CAPITULO 43

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-¿Sigues despierto?-dijo mi mamá asomándose en la puerta-.

-Se me quito el sueño.

-Alonso solo dormiste 40 minutos, no puedes seguir propasándote así.

-Mamá, sabes que sinceramente no me interesa.

-¿Sabes? Si no lo haces por ti al menos hazlo por Ximena, se ve que te ama.

-Sí, no deja de decírmelo y eso que apenas empezamos hoy.

-Es una chica muy linda. No como la chica esa con la que te ibas a tu casa cada tarde.

-Mamá por favor, no empecemos. Desde que anduve con ella me has dicho eso y...

-Ya, ya, está bien. Me iré a dormir, es tarde, deberías hacer lo mismo.

-Tratare.

Beso mi frente y se retiro. Me levante de la cama y entre al baño. Me mire al espejo; ¡mierda! Realmente me veo demacrado, creo que el dejar de dormir por tres días seguidos han surtido efecto. Suspire frustrado al verme en el espejo, en serio necesitaba descansar. Me recoste en mi cama y trate de conciliar el sueño cuando mi celular se encendió alumbrando mi habitación. Lo tome y vi el identificador. Mierda, Zoe.

-¿Que quieres?

-Alonso-escuche su voz entrecortada-.

-¿Zoe, estas bien?

-No... Dios tenias razón, Alan es un maldito.

-¿Que? Zoe habla claro ¿Que te hizo?

-Fue el, Alonso, el me violo, en Acapulco y aquí... En mi propia casa.

Me quede callado. Por alguna extraña razón no sentía rencor hacia Alan, por el contrario seguía odiando a Zoe.
-¿Estas ahí?

-Si. ¿Que quieres que yo haga?

-¿He?

-Mira Zoe, solo quiero que sepas una cosa, no es mi deber estar ahí cuando te pasa algo, yo ya no soy nada en tu vida, por lo visto ya me sacaste de ella y yo estoy intentando hacer lo mismo, Ximena es una gran chica, y la quiero, así que te voy a pedir un enorme favor, dejanos en paz.

-Y-yo...

-Adiós.

Y colgué. No me interesaba saber nada de ella. Lo que quería era olvidarla rápido. Rápido y no solo por encima, sino del todo. Quiero borrar sus caricias de mi cuerpo y sus labios de mi boca, su sonrisa de mi mente y su recuerdo de mi corazón.

***

-¿Alonso? Mierda me colgó.

Estaba en mi habitación llorando. Scott estaba dormido cuando llegue, ¿como le explico lo del auto sin que sospeche lo que me paso? Pues vas temprano por el.

-Claro, que idiota.

Me desvesti y entre a la ducha, ahí los recuerdos de las palabras de Alan y sus manos sobre mi cuerpo inundaron mi cabeza. Las lágrimas se derramaron por mis mejillas.

-¿Por que me tiene que pasar esto a mi?

¿Por que? Porque eres una zorra, una inútil, por eso te pasa esto.

-No, no otra vez, sal de mi cabeza.

Estas igual de loca que el, ahora veo porque lo amas. Nah, tu no lo amas, tu estas obsesionada, necesitas un psicólogo.

-No, yo no estoy loca-cubrí mis oidos-, y Alonso tampoco lo esta.

Claro que lo esta, el también escucha voces. Voces que lo orillan a querer saltar de un edificio.

-Dejame en paz.

Esta bien... Buenas noches.

Me descubrí poco a poco mis oídos, la voz se había ido. Salí de la ducha y me acosté a dormir. Mañana sera otro día que tengo que soportar. Mas aun si tengo que ver a Alonso y Ximena amándose enfrente de mis narices. Como quisiera... Matarla.

Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora