Capítulo 26

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Durante los siguientes días no pasa nada particularmente importante. En cuanto a Kasumi y Kanato, se podría decir que el último problema que se presentó fue una ayuda para mejorar su relación, si bien al principio reinaban la tensión y la incomodidad, éstas se fueron desvaneciendo tan rápido como llegaron y de la misma forma, todo volvió a como estaba antes de esto, aunque de cierta forma era diferente, más natural, había más confianza y en lo que se sintió como un par de días, se terminó el tiempo. Ya es hora de cada uno por separado retome su vida como la habían llevado hasta ahora.

—Ten mucho cuidado —dice Kanato en medio de un abrazo de despedida.

—Tú también —responde Kasumi. Ella sabe que debe irse, sabe que el sol se ha ocultado y es hora de regresar a la realidad—. Me gustaría que los conocieras a todos, seguro te agradarían —continúa, tratando de alargar el momento.

—Seguramente —sonríe—. Aunque no sé hasta qué punto les pueda gustar la idea. Sigo siendo un cazador, dudo que alguno de ellos pueda confiar en mí.

El silencio se hace presente por unos instantes hasta que el pelirrojo dice—: Y sobre ese sujeto... el de ese día... —una mirada reprobatoria es descargada sobre Kanato, aunque éste no le hace mucho caso—. No tienes que poner esa cara, simplemente no tengo un buen presentimiento sobre él, tiene "peligro" escrito en todos lados... ¿Al menos puedes tener en cuenta mi opinión?

Kasumi mantiene una sonrisa irritada mientras escucha —Bueno, si ya terminaste con tu escena de hermano sobre protector celoso, ahora deberías escucharme; aunque no lo parezca, él es un buen chico en el que confiaría mi vida, porque me ha salvado en más de una ocasión. Puede que te dé una mala primera impresión, pero deberías conocerlo mejor antes de juzgar qué clase de persona es, ¿no puedes darle una oportunidad?

—Está bien, si es lo que tú quieres, voy a tratar de conocerlo mejor o lo que sea —suspira resignado, apartando la mirada—. Odio tener que decir esto, pero creo que ya es hora de que vayas, normalmente en este punto no hay cazadores patrullando, así que debería ser seguro para ti regresar ahora.

La tristeza se apodera de las facciones de ambos hermanos, que desearían no tener que separarse una vez más, pero que por la realidad en la que viven están obligados a hacerlo. Luego de algunos momentos en silencio, se dan un último abrazo que bien pudo durar varios minutos, pero que sintieron como escasos segundos. Después de esto Kasumi se aproxima a la ventana de la habitación de su hermano para darle un vistazo final y decir "Volveré pronto" con una sonrisa justo antes de lanzarse al vacío para emprender un vuelo en dirección al lugar al que considera como su hogar.

En cuestión de minutos, Kasumi logra ver a la vieja y acabada cabaña que indica la llegada a su destino. Sin pensarlo, desciende por las escaleras ocultas para llegar a lo que sería la "sala" del lugar. A simple vista no hay nadie y todo está exactamente como dos semanas atrás, aunque lo que ocupa gran parte de su mente en este momento es el volver a ver a Aizel, así que, sin perder el tiempo se dirige hacia la habitación del anteriormente nombrado y toca la puerta.

—¿Aizel? —luego de algunos momentos de silencio, vuelve a tocar—. ¿Estás ahí?

En realidad, nunca antes entró allí, no tiene idea de cómo es; sabe que no debería, pero la curiosidad es demasiada para ella, sin contar que al menos tiene la excusa de querer verlo y concluir que no la escuchó. Pone la mano en la perilla de la puerta, la gira para comprobar que efectivamente está abierta. Duda por algunos segundos, pero al final decide empujar el objeto lentamente. El interior está en completa oscuridad, sólo se puede ver un absoluto negro, cuando una voz muy conocida para ella la deja paralizada.

—¿Se te perdió algo? —la voz grave y seria de Aizel causa que la vampira se detenga y que la vergüenza la invada por completo.

Lentamente gira con los ojos abiertos de par en par hasta encarar a la figura imponente que se encuentra tras ella.

V talesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora