Capítulo 64

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~Narrado por Brian~
Cuando desperté, mi primera impresión fue que estaba soñando, porque sólo pude ver blanco... luego deseché esa idea, porque estoy seguro de que en los sueños no se siente tanto dolor. Traté de moverme, pero un intenso dolor me recorrió todo el cuerpo.
Me percaté entonces de que estaba en una camilla de hospital. Tenía un catéter en el brazo derecho, y no estaba solo...
-¡Bri!
Stefani saltó desde una silla junto a mi cama. Me apartó el pelo de la frente y me besó ahí.
-¿Qué... qué pasó?-pregunté, y me percaté de que mi voz estaba débil
-Esperábamos que tú nos dijeras eso, mi amor-respondió ella, viéndome muy preocupada. Estaba muy pálida.
Mi papá apareció del otro lado de la cama. También se veía muy mal. Me abrazó levemente y me dio un beso en la frente.
-¡Me vas a matar de un infarto!-exclamó-Ay hijo, estaba tan preocupado...
-¿Qué pasa? ¿Cómo estoy?
Fue entonces cuando vi que había una doctora en la habitación. Papá y Stef la miraron, como esperando a que ella respondiera a mi pregunta. Y sí, lo hizo:
-Bueno, no es tan grave-respondió ella, con voz dulce-Los golpes te dejaron muy lastimado, tu nariz estaba rota, y una de tus costillas y tu pierna estaban a nada de ser fracturadas.
Traté de mover la pierna, pero en respuesta, un dolor punzante recorrió todo mi cuerpo. También fue entonces cuando me percaté de que tenía una gasa cubriéndome la nariz.
-Nada que no se cure con el tiempo-continuó la doctora-Aquí lo más grave fue la herida con el arma de fuego
Me volví hacia mi hombro. Un grueso vendaje me cubría desde el hombro hasta parte del brazo, pero a pesar de las mil vueltas de la venta, tenía una gran mancha de sangre.
-Perdiste mucha sangre, fue necesario ponerte una transfusión-explicó la doctora-Pero eso no es la mala noticia. Antes que nada, quiero decirte que tienes mucha suerte, la bala estuvo a milímetros de perforar el nervio radial. Pudiste perder por completo la movilidad del brazo.
Un sudor frío recorrió mi espalda. Ahora entendía por qué el Sr. Germanotta había dicho "Espero que sea suficiente para evitar que vuelvas a tocar una guitarra en tu vida". Así que eso era lo que había pretendido...
-¿Y cuál es la mala noticia, entonces?-pregunté
-Bueno-respondió la doctora-Precisamente, la bala dañó tejidos tan cercanos al nervio, que sí lo lastimó un poco. Perderás parcialmente la movilidad, o te será muy doloroso hacer movimientos bruscos, pero en cuanto los tejidos sanen, volverás a la normalidad.
Asentí, muy apesadumbrado. Genial, ¿cómo se supone que voy a trabajar sin un brazo?
-Estamos hablando de unas cuantas semanas-dijo la doctora, tratando de animarme-No te preocupes
Asentí de nuevo. Sin el taller, y sin poder trabajar fuera de casa, con mi papá y Stefani dependiendo de mí...
-Podrás irte a casa mañana-indicó la doctora-Bien... te dejaré con tu familia. Si necesitan algo, no duden en llamar.
-Gracias
La doctora salió de la habitación. Miré a Stefani, quien estaba llorando en silencio. Le sonreí un poco y dije:
-Calma, estoy bien...
-¿Bien? Imagínate lo que fue llegar a casa y encontrarte inconsciente en el piso, lleno de sangre y...
Un sollozo la interrumpió. Mi papá me acarició el cabello y dijo:
-¿Qué fue lo que ocurrió, hijo?
Me tomé unos segundo para pensar qué decir. No tenía caso decir la verdad. Stefani se enfurecería, iría con su padre, y él podría encerrarla de nuevo. Y eso es algo que, en mis condiciones, no iba a permitir.
-Unos ladrones-murmuré
-¿Cómo dices?-preguntó papá
-Había unos ladrones... unos cuatro. Cuando llegué estaban sacando cosas del taller. Me vieron y me golpearon para que no les echara a perder su plan. Cuando me dispararon ya no pude hacer nada, me desmayé.
Stefani se tapó la boca con las manos. Levanté la mano derecha y le acaricié la cara, tratando de calmarla.
-Lo siento, papá-dije-Pude haber llegado antes y...
-Eso no importa-me interrumpió papá, sin dejar de acariciar mi cabello-Lo que importa es que estás bien
-Sí pero... el taller...
-Lo que había en el taller no valen tanto como tú. Tú eres lo que más amo en el mundo, Brian, me volvería loco si te pierdo
Papá volvió a besarme en la frente. Sentí mi corazón oprimirse al escuchar a mi papá. Esto que pasó era mi culpa, todo mi culpa...
-Amor, ¿necesitas algo?-preguntó Stef-¿No tienes hambre o algo así?
-No, muchas gracias-respondí-Necesito que los dos se tranquilicen, estaré bien, la doctora lo dijo
-No sé qué voy a hacer contigo-dijo mi papá-Me sacas unos sustos que debería encerrarte bajo llave para a ver si así no te lastimas
Solté una risita. Stefani seguía viéndome, muy preocupada. Había tanto miedo en sus hermosos ojos... Sé que no es momento de pensar en eso, pero realmente esperaba que el bebé heredara esos ojos verdes tan perfectos.
-Amor, estás muy pálida-murmuré-Tranquilízate
-No está así por eso, muchacho-dijo mi papá, con una sonrisa
-¿Entonces qué pasó?-pregunté
-No es nada-dijo Stef, algo apenada, bajando la vista
La observé atentamente, y vi que tenía un pequeño parche blanco en su antebrazo.
-¿Qué te pasó ahí?-pregunté
-Yo sólo...
-¿Quién crees que te donó la sangre que necesitabas?-dijo papá, dándole unas palmaditas en el hombro a Stefani
Ella se sonrojó un poquito y asintió ante mi mirada interrogante. Una especie de calor recorrió mi pecho.
-No tenías que hacer eso...-dije, casi en un susurro
-Claro que sí-contestó, poniendo su mano en mi mejilla-Daría mi vida por ti, Brian, esto no fue nada
No pude responder nada. Me sentía tan... no sé, conmovido. Ahora, había sangre de mi princesa corriendo por mis venas...
-Gracias-atiné a decir, sin dejar de mirarla
Ella se inclinó y me besó en los labios, despacio. Me dolió mucho, pues tenía el labio inferior partido, pero sólo la seguí besando. Quise abrazarla, pero claro, el brazo izquierdo no me respondió. Me conformé con hundir mi mano derecha en su cabello.
-Nunca acabaré de agradecértelo-dije
-Eso dijo tu papá-respondió ella, mirando a papá con una sonrisa
-Y es la verdad-dijo papá-Tú, Stefani, eres como una bendición para nuestra familia
Stefani se sonrojó hasta las uñas. Papá continuó:
-Y lo digo de verdad. Eres la chica perfecta para este muchacho
-Sí lo dice papá, es la verdad-dije, mirando a Stef
Y ella seguía con cara de no saber dónde meterse.

Yoü And IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora