Capítulo 6

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Han pasado tres semanas desde el primer día y en Tsuen los días transcurren naturalmente y sin problemas, con todos entrenando duro para volverse cazadores.

A diario, Haru tiene su encuentro programado con Kasumi. A pesar de la verdadera razón por la que se hace, en ese corto periodo de tiempo cada uno alegra el día del otro, cosa que se hace notar. Aquella vampira que siempre solía estaba en un rincón, buscando un lugar en el que nadie notara que siquiera estaba allí, ahora es como si tuviera vida una vez más, sigue siendo igual de callada, básicamente sin tener ninguna interacción con los demás vampiros del lugar, pero al menos ahora le presta mucha más atención a su entorno, manteniéndose pendiente de cuando pudiera ver a Haru, ya sea para encontrarse con él, o sólo verlo a través del cristal que separa a los humanos de los vampiros. La situación con Haru no es muy diferente, el tiempo en el que no está entrenando, no hace más que esperar el momento en el que pueda reencontrarse con ella.

Cada día, luego de terminar su reunión con Kasumi, Haru debe darle un informe al coronel Takeshi sobre lo que han hablado y la información que pueda ser de utilidad, por lo tanto, de vez en cuando pregunta algo que pueda interesarle al coronel. En realidad, a ella no le molesta para nada contestar, considerando que sus escasos conocimientos sobre el tema se limitan a lo poco que ha descubierto desde que está en Tsuen, considera que no podría revelar nada demasiado importante que no se sepa ya, aunque quisiera. Todo lo que le importa ahora es poder hablar con alguien como si fuera la de hace tantos años, volver a ser ella misma al menos por unos minutos.

Sin embargo, como es de esperarse, nada que es tan perfecto puede durar para siempre. Estos periodos de felicidad para ambos, se verían perturbados por lo ocurrido un par de semanas luego de haber iniciado. Es casi la hora del almuerzo y al igual que siempre, todos los vampiros se encuentran en el interior de la jaula haciendo lo que acostumbran. Kasumi, por su parte, no se relaciona mucho con los demás, por no decir que no lo hace en absoluto además de una minúscula interacción que nunca dura más de cinco segundos; ella ahora se encuentra en el mismo lugar que siempre esperando la hora de encontrarse con Haru. El problema se presenta cuando se acercan otros tres vampiros, dos hombres y una chica que debe aparentar más o menos la misma edad de ella, de los cuales ni siquiera conoce el nombre, por lo tanto, lo último que esperaba era una patada sin previo aviso por parte del que se encuentra en medio.

—¿Qué...? —sin que Kasumi pueda al menos decir algo, el que antes estaba a la izquierda sujeta con fuerza su cuello para luego hacerla chocar contra el suelo, impidiéndole moverse.

—¿Decías, princesa? —pregunta el vampiro que le impide levantarse, mientras que ella lucha para liberarse, sin éxito; no tiene la fuerza suficiente—. Es que no te pude escuchar.

Los tres sueltan una carcajada casi al unísono, sin embargo, esto no afecta a Kasumi, le importa poco o nada lo que esos vampiros piensen de ella, todo lo que quiere es que la dejen en paz. Así que, usando el primer recurso que se le ocurre, decide darle una patada en la entrepierna al sujeto que la sostiene, consiguiendo que la suelte, antes de echarse al piso por el dolor.

Sin pensarlo mucho, Kasumi se pone de pie, dispuesta a marcharse en dirección opuesta a donde están aquellos vampiros, esperando que la dejen tranquila, después de todo, no les ha hecho nada; pero, para su mala fortuna, ellos persisten. Ella no ha avanzado más de tres metros, cuando el que atacó al principio, la empuja para acorralarla contra el muro más cercano, dejándola sin ninguna ruta de escape.

—No quiero problemas —dice, intentando retirarse.

—Ah, ¿no? —pregunta con una sonrisa de oreja a oreja—. ¿Acaso crees que somos idiotas o algo así? ¿Creíste que no nos daríamos cuenta de que has estado saliendo de aquí? Y para colmo, con uno de esos estúpidos humanos. A ver, seguramente esta cosa te la dio él —supone, sosteniendo el collar de Kasumi de la punta.

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