Kanato, a pesar del cansancio que ha acumulado, está dispuesto a levantarse para luchar contra su atacante desconocido, pero se paraliza al sentir el metal frío de un cuchillo afilado rozando su garganta.
—No entiendo cómo has sobrevivido hasta ahora —el ex cazador reconoce de inmediato aquella voz, sintiendo un gran alivio al notar que Aizel retira lentamente su cuchillo y se aparta, permitiéndole volver a ponerse en pie.
—¡¿Qué demonios fue eso?! —pregunta considerablemente alterado.
—Probaba tu reacción a un ataque sorpresa. Por cierto, lo hiciste terrible— observa con los brazos cruzados.
—Ustedes van a hacer que me dé un ataque un día de estos —suspira, irritado.
—Físicamente eso no es posible, ahora eres vampiro. Por otro lado, esos sujetos no van a decir dónde están para que podamos matarlos, debes estar preparado para un ataque por su parte en cualquier momento. Eso significa que debes estar alerta siempre, porque cuando menos lo esperes repetiré lo de antes, y espero que a la siguiente encuentras una forma de evitar que te asesine en menos de cinco segundos ¿quedó claro?
De alguna forma a Kanato le resulta perturbadora la calma que tiene al hablar, no solo porque hace poco lo había visto más molesto que nunca, sino porque sabe que, si él estuviera en su lugar, las cosas serían muy diferentes. Para comenzar, ni siquiera parece molesto, tan solo utiliza el tono serio que es característico en el vampiro y eso no deja de inquietar al chico que intenta pensar en la forma de evadir a Aizel la próxima vez que lo ataque por sorpresa.
—Sí —asiente Kanato con toda la seguridad que puede imprimir.
—Bien, ya que tienes bases de doku, lo mejor es dejarlo por ahora. En lo que queda de la noche aprenderás a volar.
Volar, algo que le aterra, pero a la vez ha fantaseado con la idea desde que tiene memoria. Sin embargo, el temor que siente es mucho mayor al deseo de hacerlo.
—¿Es muy necesario? —pregunta con timidez, desviando la mirada.
Aizel lo mira con confusión por un momento antes de recuperar la seriedad y contestar—: Escucha, porque no lo pienso repetir. Mientras estés aquí seguirás las reglas. Eso significa que no quiero volver a escuchar una sola queja que provenga de ti, y si piensas seguir haciéndote el difícil, las cosas van a cambiar y tendrás que vértelas conmigo. Así que, si digo que hagas algo, lo haces; sabes bien que no puedo perder el tiempo con tus absurdos berrinches.
A medida que habla se acerca a Kanato con un aura amenazante, hasta que el menor debe mirar levemente hacia arriba por la diferencia de altura, sintiéndose débil e intimidado. A Aizel no le hace falta gritar o algo parecido para parecerle aterrador a cualquiera, incluso en este momento se le dificulta a Kanato mantener la compostura mientras lo escucha en silencio.
—Entonces, ya que nos hiciste perder el tiempo —continúa sin dejar reaccionar a Kanato—. Hay que acelerar las cosas.
El vampiro novato no termina de comprender sus palabras, pero antes de que pueda preguntar cualquier cosa, Aizel sujeta el traje de Kanato con una mano, justo antes de lanzarlo varios metros hacia arriba.
Kanato, confundido y aterrado, no tiene idea de lo que debería hacer, mientras que el terror termina de apoderarse de él cuando pierde impulso y comienza a caer apenas pasa las copas de los árboles. Piensa rápido y en cuanto tiene la oportunidad de agarrarse de una rama la toma, aunque ésta se rompe de inmediato. La caída continúa hasta que consigue sostenerse de una más fuerte.
Con la respiración agitada, mira hacia abajo por un momento solo para cerrar los ojos y aferrarse con toda su fuerza a la rama de la que está colgando. Aun estando a una gran altura, el mareo generado por aquella vista le juega una mala broma haciéndole creer que está mucho más arriba de lo que está en realidad. Está totalmente paralizado en su lugar hasta que escucha una voz que lo hace reaccionar.
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V tales
VampireEn este mundo existen los vampiros, criaturas despreciables que solo existen para hacerle daño a la humanidad, o eso es lo que todos creen. Desde hace tiempo, los humanos hallaron formas de contraatacar a los vampiros, forzándolos a ocultarse y a es...