Capítulo 25

63 5 638
                                    

Luego de pasar el resto del tiempo haciendo tareas triviales, Kanato finalmente está listo para regresar a casa. Ya se ha despedido de sus compañeros y ahora está frente a la salida del edificio en que se encuentra, sin embargo, cierta persona se pone en medio de su camino.

No hay cambio alguno en la expresión del chico, mientras que la de Midori demuestra únicamente exasperación. Entonces comienza a hablar, las palabras salen sin cesar de su boca a gran velocidad, y a cada momento que pasa se pone aún más nerviosa. Pasados no más de treinta segundos, hay actividad por parte de Kanato, camina a un ritmo completamente normal, continuando la ruta de que llevaba antes. No dice nada, no demuestra emoción alguna, únicamente sale del lugar, pasando justo a un lado de la chica que le habla e ignorándola por completo.

Ella sabe que no tiene caso, no sirve de nada seguir intentándolo; de hecho, estaba preparada para que algo así pasara desde antes de ir allí. Pero aun así siente un gran vacío, una horrible sensación que hace que quiera ser tragada por la tierra. Está al borde del llanto, pero contiene sus lágrimas, ya sea por orgullo o cualquier otra cosa, no puede hacer eso en un lugar como este. Así que se guarda todo, y espera hasta llegar al apartamento en el que vive para finalmente liberar lo que no podía en ningún otro lugar.

Kanato por su parte, regresa a su hogar más que feliz. Al menos por las dos siguientes semanas podría estar en paz y disfrutar de la compañía de alguien que creyó que nunca podría volver a ver. Aunque todo parece demasiado perfecto como para ser cierto, está dispuesto a ignorar su lado paranoico por un tiempo.

Por evidentes razones, los hermanos tendrían que pasar el tiempo en el interior de aquella casa, lo cual parece no molestarles en lo absoluto. Durante los primeros días todo va a la perfección, no hacen gran cosa, se limitan a charlar, ver alguna película o jugar uno que otro juego de vez en cuando. Lo último por supuesto gracias a Kasumi, al principio el menor se negaba de inmediato, sin embargo, luego de una actitud bastante insistente por parte de su hermana y de haberse acostumbrado un poco, realmente se divertía mucho más que con cualquier otra cosa, casi como los pasados once años se hubieran desvanecido, como si regresaran a la época donde todo era simple y ningún problema era realmente serio.

Por desgracia, cada vez que algo es demasiado perfecto, llega algo en el momento justo para arruinar esa perfección. Y en esta ocasión, ese "algo" vendría el día lunes.

—¿En serio tienes que ir? —pregunta Kasumi.

—Si no tuviera que hacerlo no lo haría. Además, he estado aquí todos estos días y también estaré el resto de esta semana, no tienes que ponerte dramática por unas cuantas horas —responde, terminando de arreglarse para salir.

—¿Me vas a abandonar? Creí que éramos hermanos, que estaríamos el uno para el otro, pero ahora me dejas a mi suerte —dice, sobre actuando con un fingido tono de indignación.

—Kasumi Sasaki, déjame decirte que eres la peor actriz que haya visto —dice Kanato, pero no puede dejar de sonreír.

—Y tú eres el peor público que haya tenido —sonríe y le enseña la lengua.

—Muy madura ¿No se supone que la hermana mayor debe ser el ejemplo a seguir?

—Bueno, técnicamente ahora tú eres el hermano mayor. Ahora vas a tener que estar cuidando de una adolescente problemática por el resto de tu vida —hace una pequeña pausa, sonriendo—. Y dime, ¿Qué se siente ser el mayor?

—No lo sé, supongo que no hay diferencia. Igualmente, a ti no te quedaba el papel; estás mejor como la hermana pequeña irritante —al terminar esa frase, siente un golpe suave en un costado que ya veía venir y gira para decir—: ¿Qué? Es la verdad y lo sabes —está por añadir algo más, pero se arrepiente al ver la hora—. No puede ser, ya es tarde —se reprocha a sí mismo y en menos de un minuto se encuentra junto a la puerta—. Intentaré regresar temprano; si algo pasa, llámame del teléfono de la casa. Creo que no olvido nada, nos vemos más tarde —dice, apurado.

V talesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora