El timbre no dejaba de sonar y yo estaba acostado en mi habitación hablando por video chat con Ximena.
-Oye-dijo-, ¿Qué no escuchas el timbre?
-Mi mamá está abajo...
-¡Alonso, abre estoy ocupada!
-Te llama tu mami.
-Sí, pero tú te vas conmigo.
Tome la laptop desconectándola del cargador y baje a abrir, puse la laptop a un lado de la puerta y abrí.
-Hola... tú debes ser Alonso.
-¿La conozco?
-Sí pero no... ¿Está tu mamá?
-Ah... claro, pase.
Me hice a un lado dejándola entrar, tome la laptop de nuevo.
-Ah... Le hablare a mí mamá.
-Ay espera-se sentó en el sofá y se quito el enorme saco que traía-. Como has crecido.
-Señora, estoy en algo importante ¡¡mamá!!-grite volviendo a subir las escaleras-.
-¿Es tu novia?-la mire y asentí-. Hola linda.
Mire la pantalla viendo a Ximena saludando indiferente a esa señora.
-¿Por qué gri...? ¡Carmen!-corrió a abrazarla-. Tanto tiempo.
-Me voy.
Subí las escaleras y volví a encerrarme a mí habitación.
-¿Qué fue eso?
-Ni puta idea.
La hice reír con eso. Seguimos hablando hasta las ocho de la noche. Me puse mi pijama y baje a hacerme algo de cenar y note que la tal Carmen seguía hablando con mi mamá. Era una señora mayor que mi madre, de unos 40 o 45 años.
-Buenas noches.
Dije en un bostezo.
-Columba, que guapo se puso tu hijo. Aun recuerdo cuando tenía 4 años y yo lo cuidaba en las tardes.
-Sí, sí, lo recuerdo también.
Me prepare un sándwich acompañado de un poco de chocolate caliente que mi mamá había hecho.
-¿Así que ya nos conocíamos?-dije recargándome en la barra-.
-Claro-se levanto y se acerco-. Yo venía por las tardes a jugar contigo, siempre. Yo tenía 24 años cuando conocí a tu madre, estaba embarazada de ti. Fuiste mi adoración-acaricio mi cabello-. Ahora mírate, ya han pasado 16 años.
-Ajam.
Tome mi sándwich y mi chocolate y me senté junto a mí madre a ver la tele recargándome en su hombro.
-¿Qué te paso en la mano?-dijo sentándose en el sillón individual-.
-Amm-gire mi mano para que no viera-... ¿De qué?
-Alonso tuvo unas decaídas, ya se está tratando.
-¿Eres suicida?
-Buenas noches, mamá.
Tome el chocolate de golpe, bese la cabeza de mi mamá y me retire a mí habitación.
-Alonso...
-¿Sí?-dije a punto de entrar-.
-¿Podrías arreglar la habitación de Braulio? Carmen se quedara unos días.
-Pues ya que.
Fui a la habitación de Braulio y acomode lo mejor que pude la cama. Cuando termine de recoger algunos juguetes que estaban tirados me gire y casi me da un infarto al ver a esa señora en la puerta.
-Oh, mierda-dije cerrando los ojos-.
-Wow, que boquita.
-Buenas noches-pase por un lado de ella-.
-Oye-tomo mi mano-... tranquilo, estas muy a la defensiva conmigo.
-No he tenido muy buenas experiencias con mujeres mayores-dije haciéndole un guiño-.
-Ya comprendo, pero soy una amiga de tu mamá de años, puedes confiar en mí.
-Este... no lo creo. Descanse.
Me solté de su mano y me retire.
**
Cerca de las 3 de la mañana, desperté con una extraña sensación. Sentía que alguien me observaba dormir. Me senté en mi cama. Como esta estaba detrás de una columna, la había puesto ahí para que nadie me viera desde la puerta cuando ocurrió el incidente con Ximena. Me levante y vi como mi puerta se cerraba inmediatamente. Camine a la puerta y la abrí. Me asomé a ambos lados del pasillo y no había nadie.
-Que raro.
Entre de nuevo a la habitación y me recosté a tratar de dormir pero no pude consolar el sueño...
-¿Quién me estaría viendo? No lo soñé... realmente sentí a alguien... viéndome.
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Mundo Cerrado, Heridas Abiertas
Teen Fiction¿Que ocurre cuando la persona que tanto luchaste por salvar ahora es la que te esta destruyendo? ¿Que pasa cuando ahora tú necesitas la salvación, pero esa persona ya ni siquiera nota que existes? ¿Como es que en un tiempo las cosas pueden cambiar...