EPILOGO

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Acomode las rosas en los floreros a los lados de la lapida de Alan. Toque su nombre y sonreí.

-Hola Bro... ¿sabes? Hoy se cumplen 5 años de tu muerte. Te sacrificaste por mí y siempre estaré agradecido por eso. A pesar de todo siempre te mantuviste fiel a nuestra amistad. Cometiste errores pero es normal... no hay bronca.

Voltee hacia atrás y vi a mi hijo sentado en una piedra.

-Alan, ven aquí.

Se levanto y se acerco corriendo.

-Mira, ahí está la razón de tu nombre.

-Alan, se llama como yo.

-Así es... ¿sabes porque?-negó-. Este chico, salvo mi vida, fue uno de mis mejores amigos.

-¿Cómo el tío Jos?

-Sí, como él... Alan-dije viendo la lapida de nuevo-, él es mi hijo, te prometí seguir y aquí sigo. Cumpliendo la promesa que te hice... siempre juntos.

Mis lágrimas empezaron a salir. Mi hijo me miro y las limpio con sus manitas.

-No llores papi... no me gusta verte llorar.

-Tranquilo, no es nada... solo lo extraño.

-Ay pero me tienes a mí, me pusiste su nombre para recordarlo.

-asentí-. Así es... además naciste el día en que murió... y eres lo más preciado que tengo.

-Te amo, papi-me abrazo-.

-Y yo a ti...

Alce la vista y sonreí.

-Mira quien viene ahí...

-se alejo y volteo a ver-. ¡¡Mami!!

Brinco entre las tumbas y llego donde Ximena, ella lo cargo y lleno de besos.

-Hola, mi bebé hermoso-dio un beso tronado en su mejilla-.

-Papá al fin me presento a su amigo-se bajo y corrió donde mí-.

-se acerco y acuclillo a mí lado-. Gracias Alan... gracias por todo. Estamos juntos gracias a ti-saco una foto que nos tomamos todos, un día antes de que todo pasara-... hemos estado juntos cinco años, Jos y Yareth se casan mañana y estamos muy felices por eso. Es un orgullo que mi hijo tenga tu nombre.

-tome su mano-. Y para mi es un orgullo que tú seas su madre.

-Y ambos deben estar orgullosos de que yo sea su hijo.

Dijo Alan entre risas. Nos levantamos y empezamos a caminar. Abrace a Ximena y bese sus labios.

-Te amo.

-Yo te amo más-me volvió a besar-. Alan, carrera hasta el auto.

-¡¡Sí!!

Salieron corriendo tomados de la mano. Voltee de nuevo en dirección al lugar donde Alan está enterrado y sonreí.

-Hasta pronto... amigo.

Mire a mí familia. Justo como la imagine. Unida. Corrí hacia ellos y tome a Ximena levantándola del piso y besando sus labios. Subimos al auto y nos retiramos.

Así que así se sentía ser feliz...

Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora