Rayos, si que la mirada de Zoe es pesada. Claro que me agradaría más si no estuviera sobre mi trasero. Reí ante su fatal actuación por fingir que, por alguna razón, se sintió... de esa forma con solo hablar conmigo. Llegue a mí casillero y saque lo necesario para mi clase. El pasillo estaba solo. Yo la verdad no entraba sino hasta las ocho, pero me gustaba venirme temprano. Cerré el casillero y me dirigí a la parte trasera de la escuela pero alguien me detuvo. Empujándome dentro del armario del conserje y haciéndome tirar mi mochila antes de entrar.
-¿Qué demo...? ¿Zoe?
Dije mientras ella cerraba la puerta con seguro.
-¿Qué tienes contra los armarios de los conserjes? ¿Acaso te excitan las escobas?-dije tomando una-.
-Cállate y bésame.
Me tomo por el cuello y me beso. Trate de alejarla pero al final cedí. Baje mis manos de sus hombros pasando por sus pechos y a su cintura. La tome con fuerza y le di la vuelta. Golpeándola contra la pared haciendo que un gemido, no sé si de dolor, se escapaba de sus labios. Baje mis besos a su cuello mientras acariciaba sus pechos por debajo de la sudadera que traía, debajo no traía absolutamente nada. Sus manos viajaron a mí cinturón y lo desabrocharon con una destreza que no pensé que tendría, bese sus labios de nuevo, quite sus manos de mi pantalón y las puse sobre su cabeza. Las sujete con una mano mientras la otra la abrazaba atrayéndola más a mí. Sentía como sus manos trataban de zafarse. Sonreí sobre sus labios, pase mi lengua por ellos, haciendo que ella los abriera pidiendo un beso.
-Por favor-susurro-...
-¿Qué?-dije de igual manera-.
-Te deseo-me miro a los ojos-... te deseo dentro de mí... por favor...
No dije nada y pase mis labios por los suyos, baje al mentón y luego a su cuello. Escuchaba su respiración agitada en mi oído, solté sus manos que cayeron en caída libre sobre mis hombros. Pase mis manos por sus brazos, hasta sus piernas, pase las yemas de mis dedos por la orilla de su pantalón, levante la sudadera y la quite de su cuerpo. La deje a un lado y me acuclille frente a ella. Bese su vientre, sentía sus uñas en mis hombros. Hice un camino con mi lengua hasta llegar a sus pechos. Subí mis manos hasta ellos y los masajee. Sus uñas se encajaron más en mi piel pero no sentí dolor. Volví a besar sus labios y ella volvió a apoderarse del botón de mi pantalón. Apenas lo desabrocho escuche voces afuera.
-Shh-puse mi dedo en su boca-...
-¿Qué pasa?-susurro-.
-Ximena...
Me separe de Zoe mientras ella se ponía la sudadera de nuevo. Me pegue a la puerta y oí.
-¿Qué esta no es la mochila de Alonso?
-Sí, lo es.
-Mierda-susurré-...
-¿Dónde podrá estar?
-No sé... ven, quizá se fue hacia atrás, ya sabes que entra hasta las 8.
-Sí, vamos.
Los oí alejarse y mi corazón volvió a latir. Trate de abrir pero no pude.
-Dame la llave.
-Aun no acabamos.
-Yo ya acabe-me acerque y busque la llave en alguno de sus bolsillos-.
-No vas a dejarme así ¿verdad?
-Sí.
Encontré la llave y abrí la puerta. Salí cerciorándome de que nadie nos viera y me retire hacia donde Ximena y Jos me habían ido a buscar. Que locura. ¿Qué paso? ese que estaba ahí dentro no era yo.
***
Okey 😳 no se que me paso precisamente al escribir esto 😅 pero si les gusta agradezcan al soundtrack de 50 sombras de Grey por inspirarme. Comenten que les pareció este... Raro capitulo.
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Mundo Cerrado, Heridas Abiertas
Teen Fiction¿Que ocurre cuando la persona que tanto luchaste por salvar ahora es la que te esta destruyendo? ¿Que pasa cuando ahora tú necesitas la salvación, pero esa persona ya ni siquiera nota que existes? ¿Como es que en un tiempo las cosas pueden cambiar...