CAPITULO 34

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Maraton 7/?

Ahora estaba en la cocina preparándome un licuado. No tenía tanta hambre pero me sentía débil. Recordé lo que hice anoche.

-Vamos-empecé a hablar solo, no es raro-, solo fue una vez y nadie se va a enterar ¿Verdad? Que loco, Alonso, estás hablando solo de nuevo-prendí la licuadora-, ya no lo hacías, maldito loco.

Serví el licuado en un vaso y me bebí el que quedo en el vaso de la licuadora. Me senté en el sofá y encendí el estéreo. Viernes de relajación. Eso espero.

En eso el timbre empezó a sonar como loco. Me levante y abrí, era Jos.

-Hermano, te amo.

-Oye no, yo no...

-Tu prima es un sueño-se dejo caer al suelo-.

-¡¿Qué?! ¿Qué hiciste Canela?

-¡Nada, no te esponjes! Solo la bese, pero un beso chiquito-hizo cara de perrito pidiendo de comer-.

-¿La besaste? ¿O ella te beso a ti?

-Bueno, nos comimos el uno al otro pero... wow, neta que me encanta-puso cara de enamorado-.

-Iu, Canela, largo de mi casa-me acosté en el sofá-.

-Oh, vamos tú querías esto ¿no? Ya la bese, solo falta abrir...

-¡Hey!

-... Me paso entre los pretendientes que tiene para conquistarla.

-Ya la conquistaste idiota, no hace falta que hagas mucho-prendí la televisión-.

-¿Qué fin tiene prender la tele si no la puedes oír?

-No quiero oírla. Bueno ¿Qué harás?

-Bueno apenas la conocí ayer pero ya quisiera que fuera mi novia.

-¿Y Ximena?

Mierda.

-Ñeh, que se vaya al carajo.

Reí ante eso, al menos ya me sentía menos culpable.

-Pero me preguntaba si podrías ayudarme a organizarle una cena romántica en mi casa.

-¿Una cena?

-Sí, anda Alonso, di que sí-se arrodillo frente a mí y tomo mi mano-. Por favor, me muero por Yareth, pliss, ¡¡ayuuuuuuuuuudaaaa!!

-Está bien, te ayudare.

-¡Perfecto, vamos!

Me tomo de la mano y me saco de la casa. Apenas pude apagar el estéreo y la televisión. En el camino compro muchas cosas. Entre ellas champagne, rosas y velas. Dios, ya lo perdí. Llegamos a su casa y me puso a cocinar. ¡Me puso a cocinar! Okey, Alonso relájate. No lo ahorques. Yareth necesita un novio. Uff...

-¿Cómo vas?-dijo Jos entrando por la puerta-.

-Bien, ya casi está listo.

-¿Qué cocinaste?

-Spaghetti con un poco de lasagna.

-Uuh lasagna, déjame probar.

-¡No, aléjate!-le apunte con el tenedor-.

-Oh vamos.

-¡No!

-Ash está bien.

Se alejo y regreso.

-¡¡Dame, anda, enano, déjame probar!!

-¡¡No, José Miguel, aléjate de mí!!

Gritamos al mismo tiempo que apenas podíamos distinguir lo que decíamos. Me tiro al piso y probo la lasagna.

-¡Aah, está caliente!

-No me digas-dije desde el suelo-. Idiota.

Salió de la cocina mientras yo me levantaba. Termine de cocinar y deje todo tapado en la estufa. Salí y escuche a Jos gritar pestes desde su habitación. Seguramente no encuentra que ponerse.

-¿Estás bien?-me lanzo una camisa-. Hey.

-¿Qué?-dijo como si nada-.

-Ponte esto.

Dije entrando y sacando una camisa roja con negro a cuadros y un pantalón negro.

-Mi prima no es tan especial, le gustaste todo lleno de cerveza que no le gustes algo decente.

-Gracias Bro.

-¿A qué hora le dijiste a Yare?

-No le he dicho. ¿Podrías ir por ella y traerla? Es una sorpresa.

-sonreí y asentí-. Vuelvo en una hora, date prisa.

Salí de la casa tomando las llaves de mi auto. Aun no acabo de adorar ese Mustang. Llegue a casa de Yareth y me abrió su madre. Hermana de mi mamá.

-Hola tía-bese su mejilla-.

-Alonso, que milagro.

-¿Está Yareth?

-Sí, está arriba con una amiga. ¿Quieres que la llame?

-No, yo la busco, tía, gracias.

Subí las escaleras hasta la habitación de Yareth. Toque.

-Adelante.

-abrí-. Hola, enana.

-Alonso-se levanto y me abrazo-. ¿Qué haces aquí?

-Te tengo una sorpresa-mire a su amiga-. Hola.

-Ah, ella es Arge, mi mejor amiga.

-Mucho gusto, Alonso Villalpando.

-Hola-dijo sonriendo-. Me contaba sobre un chico que conoció ayer.

-Sí, ese chico ya me conto a mí también-mire a Yare que se veía nerviosa-.

-Upss.

-Ponte algo decente.

-Oye-dijo su amiga deteniéndome antes de salir-... ¿no tienes algún amigo que me presentes?-dijo coqueta-.

-Veré si Freddy necesita amor.

Salí de la habitación para esperar a Yareth abajo. Las escuche emitir un grito demasiado agudo. Aush.


Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora