CAPITULO 71

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Flashback.

-¿Qué haces pequeño?

-Jugando.

-¿Puedo jugar contigo?

El pequeño se encogió de hombros y siguió jugando. Estaba haciendo pasteles de lodo. Raro para un niño.

-Oye, ya casi llegan tus papás y no querrás que te vean sucio. Vamos, te daré un baño.

Lo levanto del suelo y lo llevo al baño de su habitación.

Fin del flashback.

Eso paso por mi mente como un relámpago. Y continuaban...

Flashback.

-Shh, vamos no llores... solo fue un pequeño juego, no le dirás a tu mami, ¿cierto?

-Los juegos no duelen y a mí me dolió.

-Solo fue un juego algo brusco. Vamos descansa, mañana volveré para jugar de nuevo.

Fin del flashback.

-¿Q-qué?

Lleve mis manos a mí cabeza mientras me sentaba sobre el césped.

Flashback.

-No, por favor, mamá, que la señora Carmen ya no venga-su mamá lo levanto-.

-Pero ¿Qué pasa? si a ti te gustaba mucho estar con ella.

-Sí, antes de que se volviera loca.

-¿Loca?

-Ella... ella se quita la ropa enfrente de mí.

-¿Qué?

-Y a veces me la quita a mí, me lastima, mamá, ya no quiero jugar con ella.

El pequeño hundió su cabeza en el pecho de su madre mientras sollozaba con las manitas en su rostro.

Fin del flashback.

-Espiar es de mala educación.

-¡Aaaaah!

Trate de levantarme pero volví a caer, la mire y retrocedí. Ahora todo estaba claro.

-Alonso...

-No, no... Aquella vez que...

Flashback.

-No-me aleje-... no, no, no...

-¿Qué pasa?

En mi mente solo veía luces. Escenas sin sentido que aparecían en ella como un relámpago.

-Annia, vete... por favor.

-No me puedo ir ¿Estás bien?

-Dios, vete ¡sal de mi cabeza!

-Alonso...

-¡Sal de mi cabeza!

-Alonso... baja eso.

***

-Tenía años que no pasaba por esto-explico Vanessa a Zoe-.

-Alonso, por favor, baja ese cuchillo...

-No quiero.

-Hermanito, calma...

-Dile que no me toque.

-¿Qué no te toque quien?

-Ella... ella, no sé, ella que se aleje.

Fin del flashback.

-Esos... esos ataques de... era ella, ella... no, no ¡¡no, aléjese de mí!!

-Cariño, tranquilo, soy mami, mírame.

-Hagan que se vaya, que no me toque.

-Nadie te va a tocar cariño.

-¿Qué pasa?

-¡¡Maldita vieja loca-me acerque a ella y la tome por el cuello-, me destruiste la vida, maldita!!

-¡Alonso, suéltala! ¡¡Vanessa!!

-¿Qué pasa? ¡Alonso, déjala, hermanito, déjala!

Solté el agarre poco a poco y me aparte de ellos. Entre a la casa y a mí habitación.

-¡Mierda!-grite entre dientes mientras golpeaba uno de los muros-.

-¡Alonso!

Escuche en la puerta. Eran mis padres.

-Lo sabías, sabías el daño que ella me había hecho y aun así la metiste a la casa.

-No pensé que fuera verdad.

-Soy tu hijo mamá, ¿Cómo...? ¿Cómo pensaste que iba a inventar algo así?

-Tenías 4 años Alonso...

-¡Ya por tener 4 años seré un mentiroso! Mamá, esa mujer me hizo daño... destruyo mi vida. ¡¡No tengo que volver a mostrarte esto!!-descubrí mi brazo para que viera todas las marcas de mi brazo-. ¡Esto es en la mayoría su culpa, tú culpa!

-No, es que...

-Te diré una cosa, una sola cosa... o se va ella o me voy yo y no vas a volver a saber de mí, ¡nunca!

-Es que...

-Bien-los empuje hacia afuera-. Entonces olvídense de mí. No volverán a verme, nunca.

Cerré la puerta de golpe y saque una pequeña maleta del closet. Saque un montón de ropa al azar y lametí desordenadamente en esta.

Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora