Capítulo 61

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Aki no mueve un músculo, solo se queda de pie, viendo fijamente a Kanato en una especie de trance. El vampiro está a pocos centímetros de su cuello, cuando se detiene de golpe antes de caer al suelo inconsciente.

—Creí haber sido muy claro cuando les dije a ustedes dos que se mantuvieran apartados —dice Aizel con un tono severo y el ceño fruncido.

—¿Q-qué le hiciste? —tartamudea Aki, viendo asustado al chico que ahora está en el suelo con un agujero en la cabeza.

—Se le dice salvarte el trasero. Si las cosas hubieran seguido su curso, seguramente este imbécil te hubiera matado —explica, señalando a Kanato—. No te preocupes por él, la herida sanará en unos minutos y despertará más tranquilo.

—E-eso no puede ser, Kanato no podría... él no... —intenta replicar, aún bastante aturdido, hasta que Aizel lo interrumpe.

—Tal vez eso sea cierto cuando está consciente, pero llegó a un punto en el que la sed superó sus capacidades —hace una breve pausa antes de continuar—. Se nota que confías en él, al igual que el aprecio que le tienes, sin embargo, esto es algo a lo que no está acostumbrado, por lo tanto, no se sabe lo que pueda llegar a hacer si sigue aguantando por más tiempo.

—Supongo que tiene sentido —sigue sin dejar de ver a su amigo inconsciente—. Quiero ayudarlo ¿Hay algo que pueda hacer por él?

—Por ahora solo dale algo de espacio y no le hagas hablar del tema, cuando esté listo para eso, lo hará. Hasta entonces intenta hacer como si nada hubiera cambiado, es lo mejor que podrías hacer por él en esta situación.

—Si eso lo ayudará, es lo que haré. Gracias por el consejo —sonríe.

Aizel está por contestar algo, pero lo piensa mejor y se lo guarda, recordando que debe poner la mayor distancia posible entre Aki y Kanato antes de que este último despierte. Así que se lo pone sobre el hombro como costal antes de dirigirse a la salida.

—Dile a Lucy que te explique los patrones, ella es la que mejor los ha entendido hasta ahora.

—¿Qué vas a hacer ahora? —pregunta el híbrido aún sin moverse un centímetro.

—Ya es hora, no se puede aplazar más —es todo lo que dice antes de desaparecer del lugar.

El chico de cabello azul tarda algunos segundos antes de comprender el sentido de aquellas palabras y cuando lo hace sabe exactamente lo que significa; para la próxima vez que vea a Kanato, él ya habrá bebido sangre humana.

No pasa mucho más tiempo antes de que Aki recuerde lo que estaba por hacer antes de que Kanato lo detuviera y en cuanto lo hace, sube las escaleras a toda velocidad, esperando que Aizel no se hubiera alejado tanto todavía. En cuanto sube se da cuenta de que no es así, no hay rastro de ninguno de los dos vampiros. A pesar de que lo llama un par de veces, no hay respuesta alguna, así que se limita a ir por el maletín, el cual había permanecido a menos de un metro del lugar por el que cayó, justo como había pensado. Luego de recogerlo, regresa una vez más para buscar a Lucy, siguiendo la instrucción de Aizel.

Mientras tanto, a algunos kilómetros de distancia, Aizel decide que es un buen lugar para detenerse y dejar a Kanato en el suelo, cosa que hace sin el menor cuidado. El impacto al caer al suelo es lo que comienza a despertarlo. Luego de algunos segundos abre los ojos y mira alrededor, quedando completamente perdido al no tener idea de cómo llegó allí.

—¿Qué pasó? —pregunta mientas se pone de pie.

—Estuviste a punto de asesinar al híbrido. Y antes de que lo preguntes, él está bien, te dejé inconsciente antes de que pudieras hacerle cualquier cosa— dice el vampiro dándole la espalda a un par de metros, sin suavizar las cosas en lo más mínimo.

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