Aizel [Extra]

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He perdido la noción del tiempo que llevo así, perdido, sin ningún objetivo o un lugar a donde ir, en un mundo donde la existencia de los vampiros dejó de tener sentido en el momento que perdieron esa estúpida guerra.

Pensaba que un cambio podría ser bueno; ir a un lugar nuevo, cambiar de identidad... lo que sea para intentar dejar el pasado atrás; sin embargo, para ese punto debería admitir que eso es algo imposible.

No ha pasado más de un mes desde que llegué a Japón, pero con eso es más que suficiente para saber cómo serían las cosas a partir de este momento, exactamente iguales a lo que siempre han sido.

No puedo continuar así, si sigo de esta forma sé que terminaré enloqueciendo, perdiendo lo poco que queda de quien fui alguna vez.

Normalmente mantengo ese tipo de pensamientos apartados, me distraen, y eso es algo que no me puedo permitir cuando cada alma que me encuentro es un posible enemigo. Aunque, por otro lado, suelo perderme en estas cosas cuando estoy en lugares como este. Al comienzo detestaba los bosques y todo lo que se les asemejara, pero en algún punto comenzaron a gustarme; casi todos los evaden, así que puedo estar tranquilo y muy rara vez alguien aparece para molestar, sin embargo, en esta noche no estoy vagando entre estos árboles solo buscando tranquilidad.

Hace un par de horas tuve la mala fortuna de encontrarme con un considerable grupo de cazadores; y entre eso y que llevo más de una semana sin una gota de sangre, ahora mismo estoy sediento. Algo que he notado es que de un tiempo para acá necesito beber más para estar satisfecho, tal vez sea por tanto tiempo que llevo así, o al menos esa es la única explicación en la que he podido pensar.

De repente siento un dulce aroma, uno inconfundible y que no tardo en seguir, sé que está cerca. No es solo un humano cerca, por la intensidad del olor sé que está sangrando si es que aún no ha muerto, aunque si ya falleció sería facilitarme las cosas, así no tendría que preocuparme por contenerme ni un poco, y me encanta esa idea, porque huele realmente bien, cosa que tal vez sea solo por la sed.

Tal como pensaba, no tardo en encontrar la fuente del aroma, que resulta ser una chica pelirroja, la cual, sin duda sigue con vida. Está sentada sobre un tronco, dándome la espalda, así que no se ha dado cuenta de mi presencia, y yo no termino de descifrar lo que esté haciendo.

Nunca me gustó tomar a los humanos por la fuerza ni la resistencia que oponen por puro instinto de supervivencia, que solo termina abriendo la herida más de la cuenta -por lo que en ocasiones terminan desangrándose-; es por eso que prefiero hipnotizar a todos antes de comenzar, es más sencillo para ellos y para mí.

Sin pensarlo mucho, para encararla rodeo el tronco caído sobre el que está, atento a sus movimientos en todo momento. Prácticamente ni se mueve, solo permanece allí con la cabeza agachada y un montón de cabello rojo cubriendo su rostro para mi punto de vista, aunque al detallarla un poco mejor, es fácil notar el punto del que sangra; sus muñecas tienen varias cortadas, y tal vez hay señales de otras ya cicatrizadas; de inmediato asumo que la responsable es la cuchilla ensangrentada que tiene entre sus dedos. Entonces recuerdo el lugar en el que estamos, el famoso "bosque de los suicidios". No termino de comprender por qué los humanos hacen estas cosas, como si su vida no fuera ya bastante corta.

Me doy cuenta de que me he distraído demasiado con eso cuando termino partiendo una rama que hasta un humano podría escuchar a varios metros de distancia. Por supuesto que ella lo nota de inmediato; al comienzo su reacción es de lo más normal, voltea entre sorprendida y asustada y luego queda de pie con un brinco, sin embargo, me confunde un poco cuando se baja las mangas como si su vida dependiera de ello, antes de mirar al suelo mientras mueve un pie de un lado a otro. Su pulso se ha acelerado bastante, pero en realidad no la veo asustada, más bien diría que está... ¿apenada? ¿Qué demonios tiene esta chica en la cabeza?

V talesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora