Capítulo 77: Final

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(Para mejor ambientación, pongan el video en multimedia :3)

—Es una pena —suspira, monótono—, en verdad me agradabas, pudiste haber sido mi mano derecha como alguna vez lo fuiste, pero eres demasiado terco para escuchar al menos; y todo por ¿qué? ¿una mujer como las que podrías encontrar en cualquier momento y lugar?

Pasan algunos momentos de pesado silencio, entonces Aizel escupe una masa negra y viscosa en la cara del contrario, la misma que hace menos de un minuto introdujo en su cuerpo. La intención de Aizel era no dejarse llevar por el enojo, pero es simplemente inevitable para él ahora.

—No existe nadie igual a ella, pero no espero que lo entiendas —pronuncia, usando el poco aire que quedaba en sus pulmones, justo antes de cortar con sus garras el brazo de su oponente y dar unos pasos hacia atrás.

Una vez que ha puesto una distancia prudente entre ellos, espera poder tomarse unos instantes para organizar sus ideas, pero en cuanto para de retroceder, el brazo cortado se mueve por cuenta propia, rasgando la garganta de Aizel, antes de volver a su propietario.

—¡Aizel! —Kasumi exclama preocupada al notar la escena. Acaba de terminar con el último que quedaba de los trillizos, lo que la ha dejado exhausta; a pesar de esto, no duda en precipitarse hacia el vampiro nombrado.

Aizel intenta decirle que no se acerque, pero el daño en su garganta ha sido suficiente para estropear por un rato sus cuerdas vocales. Adicional a esto, no tarda en notar que no se puede mover, por mucho que lo intente, no consigue moverse un solo centímetro.

En cuestión de segundos, Kasumi ha eliminado la distancia que los separaba sin darse cuenta de la mirada de alarma que intentaba alertarla. Tan solo hace falta un leve roce, para que lo que mantiene inmóvil a Aizel también consiga invadir su cuerpo, dejándola en la misma situación.

Además de Aki y Lucy; Kanato, Kou y Makoto también han conseguido vencer a los enemigos que les tocaron a duras penas; escasamente son capaces de moverse, pero siguen dispuestos a luchar contra el único vampiro que falta.

Kanato es el primero en moverse, sacando su pistola para dispararle numerosos dardos al vampiro, el cual esquiva sin mayor dificultad cada uno de ellos antes de acercarse a Kanato a una velocidad sobrehumana y atravesarlo con su doku para levantarlo en el aire.

—Parece que lo irritante es de familia —observa molesto, viendo de reojo a Kasumi—. Y siguen sin entender que estas cosas son inútiles —continúa, quitándole la pistola a Kanato antes de arrojarla lejos sin darle mayor importancia.

Kou y Makoto, cada uno por su parte, se preparan para atacar, sin embargo, en un parpadeo se encuentran en las mismas circunstancias que Aizel, Kasumi y Kanato, mientras que Aki y Lucy les siguen poco después.

—No quería llegar a esto, pero ustedes me han obligado —dice para todos—. Pudieron unirse a mí, ser parte del brillante futuro que traeré para los vampiros; pero en su lugar, decidieron esto, atacar a los nuestros —hace una breve pausa—. Hoy me arrebataron a muchos de mis mejores seguidores, y por eso no voy a perdonar a ninguno de ustedes.

Todo rastro de su actitud arrogante se ha ido, ahora es totalmente serio, e incluso se alcanza a divisar algo de enojo en él, algo que muy pocos han conseguido ver, y que nadie ha vivido para contarlo.

—Cuando pasen a mejor vida —levanta la mano, apretando el doku que introdujo en cada uno de ellos, esbozando una amplia y sádica sonrisa—, solo piensen que se han sacrificado por un mejor futuro para todos nosotros.

El miedo se abre paso en las expresiones de todos los demás, no tienen opciones, por mucho que lo intenten, nadie es capaz de moverse en el estado en que se encuentran. Pasan unos cuantos segundos de espera que no son más que la peor de las torturas, antes de que el vampiro que los ha puesto en esta situación cierre la mano para darle fin a sus vidas.

V talesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora