CAPITULO 48

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Salí temprano y decidí esperar a Alonso afuera. Salí y me arrepentí inmediatamente de salir.

-Oh, santa mierda.

-Hola, preciosa.

-Aléjate de mí Navarro.

-¿Por qué?

-Porque me das asco.

-Pero si me bañe.

-Eres un idiota.

-Oh, vamos, solo quiero platicar. Vengo por Zoe pero me encontré algo mejor-se acerco a mí oído-.

-lo empuje haciendo que topara con su auto-. No te me acerques.

Escuche su risa en mi oído, también sentí su mano en mi cintura.

-hice una mueca de asco-. Vamos, véngate de Alonso.

-¿Qué?

-Casi se mete con Zoe, vamos, lo peor que le puedes hacer es...

-Ash-me aleje-, ¿Eres idiota? yo amo a Alonso y...

-Pero él no lo hace, admítelo, no te ama.

Baje la cabeza y le di la espalda. Sentí nuevamente sus manos en mi cintura. Aparto mi cabello hacia un lado y sentí su aliento en mi cuello. Vamos, Ximena, quítate.

-Eres tan hermosa... ¿Por qué estás perdiendo el tiempo con Alonso? Yo estoy disponible.

-Alonso no tiene que arrastrarse para que una mujer le haga caso. Ahora suéltame-volví a empujarlo-.

-Ya estuvo bueno maldita zorra.

Me tomo por el cuello y me llevo a unos pasos al lado de la barda de la escuela. Había un callejón. Me golpeo fuertemente contra la pared.

-¡Aah!

-Eso es, hazlo de nuevo-bajo sus manos a mí cuerpo-. Grita.

-Déjame en paz.

-Te dije que te haría mía-beso mi cuello-. Me encantas.

En eso unas voces se escucharon. Era Jos y Alonso.

-¡¡Ayuda!!

-cubrió mi boca y nos metimos más en el callejón-. Shh, guarda silencio.

Me quede callada pero no podía dejar de sollozar. Se detuvieron a unos centímetros de mí. Mierda, Alonso, voltea.

-Y ¿Qué paso?-dijo Jos-.

-Bro Ximena es maravillosa, ahora entiendo tu fascinación por ella.

-Ex-fascinación, ahora mi obsesión es Yareth.

-Ahora veo... bueno, Ximena me perdono, dijo que no me dejaría porque sería como dejar ganar a Zoe.

-Valórala, Bro, no seas un estúpido.

-Oye y ¿Dónde estará?

-Quizá se fue, oí que salieron temprano.

Lo vi que sonrió y siguieron caminando.

-¡Mm!-trataba de gritar-.

-No te escucha cariño. Se ha ido, ahora ¿En que estábamos?

Volvió a besar mi cuello. Lo mordisqueaba y pasaba su lengua por él. Sentí una de sus manos en mi intimidad cuando alguien lo quito de manera brusca.

-¡¿Qué te pasa, maldito enfermo?!

-¿Zoe?-dije con debilidad-.

-¡No te metas McCall!

-¡¡Claro que me meto, no vas a desgraciarle la vida como lo has hecho conmigo!!

-¡Oh vamos, a ti te gusta lo que te hago!-se acerco a ella y ella lo aventó-. ¡Recuerda porque te estás revolcando conmigo! ¡Para que quite a esta niña del camino, dijiste, esas fueron tus palabras!

-¡Pero no de esta forma idiota-lo empujo hacia su auto-, lárgate de aquí, luego hablamos!

Vi como se subió al auto y arranco a toda velocidad. Yo estaba recargada en la pared asimilando lo que ese idiota dijo. ¿Quitarme de camino?

-Ximena...

-No me toques... eres peor de lo que pensé. ¿Quieres deshacerte de mí?

-No, claro que no, yo solo quería que te alejaras de Alonso, yo...

-¡Querías que ese cerdo me hiciera daño! ¿Igual a ti? ¡¿Te acuestas con él como paga?! ¡Eres una puta!-la empuje-.

-Cálmate, te salve de él, eso...

-Eso-la interrumpí-, eso no me hará pensar diferente. Te odio, no te quiero cerca, ni de mí ni de Alonso... por favor, aléjate.

-Ximena...

-¡¡Aléjate de mí!!

-¿Xime?

-Freddy-lo abracé-... sácame de aquí, por favor.

Miro a Zoe y empezó a caminar. No me pregunto nada, solo me acompaño a casa de Alonso. Me leyó el pensamiento. Necesitaba verlo. Abrazarlo. Sentirme protegida.

Mundo Cerrado, Heridas AbiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora