CAPITULO 17

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Mire el reloj, eran las dos de la tarde ¿En serio? creo que hoy nos regresaríamos puesto que mañana tenemos clases. Aunque... escuche unos fuertes truenos provenir del cielo. Eso quería decir que habría una tormenta y aquí se cancelan los vuelos cuando eso pasa. Me puse un suéter junto con la capucha y salí de mi habitación. Los chicos estaban en el comedor.

-Que bien que te levantas, Freddy trato de arrasar con los tacos pero te rescatamos una orden.

-Gracias-me senté al lado de Ximena y enfrente de Zoe. Comimos en paz. No hubo discusiones entre Zoe y Xime, aunque me extraño que Zoe trajera su ojo algo morado y su mano izquierda vendada.

-Zoe-dije-... ¿Qué te paso en la mano?

-la oculto debajo de la mesa-. Un... incidente con el espejo del baño.

-¿No me digas que lo rompiste? Zoe me lo vas a tener que pagar, sino mis padres me matan.

-Tranquilo, lo haré.

Forzó una sonrisa al verme de nuevo pero yo me quede inexpresivo.

**

-Tal parece que la tormenta durara hasta el martes en la noche aproximadamente, no podremos irnos.

-¡Wooo! ¡Genial, no hay escuela! Llamare a mis padres.

Dijo Jos y se retiro corriendo a su habitación.

-Genial-me senté en el sofá-. Perderé clases.

Ximena camino hasta el jardín de atrás. Sé que no me va a hablar ya pero no quería perder su amistad. Necesito arreglar las cosas con ella. Me levante del sofá y la seguí. La mire, estaba recargada en una palmera viendo hacia el mar. La lluvia caía sobre ella pero parecía no importarle.

-¿Todo en orden?-dije-.

Me miro por encima del hombro y asintió. Me acerque a ella. La lluvia estaba helada.

-Enfermaras ¿Sabias?

-¿Y?

Su voz se oía entrecortada. ¿Estuvo llorando?

-¿Estás bien?

-negó-. No, pero no te importa.

-Claro que sí-la abrace por la espalda poniendo mi cabeza en su hombro, la sentí estremecerse-... eres mi amiga, Ximena.

-Deja de decir la palabra amiga.

Volteo a verme y tope con su mirada, a milímetros de mí. Las gotas de lluvia caían sobre su rostro confundiendo las lágrimas con estas. Con mi mano limpie su mejilla y la deje en esta. No sé pero Ximena hacia que mi corazón palpitara a mil por hora... y Zoe, Zoe hacía que se detuviera. Le di mi más sincera sonrisa y ella respondió. Reposo su cabeza sobre la mía y quede paralelo a su oído, cerré los ojos al respirar ese aroma a rosas que olía su cabello. Suspire y vi como su piel se erizaba. Me acerque y bese su mejilla para alejarme de ella lo más rápido posible. La oí sollozar pero no dijo nada.

**

-Hola.

Mire la puerta, tome una toalla y me seque lo mojado de la lluvia.

-Te ves bien.

-Gracias.

-Los chicos salieron de nuevo y Ximena está dormida ¿Qué le hiciste?

-Solo... le deje claro que la quiero como amiga.

-¿En serio?-se acerco-. Vaya.

-Zoe, por favor, déjala, ella esa una gran chica, tú lo sabes, la has tratado, ya no pelees con ella.

-Ella me odia.

-Claro que no. Te volviste muy arrogante-desabroche mi pantalón y saque otro-... todos se han dado cuenta.

-Aja... eh... y-yo... emm...

-¿Todo bien?

-C-creo que... voy a...

¿Nerviosa, McCall? Genial.

-Creí que... habías cambiado, ¿Por qué tartamudeas?-me acerque-.

-Es que... es... e-el frio, sí.

Se quiso ir pero la tome por el brazo y la pegue contra la pared, acorralándola.

-Estuve pensando que... la verdad te extrañe mucho.

-¿Qué?

-Cuando te volví a ver yo...

La tome por las mejillas y la bese. Me tomo inmediatamente por el cuello y yo la tome por la cintura, la levanté y ella enredo sus piernas en mi cintura, la senté en la pequeña mesa de la habitación y acaricie sus piernas. Traía falda, últimamente es lo que usa. Metí mis manos bajo la falda y acaricie su feminidad. Se notaba el deseo. Ella llevo sus manos a mí pantalón y desabrocho el cinturón. Tire de su ropa interior con fuerza y la baje. Ella se puso de pie y se agacho, desabrocho el pantalón y lo bajo junto al bóxer. La tome de la mano y la levanté. Volví a hacer que enredara mi cadera con sus piernas y la lleve contra una pared de la habitación entrando en ella, sentí sus uñas en mi espalda. Bese y mordisquee su cuello mientras la embestía lenta y luego rápidamente. Reprimía sus gemidos con besos. Ximena estaba en la habitación de al lado. Si la escuchaba se me armaba.

La mire a los ojos al llegar al clímax. Sus ojos se veían llenos de brillo, de vida, de amor. Me beso tiernamente mientras yo la bajaba y salía de ella, recogí mi pantalón y me lo coloque.

-Yo...

-me beso de nuevo-. Te amo.

Y salió de ahí llevándose su ropa interior. Mierda. ¿Qué acabo de hacer?


Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora