Suiza

4.2K 318 125
                                    

Imagina ser la novia de Vash

Todo comenzó cuando (T/N) se acerco a Lili. Al principio, a Suiza no le gusto demasiado que la delicada rubia se juntara con la bullosa latina. Varias veces, luego de las "fiestas de té", donde terminaban escuchando rock a todo volumen –y cantándolo-, le había advertido que no bajara la guardia; según había visto, los latinos tenían manía de andar traicionándose entre ellos. Pero la mujer no parecía tener intención alguna de hacerle mal a la chica, si no, más bien, de aprender a bordar.

En ese momento, en plena reunión, viéndola desde el otro extremo de la mesa, se preguntaba que es lo que le había atraído de ella.

~*~

—Me agrada que le haya gustado la cena—comento una soñadora (T/N), al mismo tiempo que limpiaba la mesa.

—Oh, sí, fue realmente genial— menciono en un susurro Lili, sonriendo. El se encontraba observando el paisaje nocturno en el umbral de la puerta.

—Creo que ya es hora de irnos— dijo, mientras se adentraba a buscar su abrigo. En realidad, no hacia frio, de hecho la noche estaba my calurosa, pero era una costumbre.

—Es de mala educación irse antes del café— señalo, rápidamente, la latina. Lili, que se había incorporado, rápidamente volvió a sentarse, gustosa de quedarse un poco más. El rubio estaba a punto de reclamar, ¿a quién le importaba si era de buena o mala educación? ¡A nadie! ¡Él quería regresar a su casa de clima frio! ¡Se estaba derritiendo! Abrió su boca, mas una estruendosa risa se escucho a la lejanía. De repente, la sonrisa de (T/N) se desvaneció, siendo reemplazados por unos ojos que parecían querer matar a alguien.

—¿Q-que...?— murmuro Liechtenstein, quedando, solo, a la mitad de la frase. La mujer se bajo del banco y camino, rápidamente hasta la entrada de casa. Abrió un pequeño armario y de allí saco una escopeta de caza.

—Ese gringo hijoputa...— fue lo único que alcanzaron a escuchar, puesto que, más tarde, ella salió de la casa. Ambos se miraron entre ellos y se asomaron a ver. La latina había prendido la luz de afuera y, a lo lejos, se podía ver un rulito rubio sobresalir de unos arbustos—. ¡Ya lárgate, Alfred!— le grito.

—¡No! ¡Entrega la Isla de...!— fue interrumpido cuando una bala paso, muy cercana, a su cabello. Con rapidez, el americano, se tiro hacia atrás.

—¡No voy a entregar absolutamente nada, carajo! ¡Que te quede claro eso!— exclamo y, nuevamente, volvió a disparar. Ambos países germanos estaban algo sorprendidos por el nuevo comportamiento de (T/N), jamás le habían visto así. Suiza había escuchado, por Alemania, que las latinas eran muy temperamentales, pero no se esperaba eso.

—Es igual que tú...— escucho que la niña susurraba, haciendo que sus mejillas ardieran Rápidamente volvió a entrar a la casa, dejando a los primos, discutiendo.

—Claro que no, tiene una puntería terrible— menciono, pero Lili solo sonrió.

~*~

—Ya llegué...— comento, Suiza, con tono cansado. Inspiró profundamente, al mismo tiempo que se quitaba su abrigo. ¿Qué era ese delicioso aroma? Con rapidez, se dirigió a la cocina, encontrándose con un verdadero desastre y dos chicas limpiandolo. Había harina y lo que parecía ser crema, regado  por todo el piso, formando algún tipo de pasta que, estaba seguro, en cualquier momento cobraría vida. Pero, lo peor de todo era que no quería saber cuanto cuánto dinero habían gastado en los materiales.

—¡¿Pero qué...?!— atinó a balbucear.

—¡Ah! Hermano, que bueno que llegaste, estábamos haciendo un pastel— comento Lili, mientras señalaba el horno y sonreía. Al escucharla (T/N) elevó su mirada de la zona que estaba limpiado y le sonrió.

Imaginas {Hetalia}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora