Capítulo 29

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—¡¿Por qué lo hiciste?! —le pregunta Kanato a su propio reflejo en el agua, sin importarle nada más que la respuesta a la pregunta que acaba de hacer—. Sé que estás ahí escuchando, ¡Así que respóndeme! —continúa exigiendo la esperada respuesta, dándole un golpe a la helada agua del lago.

Las ondas formadas por el previo golpe lentamente se disipan. La imagen visible ahora en el cuerpo de agua es la de la segunda personalidad del pelirrojo.

—¿Ahora qué? ¿Cuál es la necesidad de gritar cada dos malditos segundos? —pregunta aparentemente irritado Akane.

—¡Tú sabes bien que es lo que hiciste, ahora exijo una explicación! —el pelirrojo exclama al borde del colapso.

—¿Qué cosa? ¿Te refieres a lo del vampiro este, cómo se llamaba? ¿Aiden?

—Aizel —corrige.

El contrario rueda los ojos al escuchar.

—Como sea, ¿por qué te importa? ¿Qué acaso no era ese tu fantástico plan? ¿Atraparlo para así poder sacarlo del camino y tener a salvo a tu estúpida hermanita de él y tus compañeros? Si quieres la razón de porqué lo hice es simplemente esto, sabía que eso es lo que querías, pero estabas tan asustado que casi te haces en los pantalones apenas lo viste, así que solo decidí hacer lo que no eras capaz; deberías agradecerme, no es mi culpa que las cosas no terminaran como querías, deberías comenzar a ordenar tus prioridades y por una vez hazte responsable por tus acciones, deja de culpar a los demás por todo lo que te pasa —luego de un corto silencio, concluye—: Me voy.

—Akane, ¡Akane! —Kanato sigue llamándolo, sin embargo, ya se ha ido. Al cabo de un minuto comprende que ahora solo está hablando con la nada.

El cazador se queda mirando el lago frente a él, sin verlo realmente, solamente se concentra en el arrepentimiento por sus acciones. "Es cierto" piensa "Esto lo hice yo, soy el único culpable de todo esto". Es hasta ese momento que Kanato finalmente lo acepta; él sí quería hacerlo, todo el tiempo fue lo que buscó, sacar a Aizel del camino sin importar nada. Hasta el momento en el que el vampiro fue a buscarlo para hablar, nunca pasó por su cabeza la posibilidad de al menos intentar llevarse bien con él. Pero ahora es tarde, pues esa posibilidad fue destruida con Aizel encerrado en prisión. Después de todo, nadie ha podido escapar jamás de aquel lugar, está perdido.

Mientras tanto, bajo las ruinas de una vieja cabaña, nuestro grupo de vampiros se encuentra con el ánimo por los suelos; aun así, Kou quiere hacer un intento por mejorar al menos un poco la situación.

—¿Kasumi? — La llama en voz baja desde la puerta de la habitación de la chica, la cual ya se encontraba abierta. Luego de algunos segundos que parecen eternos, entra y se sienta junto a ella en la cama. Al principio solo la mira, y siente una gran tristeza al verla así, abrazando sus rodillas con la mirada baja y perdida, y a la vez que parece que está a punto de derramar un mar de lágrimas. —Lamento mucho lo que pasó, no imagino cómo te sientes— Su voz ahora tiene un tono diferente, más grave y algo ronca.

Kasumi no dice nada, no se mueve, apenas se puede ver cómo su pecho sube y baja levemente con su respiración cada cierto tiempo.

Después de otra larga pausa, el vampiro hace otro intento por entablar una conversación—: No quería ser yo quien les hablara de esto, pero tuve que hacerlo en cuanto vi esa horrible noticia. No pude hacer nada más, lo siento.

Pasados algunos instantes de silencio absoluto, la vampira habla, aunque sigue sin cambiar su expresión y con una voz monótona dice—: Está bien, ¿Cómo lo están llevando los otros?

Aprovechando la primera oportunidad para conversar, Kou contesta a la pregunta, por extraña que le parezca en este momento.

—Bueno, Lucy primero estaba asustada y luego lloró un poco, aún le afecta, como a todos, pero ya está algo mejor. En cuanto a Makoto, creo que fue más difícil para él; luego de negarlo varias veces, corrió hacia abajo y se encerró allí, no he podido hablar con él desde entonces. Cuando sepa algo nuevo te diré—. Luego de terminar, se queda viéndola, esperando cualquier cosa, sin embargo, sigue inmóvil. Preocupado, Kou continúa— Kasumi... por favor no intentes nada para recuperarlo, es solo una advertencia, sabes cómo son las cosas en ese lugar, lo último que quiero es perder a alguien más. 

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