~Narrado por Roger~
Los últimos días me había dedicado a darle vueltas y vueltas a todos los recuerdos de las cosas que había hecho esos últimos meses. Joder, no sé cómo pude ser capaz de tanto... me sentía como un completo imbécil, un idiota, un... bueno, una persona infame.
A ver, sólo por mencionar algunas cosas: nunca vi a Stefani más que como una especie de trofeo personal, y no podía aceptar perder, por lo que fui capaz de arruinar la perfecta relación entre ella y Brian... Maldita sea, cualquiera habría dicho que esos dos acabarían casándose, pero no, tuvimos que llegar yo y mi enorme orgullo a echarlo todo por tierra.
Después, había logrado que Stefani fuera mi novia, pero no era nada cercano a algo bueno: ahora notaba que yo había sido un controlador de mierda, que nunca la dejaba hacer nada, que la quería tener prácticamente a mis pies... Ah, no, pero yo salía con mis amigos todas las semanas, y no conforme, le había sido infiel a Stefani más de una vez.
Para coronarme como el rey de los malnacidos, había abusado de esa chica que para empezar ni siquiera quería verme. Pero juro que esto no fue intencional, de verdad estaba demasiado ebrio esa noche... no puedo recordar nada. Eso de que ese acto fuera totalmente involuntario sería un punto a mi favor, de no ser porque al genio que soy se le ocurrió amenazar a Stefani de volvérselo a hacer si no volvía conmigo... No sé si tenía mierda en el cerebro o qué demonios, pero lo hice.
Por otro lado, me había portado de lo peor con Brian. Le había causado muchísimo daño físico, emocional, de todo, y todo sin la menor vergüenza. Demonios, ¿en qué rayos estaba pensando a la hora de hacer todo lo que le hice a ese pobre? Bri no me había hecho nada, de hecho se portaba muy bien conmigo antes de que todo esto pasara, y yo siempre lo molestaba, desde el momento en que lo conocí, se me hizo fácil burlarme de él por todo.
Por eso, en cuando decidí dejar de ser tan imbécil, lo primero de la lista era esto...
Estaba afuera de la casa de Brian, sin tener ni la más mínima idea de qué iba a decirle. Pero también pensé que era una pérdida de tiempo detenerme a pensar, porque si lo hacía, al final me iba a retractar, así que me armé de valor y toqué la puerta.
No esperé mucho. De pronto la puerta se abrió, y Brian me miró con cara de que realmente no creía que YO estuviera ahí. Maldita sea, creo que había olvidado lo increíblemente alto que era. Las sombras de los moretones aun le cubrían parte de la cara, y se veía que, debajo de su suéter, llevaba uno de esos aparatos ortopédicos para no mover demasiado el torso.
-Ho... hola-balbuceé, sin atreverme a mirarlo más a la cara.
-Justo a ti te quería ver-dijo él
Ocurrió tan rápido que no había manera de prevenirlo. Antes de que me diera cuenta, el puño de Brian me impactó justo en la nariz. Di unos pasos hacia atrás, cubriéndome el rostro con las manos, y tropecé en el escalón de la entrada, pero mantuve el equilibrio.
-¡Tranquilo!-le pedí, mientras me aseguraba de que no estaba sangrando
-¡¿Tranquilo me dices?!-gritó Brian-Tienes suerte de que... ¡Ahh! ¡Lárgate antes de que te mate!
-Tengo que hablar contigo
-¡No me hagas perder la paciencia! ¡Largo de mi casa!
-¡Escúchame!
A modo de respuesta, Brian me dio un segundo puñetazo en la cara. De nuevo no lo vi venir, pero de haber sido así, creo que no lo hubiera evitado. Es decir... lo merezco.
-¡Vete!-ordenó Brian
-¡Si me escucharas sólo un segundo...!
-¿Escuchar qué? ¡No me interesa nada de lo que quieras decirme!
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Yoü And I
RomansaBrian May es un chico humilde y tímido, con grandes aspiraciones para su futuro. Stefani Germanotta es una rebelde nata cuyo sueño es ser cantante. Cuando ambos se conocen, saben que están dispuestos a estar juntos para siempre, pero ¿y si parece qu...