Jimmy, o sea, claro que debía decírselo en algún momento, pero ese no parecía el lugar adecuado.
Como sea, estuvimos un par de horas hablando de muchas cosas, música, más que nada. Me contaba todo acerca de sus canciones, experiencias en sus conciertos y cosas similares, y entre más lo escuchaba, más increíble me parecía estar ahí sentada con un famoso. Era un sujeto muy agradable, no era tímido precisamente, pero tampoco era tan alocado como se veía en el escenario. Era, de cierta forma... Cautivador, podría decir. Cuando fue la hora de retirarme, me acompañó hasta la casa, y sabemos que no es que esté muy cerca del centro. Al final, me dio un beso en la mejilla y quedó de verme la próxima que fuera al estudio.
Hazel y Jo estaban bastante contentos de esta pequeña cita. No lo dijeron, pero sé que ambos están felices de que no me haya quedado esperando a Brian. También yo, en realidad. Hace unos meses, pensar en estar sin él, sobre todo en las primeras semanas de nuestros bebés, habría sido imposible, quizás hubiera enloquecido sólo con la idea. Pero como igual pasé los últimos días del embarazo sin su compañía, creo que ya me había acostumbrado. Ok, admito que había sido muy lindo conmigo en el momento del parto, incluso me sentí decepcionada al no verlo ahí cuando me recuperé. Pero bueno, fue una linda despedida, supongo. No sé porque no me dijo que se iba, supongo que hasta lo hubiera entendido, porque vamos... no es que haya sido la mejor persona del mundo con él.
Pero bueno, el asunto de mis canciones, la confusión que me hacía sentir Jimmy, y las necesidades de los pequeños no me daban tiempo de preocuparme por lo que estaría haciendo ese sujeto. No estoy segura de cómo reaccionaría si de repente me lo topaba con Madison. Probablemente lo ignoraría. Y si se acerca, lo golpearía, sin dudas. Por mí, Ruth y Piero son mis hijos, pero no de él.
Bien, pues me encontraba en el ascensor de camino al estudio. Ese día, iba a grabar la versión "oficial" de una de mis canciones. La semana pasada, habíamos estado trabajando en la música, y llegamos a algo que podría ser la melodía que se quedara, aunque claro, estaba sujeta a pequeños cambios. Pero por ahora, iba a grabar la voz. Estaba tan emocionada con todo esto, que mis manos estaban temblorosas.
Lo único que no me gustaba de esto, y repito, era dejar a mis tejoncitos en casa. Ya sé, ya sé, paso todo el día todos los días con ellos, pero esta tarde a la semana se me hacía eterna. Claro que ayudaba pensar que, al final de todo, esto era por ellos también. Si funcionaba, iba a darnos una gran vida a los tres, y no quiero otra cosa más que eso.
Llegué al estudio, al cual me habían autorizado a entrar como si nada, y me llevé una grata sorpresa al encontrar a Jimmy ahí. Sí, nadie más, sólo Jimmy.
-Hola…-saludé, algo tímida
-Hey, ¿qué tal?-dijo él, dejando la guitarra a un lado y poniéndose de pie para saludarme con un beso en la mejilla
-Todo bien, gracias
-Siéntate, adelante. Mark dijo que volvería en un rato, así que… bien, me sacrifiqué a acerté compañía
-Gracias
-Y… me quedaré a escucharte
-¿En serio?
-Claro, ¿es un problema?
-Oh, no, no, es sólo que… Te seré sincera, me pones… algo nerviosa
Jimmy soltó una risita nerviosa y sacudió la cabeza para quitarse el pelo de la cara. La visión de sus ojos verdes no me ayudó a quitar mis nervios.
-¿Ah sí?-dijo, en tono sarcástico, un una sonrisa encantadora-¿Por qué? ¿Acaso te gusto?
Me encogí de hombros, sonriéndole. Era imposible no amar a este sujeto, la verdad.
-Tú me gustas mucho-confesó de pronto
Ay, joder, ¿por qué tenía que ser tan directo? Yo estaba acostumbrada a cierto sujeto que le daba miles de vueltas a las cosas antes de decirlas, y me salen con esto.
-¿En serio?-fue la única estupidez que atiné a decir
-En serio-afirmó
-Creo que también me gustas
Me sonrió ampliamente. Creo que iba a decir algo más, pero yo me le adelanté:
-Sabes, debes saber algo, antes de que esto llegue más lejos
-Te escucho
-Tengo dos hijos
Creí que iba a quedarse perplejo, o al menos que lo sorprendería mucho, pero no. Puso una expresión de sorpresa, pero de sorpresa divertida, y preguntó con curiosidad:
-¿De verdad? ¿No eres muy pequeña para eso? ¿Qué edad tienen?
-Casi un mes
-¡Ah, son gemelos!
-Mellizos, en realidad. Un niño y una niña
-¡Que lindo! ¿Cómo se llaman?
-Piero y Ruth
-¿Y… el papá?
-No tengo idea, me dejó por otra
-¿Hablas en serio? ¡Qué idiota! ¡¿Cómo pueden dejar a una chica como tú?!
-Pues… pregúntaselo a él. Si supiera dónde está, claro. Pero no me importa, por mí, mis bebés y yo no lo necesitamos
-¡Bien dicho! O sea, sé que no lo necesitan con una madre como tú pero… No me importaría ser su papá
Solté una risita nerviosa. ¿Acaso puede ser más lindo? Me salvé de responder, porque en ese momento, Mark entró al estudio, diciendo:
-Lamento la tardanza, Stef, estaba arreglando los últimos detalles del contrato y… Bueno, ya sabes. Espero que Page no te haya molestado demasiado.
-¿Qué dices? Si yo no molesto a nadie-respondió Jimmy, guiñándome el ojo mientras encendía un cigarrillo.

Yoü And IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora