CAPITULO 12

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-Hola.

Escuche detrás de mí. Ximena venia caminando hacia mí. Traía un vestido blanco y el cabello suelto. Yo estaba sentado en la barda que dividía la casa del mar.

-¿Estás bien?

Se sentó a mí lado y miro hacia el mar.

-No lo sé-baje la mirada-. Me salí de la casa porque los gemidos de Zoe se escuchan por toda-sonreí-.

-Sí, coge como perra en celo.

-reí-. Antes no lo hacía así pero concuerdo contigo.

-¿Ya te había dicho que sonrías más seguido?

-Sí, Ximena, me has dicho que sonría más seguido, que mi sonrisa es hermosa, que amas mi risa tímida, que cualquiera amaría verme sonreír más veces de las que lloro, todo eso me lo dices en menos de cinco minutos por hora al día.

-Wow, nunca pensé que te molestaría.

-No me molesta, solo que no sé porque lo dices.

-No soy buena diciendo mentiras-me guiño el ojo-.

-Estás loca.

-Sí, puede ser, pero encontré con quien serlo.

La mire detenidamente, la brisa revolvía su cabello de una manera hermosa. Ella era hermosa. Estábamos a centímetros el uno del otro y ninguno se animaba a dar el siguiente paso.

-Hola, chicos.

Zoe.

-¿Qué hacen?-se sentó al otro lado de mí-.

-Estamos ocupados-dijo-.

-Upss, perdón, ya que.

-¿Ya acabaste de cabalgar a Mouque, niña?

-De hecho no lo estaba cabalgando.

-¡¿Quieren callarse?!

-¿Qué, Alonso? ¿Te molesta que me haga sentir más mujer que tú?

-Ay por favor-me interrumpió Xime-, Bryan puede hacer sentir mujer a cualquiera pero nunca será un verdadero hombre.

-Creo que no estaba hablando contigo.

-¿Quién dijo que yo contigo sí?

-¿Por qué no te pierdes?

-¿Por qué no te matas?

-¡Ya basta! ¡¿Qué te pasa, Zoe?! ¿Por qué no vas a atender a tu hombre? que de seguro está esperando otra ronda.

-Puede ser, pero yo busco una ronda completa contigo...

Se acerco demasiado, podría jurar ver el deseo en sus ojos.

-¿Qué te pasa, estúpida?-dijo Ximena empujándola-.

-¡No me toques, maldita gata!

-No me hagas terminar de romperte esa linda nariz.

-Uy mira cuanto miedo te tengo.

Se dio la vuelta riendo. Entro a la casa y luego me di cuenta de que Ximena había ido tras ella.

-¡Xime!

-¡Hey, zorrita!

-¿Es a mí?

-No veo ninguna otra cerca.

-Yo te veo a ti.

-Ya basta chicas por favor.

-No, Alonso, le diré un par de cosas a esta niña.

-No me hagas querer lanzarte desde el balcón de mi habitación.

La habitación de Ximena daba directo al mar.

-¿Tú a mí?-rio-. No puedes tocarme, tonta.

-¿Quieres ver?

En eso llegaron Freddy, Jos y Bryan.

-¿Qué pasa aquí?

-Pasa-dijo Xime-, que esta niña esta de zorra.

-le dio una bofetada-. No te voy a permitir que me llames zorra de nuevo. ¡La que esta de zorra desde que apareció en nuestras vidas eres tú!

Ximena la miro con odio y dejo ir su puño contra su nariz.

-¡Uuuuh!-dijeron los tres-.

-¡¡Ximena ya basta!!

-¡¡Y esto no acaba aquí, por haberme pegado...!!

La tomo del cabello y camino hacia la parte de atrás.

-Xime, Ximena-la seguimos-.

-Ahora sí, princesita de chiquero, siéntate en tu trono.

La lanzo con toda la fuerza que junto y la hizo caer boca abajo sobre un charco de lodo que la lluvia había formado en el jardín de atrás.

-Oh, mierda-dijo Bryan-.

-¡¡Maldita golfa!!

-¿Sigues? Mira que a mí no me molesta manchar este vestido.

Se sentó sobre ella y la tomó del cabello, la puso contra el charco y la levanto.

-Pídeme perdón.

-¡¡Jamás, y suéltame!!

La volvió a poner en el charco. Me harte, tome a Ximena por la cintura y la quite de encima de Zoe. Bryan y Freddy se acercaron a sacar a Zoe del lodo mientras Jos y yo nos llevamos a Xime.

-¡¡Maldita como se atrevió a hacerme esto!!

Escuche mientras nos alejamos de Zoe. Estaba furiosa. Llegamos a la habitación de Ximena y la dejamos ahí. Detrás de nosotros llegaron Freddy, Bryan y Zoe. Zoe se lanzo sobre Ximena y la tomó del cabello. Empezaron los gritos de nuevo.

-¡¡Suéltame, estúpida!!-gritaba Ximena-.

-¡¡Me las vas a pagar, zorra!!

-¡¡Ya basta!! ¡¡Mierda!! ¿Saben que? ¡¡Mátense si quieren!!

Pase por un lado de ellas y las avente, solo escuche el grito de Jos y vi como cayeron sobre él, llenándolo, obvio, de lodo. Llegue a mí habitación y la cerré con fuerza. Ahí empecé a reír, debo admitir que esto fue divertido. Me dio una ducha y me acosté a ver televisión. En eso escuche unos débiles golpes en mi puerta.

-abrí-. Pasa.

Ella sonrió y entro.

-¿Cómo termino?

-Pues le di otro puñetazo y "se desmayo"-hizo las comillas con los dedos-, Bryan se la llevó, la lanzo a la alberca para que dejara de hacer drama y la llevó a su habitación.

-Están locas.

-Esa tipa me colma la paciencia.

-Creo que todos nos dimos cuenta.

-En fin, ella tiene su premio de consolación, ya está en cuatro en la cama de Bryan.

-reí-. Sí-me recosté y tome el control de la tele-. Deberías dormir.

-Aun no tengo sueño. ¿Vemos una película?

-Está bien. Están ahí.

Le indique donde y saco una. El conjuro 2. Genial. Me quede dormido a los 15 minutos.

Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora