A Oliver le gusta vestir, algo aniñada a su chica, llenándola de moños y volados de colores pasteles; para hacer el amor
—Ahh, poppet, te ves hermosa— susurro el hombre, sin dejar de embestir contra l cuerpo de la chica. (T/N) soltó fuertes gemidos, antes de poder mirarse al espejo que había frente a la cama. De las coletas que había llevado, solo quedaban los listones desparramados por su cabello. Su sostén, con variados encajes, ya no se encontraba. Sus bragas con moños a los costados, estaba corrida hacia un lado, para permitir el ingreso del miembro ajeno. Lo único que seguía, más o menos, en su lugar, eran sus blancas medias, las cuales tenían variados listones y otros adornos.
No era, precisamente, su gusto personal, pero nada le costaba cumplirle la fantasía a su pareja.
Trago fuertemente, al mismo tiempo que notaba como el tomaba sus muslos y los alzaba, para incorporarse suavemente. Le encantaba el desastre que provocaba en la chica. Se mordió el labio inferior, sintiendo una placentera sacudida en su pene, gracias al placer visual, y volvió a arremeter contra ella, esta vez, más profundo.
La chica apretó el peluche de oso, a su cuerpo y coloco su otra mano sobre el vientre ajeno, tratando de parar sus embestidas.
—¿M-muy hermosa?— pregunto, con voz temblorosa, al mismo tiempo que le observaba, con sus ojos brillante por la excitación.
—La más hermosa de todas, popette— susurro Oliver, al mismo tiempo que se inclinaba sobre ella. Le encantaba que su muñeca le siguiera el juego y lo disfrutara tanto como el.
James prefiere el jarabe de Maple, sobre el cuerpo de ella, a que sobre los hot cakes
(T/N) no pudo evitar arquear su espalda, cuando sintió como aquel líquido se derramaba por su cuerpo. Soltó un profundo jadeo, al mismo tiempo que notaba como sus pezones se endurecía. La mirada burlona de su pareja, hizo que sus mejillas se sonrojaran.
—E-esta frio— se defendió, mientras arqueaba sus cejas en un mohín de enfado.
—Estaba en el refrigerador, por eso esta frio— comento el chico, sin dejar de presionar el bote. El jarabe de maple, seguía saliendo y esparciéndose, lentamente, sobre la piel de la chica.
—Gracias por explicar, capitán obvio— le gruño, al mismo tiempo que se corría el cabello, tratando de que, al menos, esta parte no quedara enchastrada con el aditivo. El chico, se detuvo, dejando el envase vacio sobre la mesa y, sin decir nada, tomo a la chica de los muslos y los abrió, mientras los elevaba suavemente. La muchacha soltó un gritito de sorpresa, al igual que de pena, puesto que toda su intimidad se encontraba visible para él.
James veía como el jarabe se derramaba por aquella zona, manchándolo todo. Aquella, era la visión más erótica que él hubiera podido ver. Trago fuertemente y la acomodo al borde de la mesa donde estaba sentada. Se arrodillo y le observo desde abajo.
—No alces la voz, Allen está en su cuarto— susurro, para luego barrer, de una sola lamida, con el jarabe que se encontraba sobre los pliegues ajenos.
—James... Idiota...— la escucho balbucear, pero allí se quedaron sus palabras, cuando el comenzó a saborear su clítoris.
Françoise es más suave, cuando llueve
(T/N) podía escuchar el repiqueteo que hacían las gotas, contra el techo. Le gustaba ese sonido, junto con, claro, los roncos gemidos de su amante. Cerro, por un momento sus ojos, al mismo tiempo que disfrutaba de aquellas lentas estocadas. Aventuro sus manos, hasta su cintura, donde se encontraban las ajenas y las acaricio, para luego subir hasta los brazos de él.
—¿Qué sucede, Fran?— pregunto, al mismo tiempo que clavaba sus ojos en el rostro de él. El rubio elevo una de sus cejas.
—¿De qué estás hablando?— le gruño. El solo tono de voz, hizo que, por su espalda, corriera un escalofrió.
—Pareces menos animado, incluso no me mordiste donde sueles hacerlo siempre— comento, al mismo tiempo que rozaba la piel de su pecho izquierdo, justo encima del corazón. Françoise dejo salir un gruñido, para luego encorvarse y ocultar su rostro en el hueco entre el cuello y el hombro, de la chica. Es cierto que se mordía de ganas por morderla allí, pero no ahora.
—Aun hay tiempo para eso— (T/N), pudo escuchar la voz amortiguada del contrario—. La lluvia aun no se detiene.
Allen disfruta de los juegos de rol
—Amor— comenzó (T/N), con toda la paciencia del mundo— Sabes que me encanta que nuestra vida sexual sea tan activa y que no seas de esos tipos que solo hacen el misionero. Aprecio, realmente, que seas muy original y que siempre propongas tus ideas, pero... ¡No voy a azotarte!— termino por exclamar, al miso tiempo que se cruzaba de brazos. El moreno se estremeció ante aquel grito y, rápidamente cayó de rodillas ante ella.
—¡Por favor! ¡Sera como los otros!— menciono, mientras sostenía el látigo en la mano.
—¡Que no! Estaba bien cuando use el traje de enfermera, el de policía y los demás, pero no pienso jugar a ser tu "ama"... El BDSM, no me va— gruño, la mismo tiempo que apartaba la mirada de su chico. Allen soltó un bufido y, aprovechando el momento de distracción de su chica, la tomo por sus muslos, cargándola como una bolsa de papas.
—¡Lo discutiremos en la habitación, doll face!— exclamo, al mismo tiempo que le daba unas cuantas nalgadas a la chica, quien pataleaba, en un intento de salirse de aquella situación.
Oliver observo la escena y suspiro.
—Ah, la juventud— murmuro, para luego colocarse sus tapones de oído.
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Imaginas {Hetalia}
Fanfiction"Los amantes odiaban el Sol, era señal que debían separarse" "Su relación era como el cigarrillo, adictiva y efímera" "No deberían verse, eran terriblemente distintos, pero, con una sola sonrisa que le brindara, el dejaría todo atrás" Date un moment...