Ya pasaron cuatro días. Al menos he sobrevivido la semana. Ya era viernes. Era la penúltima hora. Debía tomarme unas pastillas que me receto el doctor para el dolor de mi herida. Aproveche para ir al baño. Me mire al espejo, realmente me veía demacrado, si alguien desconocido me veía me diría que tengo unos 30 años y solo tengo 20. Dios. Lave mis manos y salí. Al hacerlo choque con alguien, como un reflejo, puse mi mano en su hombro y la otra en su cintura. Era Zoe.
Me miro directamente a los ojos, se veía realmente hermosa. Tenía mucho que no la tenía así de cerca. Dos años, para ser exactos. Tenía sus manos en mi pecho y sentía como las movía acariciándome. Desvié la mirada y la solté. Ella siguió cerca de mí. Me ponía nervioso.
-Hola Alonso-dijo sonriendo-.
Me quede callado. Realmente no quería volver a hablar con ella.
-¿No vas a contestar?
-negué-. Tengo clase-baje la cabeza-... perdón.
-Espera-tomo mi muñeca, lastimándome-. Perdón... no hemos tenido tiempo de platicar.
-No tengo nada de que platicar contigo. Me quedo claro la clase de persona que eres ahora.
-¿Qué?
-Jos me dijo todo lo que has dicho de mí. No te creas el centro del universo, no lo eres, tampoco eres nada para mí, hace mucho dejaste de serlo.
-Alonso eso...
-Déjame en paz. ¿Okey? Eres mala para mí, no quiero saber nada, sé feliz con Bryan y a mí ni me voltees a ver.
-Ni quien quiera verte-dijo una vez que le di la espalda-. Eres un idiota por dejarme ir.
-Pues prefiero ser un idiota que un mandilón como Bryan.
-Bryan me ama.
-Pero tú a él no, solo estas con él porque te subió la reputación en un día. En cuanto se dé cuenta de que solo estás jugando con él vas a caer muy duro.
Me miro sin expresión y me retire. Llegue y la clase ya había acabado. Vi a los chicos salir, Ximena traía mi mochila.
-Gracias Xime-la tome-.
-¿Todo bien, enano?-dijo Jos-.
-Tope con Zoe-me acomode la mochila en el hombro-, discutimos.
-¿Qué te dijo la perra?-dijo Ximena cruzándose de brazos-.
-reí-. Nada, solo... quería platicar, pero... le dije que sabía lo que decía de mí y se molesto, se le subió el ego y así.
-Esa maldita, la odio tanto.
Solo sonreí. Yo realmente no la odiaba, ¿Cómo odiar a alguien que amaste tanto?
-Bueno, las circunstancias cambian a las personas. Mírame.
-Pues... yo veo a un gran chico, lastimado, pero con un gran corazón.
-Okey, Okey-dijo Freddy interrumpiendo-. ¿Qué les parece irnos a mí casa en Acapulco? Festejemos que Alonso volvió.
-Vamos Bro, volvió hace cuatro días-dijo Jos-.
-¿Y? vamos.
-No, Freddy...
-Sí-dijo Ximena-, claro que vamos, Alonso tienes que distraerte, volver a tu vida, olvidar lo que te paso.
-Xime no estoy en posición de salir. Tengo desmayos, dolores de cabeza, mareos.
-Yo te cuidare, bebé-dijo Jos tomando mi mano-.
-Suéltame idiota-me aleje riendo-.
-Okey, enano, pero vamos, Alonso no puedes quedarte estancado.
-No estoy estancado Jos, estoy enfermo.
-Bueno al menos lo aceptaste-dijo Xime-.
ESTÁS LEYENDO
Mundo Cerrado, Heridas Abiertas
Teen Fiction¿Que ocurre cuando la persona que tanto luchaste por salvar ahora es la que te esta destruyendo? ¿Que pasa cuando ahora tú necesitas la salvación, pero esa persona ya ni siquiera nota que existes? ¿Como es que en un tiempo las cosas pueden cambiar...