CAPITULO 54

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MARATÓN 1/?

El timbre no dejaba de sonar. Así como a veces golpeaban la puerta.

-¡Ya voy! ¡Escuche las primeras veinte veces!-abrí-. ¿Quién es usted?

-Una amiga-dijo sonriendo-. ¿Puedo pasar?

-Claro-me hice a un lado para que pasara-. ¿Qué es lo que quiere?

-Soy psicóloga.

-Ah, no, yo no...

-No vine en plan de ejercer mi profesión.

-¿Entonces?

-¿Qué tan bien te caería separar a Alonso y Ximena?

-Uff, como anillo al dedo.

-Entonces, yo te ayudare.

-¿Cómo?

-Ya lo veras.

Me regalo una sonrisa cómplice y no hice más que regresársela.

***

Estaba acostado con Ximena, abrazándola mientras ella estaba recostada sobre mi pecho. Formaba círculos con mi dedo en su espalda desnuda.

-No sabes lo feliz que me haces-dijo volteando a verme-...

-la bese sujetando su barbilla-. Te amo, preciosa.

-me abrazo fuerte-. Por favor, prométeme que jamás me dejaras.

-Jamás-bese su frente-... estaré contigo hasta que me muera.

-No... Solo quédate conmigo hasta que yo me muera.

La bese subiéndome sobre ella de nuevo. No puedo creer que en verdad me enamore de ella.

-Alonso.

Escuche del otro lado de la puerta. Era mi mamá.

-Alonso, te he dicho miles de veces que no te encierres con llave.

Escuche el sonar de sus llaves.

-Mierda.

Dije y Ximena empezó a reír.

-Alon...

-¡¡Mamá, por favor, te dije que estaba ocupado!!

-Ay perdón-se volteo para no ver-, no pensé que cuando dijiste ocupado te referías a esto.

-Mamá-dije entre risas-, por favor, salte, en unos minutos bajamos.

-Sí, sí, disculpen.

Salió y cerró la puerta. Me deje caer sobre la almohada y pude oír las carcajadas de Ximena.

-Que oso-dijo-.

-Ya lo sé-me levante-. Vístete, vamos a cenar.

-No, no, que vergüenza ver a tu mamá, después de esto.

-reí-. Vamos, no pasa nada.

Empecé a hacerle cosquillas a través de las cobijas. Luego de un rato la convencí de bajar. Bajamos y luego cuando ella y mi mamá se vieron se tornaron de mil colores. Y... bueno que tu mamá te encuentre con tu novia después de hacer el amor no es bonito.

-Lo lamento, ma-bese su mejilla-.

-Yo lo lamento, y mucho-miro a Ximena-. Que pena.

-¿De qué me perdí?-dijo Diego-.

-No, de nada-le separe la silla a Ximena para que se sentara-.

-Lo averiguare-dijo en tono de detective-.

Reímos y nos dispusimos a cenar. Entre risas y bromas de parte de mis hermanos y mi papá. Ximena y yo solo nos sonreíamos ya que mi mamá se sentó entre nosotros. Eso no se hace. Bueno, a pesar de la vergüenza que pasamos con mi mamá, todo fue maravilloso, nos veíamos como una verdadera familia. Y lo amo.

***

Nota: solo para decirles que haré los capítulos del maratón mas cortos, aun así, serán emocionantes. 

Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora