Capítulo 58

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~Narrado por Brian~


Bueno, pues se había llegado el día. Era 31 de enero, casi eran las 9:00pm, y yo seguía batallando con el nudo de mi corbata. O sea... no es que no supiera hacerlo o algo así, es que no sé cómo lo apreté de más, y ahora no puedo deshacer el horrible nudo que quedó.


Había sido una suerte que el único traje que tenía aún me quedara. No era algo ostentoso, eran un pantalón y un saco negros. Me había puesto una camisa igual negra, y una corbata roja. Mi cabello lo había peinado de lado y levantándolo sobre mi frente, en cuando salí de la ducha, así no tenía que usar gel ni nada parecido, se quedaba así al secarse. También me rasuré la poca barba que me había salido, y gran parte de mis patillas. Me gustaba cómo me veía, a decir verdad... espero que a Stefani también le guste...


El plan era que yo pasara por ella. Algo curioso pasó: ayer, le dije que me iba a dar algo de pena pasar por ella en mi vieja camioneta, de modo que esta mañana apareció en mi casa con un Kaiser Carabela que daba la impresión de ser nuevo por lo impecable que estaba. Me dejó las llaves, alegando que eso era mi culpa. No había tenido que caminar, detrás de ella había venido su hermano en el coche de ella. Me había saludado con un simple gesto de la mano, creo que eso estaba bastante bien.


Bueno, cuando por fin pude derrotar al maldito nudo de la corbata y hacerlo bien, tomé las llaves del Kaiser y mi billetera y me dirigí a la puerta. Al pasar por la sala, me encontré con papá, que estaba viendo la televisión con Milo a un lado.


-¡Que guapo te ves!-exclamó papá, soltando una risita-Cuando te bañas pareces otro


-Tomaré eso como un cumplido-bromeé-Ye me voy, pa


-Claro hijo, cuídense.


-¿Seguro no quieres venir?


-No, no. Disfruten su noche, deséale buena suerte a mi nuera por mí


Me sonrojé un poquito al escuchar eso.


-Sí papá, gracias-respondí-Adiós, Milo


Milo me ladró un par de veces. Dije adiós con la mano y salí. Realmente, esperaba con toda mi alma no hacerle nada malo al auto...



Admito que manejar el Kaiser había sido toda una aventura. Estaba acostumbrado a la dureza de los pedales de la camioneta, de modo que pisé el acelerador del auto y sentí que me estrellaba. Iba bastante nervioso, temeroso de todo, pero al final, pude llegar con el coche a salvo a la casa de Stefani.


Me bajé del vehículo, cerrando la puerta con mucha delicadeza, y crucé la reja. No sé si se debía a que hacía muchísimo que no visitaba esta casa de noche, pero me parecía aún más imponente que otras veces. Toqué a la puerta, y esperé. Imagino que no muchas personas llegan a tocar la puerta directamente, es decir, para eso estaba el timbre de la entrada... aunque creo que sólo lo usé unas dos o tres veces.


Esta vez, fue la madre de Stefani quién me abrió la puerta. Joder, esto no me lo esperaba.


-Bu... buenas noches, señora....-balbuceé-Yo... ¿su hija está lista?


Me sentía como un idiota. La madre de mi novia estaba muy elegante, con un vestido azul largo, y el cabello rubio rizado. No puedo decir muy bien de qué forma me estaba mirando... por lo menos, pensé, no estaba enojada.


-Buenas noches, Brian-dijo, con voz calmada. Amable, me atrevería a decir-Creo que está lista... enviaré a que le busquen. Pasa.


-Yo... preferiría esperar aquí afuera... Estoy bien

Yoü And IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora