Capítulo 33

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Midori

Esta es la segunda vez que Makoto revisa mis heridas desde que desperté por primera vez. Es inevitable notar la abismal diferencia entre aquel día y ahora. No sé cuánto tiempo ha pasado desde entonces y sinceramente en este momento no me interesa mucho.

Soy consciente de que medida que pasa el tiempo, he dejado de verlo como un vampiro cualquiera para encontrarme con una persona completamente normal. El único detalle sobre él al que no me puedo acostumbrar son esos malditos colmillos. Un par de blancos, largos y afilados colmillos que enseña sin quererlo cada vez que habla o sonríe, que es la mayor parte del tiempo.

—¿Está muy mal? —No me atrevo a ver directamente, temo encontrar algo que realmente no me guste.

—No te preocupes por esta parte —sonríe señalando la herida que acaba de terminar de vendar y siento un gran alivio—. En menos de una semana estarás bien —Borra su sonrisa y tengo un mal presentimiento—. Por otro lado, tu pierna podría tardar mucho más.

—¿De cuánto tiempo hablamos?

—No voy a mentir, como van las cosas, podría ser un mes o dos y no estoy seguro de que se recupere totalmente. No tengo los instrumentos que necesito. Lo siento.

Dos meses. Dos meses y aun así podría no estar bien como antes. Estoy a punto de ponerme a llorar, no quiero hacerlo, no frente a él. Siento como las lágrimas se van acumulando, preparándose para salir. Esa sensación desaparece cuando Makoto vuelve a hablar.

—Aunque hay una forma —dice—. Hay una forma para que te recuperes antes, pero no te va a gustar.

—¿Qué es...? —pregunto con un hilo de voz.

—Sabes que los vampiros nos recuperamos en cuanto somos heridos ¿Verdad? — El pánico se apodera de mí de repente, y parece que lo nota, porque no tarda en aclarar —No, no estoy pensando en convertirte si es lo que piensas.

No voy a negarlo, porque realmente es lo que estaba pensando, es como si me leyera la mente.

—¿Entonces qué es?

—Cómo te decía, hay algo en nuestro cuerpo que se encarga de regenerarnos, pero no sirve solo para eso. Tal vez has visto que en ocasiones lo usamos para luchar, sin embargo, lo podemos usar de la forma en que queramos, lo llamamos doku. El punto es que puedo curarte con eso, no tardaría más de un minuto.

—No entiendo que es lo que no me gustaría, eso suena perfecto —sonrío. Confío en él, no creo que me haga daño, menos si se toma el tiempo para explicarme todo esto.

—Tu... no —se corrige—, los humanos no tienen idea de cómo se convierte un humano en vampiro, ¿No es así?

Entonces recuerdo cuando estaba en casa de Kanato. Desde ese día no he podido sacar el tema de mi cabeza. Si durante la mordida no se transforma, ya no ocurrirá. Todo este tiempo hemos estado mal. Se suponía que, si muerden a una persona, tarde o temprano terminará siendo un vampiro. Aquel día aprendí que no es verdad y no he dejado de sentirme culpable. ¿Cuántas personas inocentes han sido asesinadas por no saber algo tan básico e importante?

—N-no lo sé, ¿Cómo? —sueno más nerviosa de lo que espero.

—Para convertir a un humano, primero se debe beber su sangre hasta que esté a punto de morir. Cuando su corazón se detiene, el vampiro le da parte de su doku, es entonces cuando ocurre la transformación.

—¿Tú lo has hecho?

—No, no podría—. Agradezco que esa haya sido la respuesta, no sé si podría seguir viéndolo de la misma forma si hubiera dicho que sí—. Eso me lo enseñó la vampira que me convirtió; no muchos lo saben, es por eso que no hay vampiros nuevos muy seguido.

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