Capítulo 39

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Kanato y Aki caminaban tranquilamente de regreso a la ciudad. El pelirrojo tenía cientos de preguntas, pero en el fondo sabía que no era correcto hacerlas todas, en especial en ese momento. De igual forma, no pudo contenerse por completo.

—¿Hay algo además de lo de...? —dejó la pregunta sin terminar, señalando su propio ojo—. ¿Necesitas beber sangre?

Tardó algunos momentos viéndolo antes de responder —No realmente; por otro lado, siempre me pregunté qué ocurriría si llegara a probarla, pero desde lo que ocurrió con Haru, bueno, digamos que prefiero seguir con el beneficio de la duda.

—Lo siento si te incomoda, no tienes que responder.

—No importa —sacudió la cabeza—. Se siente bien poder hablarle de esto a alguien además de Haru. Adelante, si quieres pregunta algo más, es tu oportunidad.

—De acuerdo, si tú lo dices... volviendo a la pregunta anterior, ¿Hay alguna otra cosa fuera de lo normal? Ya sabes, volar o algo.

El chico de cabello azul esbozó una sonrisa por un instante. —No negaré que me gustaría, pero no, hasta donde sé, no puedo volar. Si debo pensar en algo fuera de lo normal, serían los colmillos; los limo a diario para que no se note, pero nunca dejan de crecer. También sano más rápido de lo normal y tengo más fuerza de la que aparento. Además de eso, no soy muy diferente de cualquier persona —dijo e hizo una pausa—. Aunque, por otro lado, Haru...

—¿Qué ocurre con él?

—Él siempre fue diferente. Cuando éramos pequeños, incluso hace poco, siempre tuvo un cuerpo débil. Se enfermaba con frecuencia y se lastimaba con gran facilidad. En el tiempo que fuimos realmente cercanos, antes del internado, él siempre tuvo problemas para adaptarse, para ocultar la verdad. Nuestra madre siempre fue mucho más dura con él que conmigo y era por eso, porque él parecía más vampiro que yo, siempre lo supe. Todo lo que hice fue decirle que lo dejara, que tratara de parecer humano, que así todo sería más fácil, pero siempre se negó. "Ellos no son malos", "Son como nosotros" me decía. En el fondo quería creerle, en parte lo hacía. Debí haber hecho más, tenía que defenderlo, eso habría sido lo correcto. Solo fui un cobarde, está así por mi culpa.

—Aki, esto no es tu culpa, solo hiciste lo que creías mejor para ambos. Si alguien aquí metió la pata de la forma más colosal posible, ese soy yo. No pensé las cosas, e hice lo más estúpido que pude hacer, no sé ni siquiera si ella podrá perdonarme algún día.

El chico de cabello azul no dejaba de verlo con intriga —¿Podrías decirme qué es exactamente? ¿Por qué no quieres decirlo?

—Me creerás loco si te digo —dijo con un suspiro.

—¿Hablas en serio? ¡¿Hablas en serio?! —preguntó levantando la voz con fingida exasperación—. Kanato Sasaki, me parece una falta de respeto que después de todo lo que hemos pasado, después de compartir mis secretos contigo, no quieras decirme algo tan simple.

—¿Terminaste? —el pelirrojo se cruzó de brazos e intentaba permanecer serio, pero la diversión se notaba en su tono de voz.

—Eso depende ¿Lo dirás? Porque si no lo haces, seguiré hasta que lo hagas.

—Veo que has vuelto a la normalidad —dijo con una sonrisa suave. "Seguro te llevarás bien con ella" pensó. A Kanato siempre le había gustado pasar tiempo libre con Aki, le parecía agradable y podía ser él mismo de vez en cuando. Sin embargo, desde cierto punto ya no pudo volver a hacerlo, con cada uno preocupándose por sus propios asuntos, sus caminos se separaron lentamente—. Está bien, es mejor terminar con esto ahora, conociéndote, estarías fastidiándome la vida al menos por un año.

V talesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora