Capítulo 52

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~Narrado por Stefani~


Tengo que admitir que estaba muy emocionada. Como siempre que estaba frente a esta puerta, de hecho. Más ahora que sé que él está "libre". No es tanto por lo que yo quiero... Si él me dijera que quiere que seamos sólo amigos, eso estaría bien. Me interesa que él sea feliz, más que ninguna otra cosa.


La puerta se abrió, y claro, mi corazón se aceleró.


-Hola-dije, tímidamente


-Hola-respondió Bri-¿Por qué traes...?


Ambos miramos la rosa que yo llevaba en la mano. La tendí hacia él y respondí:


-Es para ti


La tomó, entre divertido y contrariado.


-¿Por qué me trajiste una rosa?-preguntó


-A los chicos también les gustan las flores, ¿no?-expliqué


Bri soltó una risita y me tomó de la mano, jalándome hacia adentro.


-Gracias-dijo, dándome un beso en la mejilla


Me ruboricé un poco, mientras él cerraba la puerta. Hacía algo de frío, pero Bri sólo llevaba una camiseta blanca de The Beatles y unos jeans muy gastados.


-Ven, pasa-dijo Bri, haciendo una seña con la cabeza-¡Papá, tenemos visitas!


El Sr. May salió de la cocina, y sonrió al verme.


-¡Stefani, qué sorpresa!-exclamó


-Buenas tardes, señor-saludé


-Bienvenida, ¿te quedarás a comer?


-Claro que lo hará-respondió Bri, mirándome, con una sonrisa


-Seguro, sí-afirmé yo, viéndolo a él y luego a su padre


-¿Necesitas ayuda en algo, papá?


-No, ya casi está todo-dijo el Sr. May-Los llamaré cuando esté listo


-Gracias, señor-sonreí


Bri me hizo señas para que lo siguiera a su cuarto.


-Disculpa el desorden-murmuró, cuando llegamos-Salí corriendo al trabajo y dejé un tiradero


Dejó la rosa sobre su escritorio, y se apresuró a recoger su ropa del piso. Mientras tanto, me acerqué al escritorio, pues no estaba sólo la rosa. También estaban ahí la caja de lámina donde le había dado las galletas, y la chaqueta que no quiso devolverme aquella vez, perfectamente doblada; entre algunas otras cosas que yo le había regalado cuando éramos novios. Esto último me sorprendió, creí que se había desecho de todo eso. Obviamente, lo que no había eran fotografías de ambos. Seguro esas sí las quemó o algo así.


Me volví hacia él. Estaba tendiendo su cama. No pude evitar sonreír al ver al zorro de peluche en su almohada.


-Me enteré de que Haz terminó contigo-dije, mirando al piso


Bri acabó de tender la cama, y se sentó en ella antes de responder:


-Sí. Supongo que tu hermano te lo contó


-Sí, así es... Lo siento


Bri asintió, sin dejar de mirarme.


-Debes estar triste-comenté


-Bueno, no puedo decir que no lo veía venir-contestó-Después de todo... No se puede competir con un Germanotta, ¿eh?


-Jo es un tonto, no le hagas caso

Yoü And IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora